Abi jadeó cuando Alex de repente la inmovilizó en el asiento trasero. Sus ojos estaban muy abiertos mientras miraba el destello helado en sus ojos y no pudo evitar sentirse nerviosa.
—Ale
—Antes de que pudiera siquiera formar su nombre, los labios de Alex golpearon los suyos. La besó fuerte, tan fuerte y profundo que Abi pudo saborear sangre. Él era rudo e indomable, como si el cachorro se hubiera transformado en una bestia peligrosa. Estaba caliente e increíblemente salvaje, tan salvaje que casi no la dejaba respirar.
Abi gimió contra sus labios, pero el hombre no se detuvo y siguió besándola fuerte, casi como si estuviera desahogando algo en sus besos. ¿Era ira? Abi no quería esto... no le gustaba que Alex estuviera así...