—¡Blackjack!
Cuando Mamie Powell volvió la última carta, toda la sala estalló inmediatamente en aplausos, mientras que Yamamoto Yukiji saltó de su silla.
—¡Has hecho trampa! —En medio de los vítores, Yamamoto Yukiji gritó asombrado.
Este grito detuvo de inmediato los aplausos, ¡y la sala volvió a quedar en silencio rápidamente!
Mamie Powell le dio a Yamamoto Yukiji una sonrisa fría y dijo:
—¿Hacer trampa? Por no hablar de la cantidad de ojos puestos en nosotros, ni siquiera las cámaras sobre nuestras cabezas lo permitirían.
Con las palabras de Mamie Powell, todos en la sala comenzaron inmediatamente a defenderla.
—¿Tienes alguna prueba de que hayamos hecho trampa? Si no puedes presentarla, ¡es difamación!
—No esperaba que este patán fuera tan descarado. ¡No solo no admite su derrota, sino que también enmarca a los demás!
—¡Así es! ¡Esto es un claro caso de difamación!
—¡Si el patán se atreve a acusarnos, deberíamos matarlo!