Como si estuviera escaldada, Alicia retiró su mano. Ese movimiento fue tan rápido que hizo que el agua salpicara a ambos.
—Ella levantó esa mano, con la palma abierta y hacia él. Era como si un policía le hubiera ordenado manos arriba mientras le apuntaba con un arma. No sabía si debía gritar de mortificación o balbucear lo que fuera que le viniera a la mente, solo para distraer a ambos de esta situación embarazosa o simplemente encogerse en una bola y esperar desaparecer hasta que las cosas se calmaran. Su expresión agitada era casi cómica en su extremidad.
Por un momento, ella luchó para encontrar las palabras correctas que decir mientras se mantenía lo más quieta posible, no queriendo tener otro "accidente" de ese tipo otra vez. Una vez fue más que suficiente. Su corazón no lo soportaría.