El hombre de la gran barba oscureció su rostro, exigiendo —¿Vas a pagar o no?
El rostro de Byron se puso rojo mientras exprimía dos palabras —¡No pago!
El hombre de la gran barba rugió —Amigos, este hombre compró algo pero no está pagando. No podemos tolerar este abuso.
De repente, un grupo de hombres de grandes barbas rodearon a Byron, dejando claro que si Byron no pagaba, no lo dejarían irse.
—¿Tienen... tienen alguna ley? —gritó Byron enojado.
—¿Ley? Todo lo que sabemos es que es justo pagar por lo que compras. Si no estás dispuesto a pagar, hoy no te vas —El hombre de gran barba lo miró fijamente, sosteniendo un machete utilizado para cortar tartas, dejando muy claro que si Byron no cooperaba, las cosas empeorarían.
Byron estaba tan enojado que temblaba, sin ideas. Quería aceptar la situación pero también sentía que era una lástima, estaba completamente inseguro de qué hacer.