Alicia estaba completamente sin palabras mientras daba un paso atrás, acercándose a Zeres. Cuando Ezequiel también dio un paso, la expresión de Alicia cambió y le sonrió con suficiencia, no para burlarse de él, sino para demostrar que no le tenía miedo.
Un extraño brillo apareció en los ojos de Ezequiel al instante en que Alicia le dirigió esa sonrisa. Pero entonces, él replegó su espada, la levantó de nuevo para atacarla cuando…
Un suspiro de sorpresa escapó de los labios de Alicia cuando algo metálico y frío la atrapó por detrás. Cayó al suelo, apoyándose en un objeto duro como el acero. Se giró y se dio cuenta de que había sido Zeres quien la había jaloneado y ahora la estaba protegiendo de Ezequiel.