—¡Espera! —Viendo que Krystal Flack estaba a punto de sacar, Ted la detuvo de antemano.
—¿Qué estás haciendo? —entonó impacientemente Krystal Flack.
—Ahora puedes sacar —le dijo Ted corriendo a un lado.
—No pienses que si corres al lado, no podré golpearte. ¡Mis saques van a donde yo quiera! —hizo una cara desdeñosa y desafió Krystal al ver que Ted tenía miedo de ser golpeado por su saque e intencionalmente corrió a un lado.
—¡Como sea! Si me golpeas, admitiré la derrota y nunca más jugaré al ping-pong en mi vida —se mantuvo impasible y rió Ted.
—Jaja, ¡recuerda que lo dijiste! —Los ojos de Krystal brillaron con una sonrisa traviesa—. Por favor, por favor, por favor déjame golpear a Ted... —comenzó a canturrear en su corazón.
—¿Qué diablos está haciendo Krystal? —Al ver que Krystal no sacaba la pelota sino que extrañamente se inclinaba en su lugar, Jessica Flack frunció el ceño de inmediato y susurró a Basil Jaak.