—Ningún vampiro me había llamado idiota y hablado de esa manera, ¿sabes? —Sus ojos mostraron sorpresa pero al segundo siguiente, la diversión brilló intensamente en sus ojos cenicientos.
—¡No me importa! ¡Déjame ir!
—Realmente eres divertida, mi amor —Se rió mientras la joven chica volvía a sorprenderse, a la vez que se sonrojaba y se sorprendía.
—Tú… tú… ¡tú pervertido! Deja de llamarme así. No soy tu... tu amor. Creo que estás loco
—¿Tampoco te gusta eso? —Kyle estaba pensando seriamente y se le ocurrió un mejor apodo para llamar a Lilith. Uno que, esta vez, le gustara—. Estaba seguro de que te gustaba. Incluso te sonrojaste cuando
Lilith recitó un hechizo y apareció humo entre ellos. Al segundo siguiente, Kyle comenzó a toser.
—Líbrame de esta cadena, o si no...