Al día siguiente llegó, pero Noah no dejó que su esposa saliera de la mansión. No después de todo lo que había pasado el día anterior, no iba a dejar que pasara por eso otra vez. En cambio, había pedido a Lola que trajera diferentes atuendos para que ella eligiera.
Como ella quería asistir al cumpleaños de Henry Yong, él había arreglado todo para ella para que no tuviera que salir de la mansión por el momento.
—¿Te gusta este, o este? —Lola sostenía dos vestidos en sus manos mientras los exhibía ante Anna para que escogiera el que más le gustara. Anna inicialmente había pensado llevar un vestido blanco, pero ahora que veía el negro, lo quería con muchas ganas también.
—Probemos con los vestidos, y escogeremos el que más se adecúe a la ocasión —dijo Noah, que estaba sentado allí viéndolas en silencio, y ambas mujeres estuvieron de acuerdo. Era mejor de esa manera, cualquiera que pareciera más adecuado sería el que escogería.