—Basil Jaak aparcó el coche abajo en el edificio de apartamentos de Yetta Astir, se detuvo y se giró para mirar a Yetta Astir, claramente señalándole que saliera del coche.
—Pero Yetta Astir pretendió no entender y preguntó con fingida confusión:
—¿Por qué te has detenido? ¡Mete el coche adentro!
—Basil Jaak puso los ojos en blanco y dijo sin rodeos:
—Está a solo unos pasos; puedes entrar tú sola. Necesito volver a dormir.
—Mirando a Basil Jaak, Yetta Astir de repente soltó una frase que casi hizo que Basil Jaak escupiera sangre:
—Tengo miedo de la oscuridad; no me atrevo a entrar sola.
—Justo eras la hermana mayor a la que perseguían varias personas. ¿Puedes dejar de tomarme el pelo, por favor? —Basil Jaak dijo con cara de querer llorar, pensando para sus adentros que si Yetta Astir tenía miedo a la oscuridad, él también podría decir que le tenía miedo a los ratones.
—Yetta Astir le lanzó a Basil Jaak una mirada vacía y dijo irritada: