Xia Ling miró a su alrededor como una ocurrencia tardía. Como era de esperar, había varios grupos de personas que la señalaban y le susurraban a sus amigos.
Odiaba estar en tal situación en público, ya que podría crear un caos no deseado. Apresuradamente agarró la mano de Xia Moyan y corrió hacia él. Xia Moyan la llevó a su bungalow y le dijo: —Descansa bien. Vendré a verte de nuevo en unos días.
—¿A dónde vas? —Xia Ling tiró de la esquina de su camisa con tristeza cuando escuchó que estaba a punto de irse.
Xia Moyan dijo con una voz más suave: —Hay algo que necesito hacer.
Su trabajo en el ámbito espiritual era misterioso, y no quería que su hermana supiera demasiado. Conocer los secretos del cielo generalmente requeriría que uno pague un precio.
Al ver que era reacio a revelar algo, Xia Ling no lo presionó para obtener más información. Ella dijo lastimosamente: —Tienes que volver a visitarme.
—Lo haré
—¿Lo prometes?