—Lo primero que hizo Yetta después de poder moverse libremente fue buscar a Basil Jaak y traerlo a casa, planeando darle una paliza —.
—Déjalo, con tu poca habilidad, golpearme está fuera de discusión. Simplemente no estás a mi nivel —dijo Basil Jaak, indiferente, al ver a la asesina Yetta.
—¡Basil Jaak, no tienes derecho a despreciarme, de lo contrario te mataré! —rugió enojada Yetta—.
—¿Quieres matarme? ¿Cómo? ¿Ahogándome? Eso parece factible —Basil Jaak movió su mano y dijo—.
—¡Basil Jaak, voy con todo contra ti! —Yetta se lanzó imprudentemente hacia Basil Jaak, quien estaba sentado en el sofá—.
Entonces, no hubo un 'entonces'.
Los brazos de Yetta fueron inmovilizados detrás de ella por Basil Jaak, y todo su cuerpo fue presionado sobre el sofá, incapaz de moverse.
—Bromas aparte, no puedes estar hablando en serio. Te voy a dejar ir ahora, deja de jugar conmigo —advirtió Basil Jaak—.