Yu Qi sabía que si reportaba a Ling Zhu Yao a las autoridades, Ling Zhu Yao iría directamente a la cárcel. Sin embargo, Yu Qi no lo hizo. No era una santa que ayudaría a todo el mundo.
No quería reportar a Ling Zhu Yao a las autoridades porque temía que eso alertara a Wei Zhu Feng de que alguien sabía acerca de este polvo blanco.
Rápidamente abrió otro archivo. Era sobre los registros de seguimiento telefónico de Wei Zhu Feng. De alguna manera, Wei Zhu Feng se volvió astuto al contratar a algunos expertos para manipular su historial de llamadas.
Yu Qi sentía que su habilidad para hackear era de alguna manera inferior a la del experto. Suspiró.
—Maestra, ¿qué ocurre? —Bo Ya miró hacia su maestra al oírla suspirar.
—Necesito practicar mis habilidades de hackeo. —Yu Qi suspiró de nuevo.
Bo Ya echó un vistazo a lo que aparecía en la pantalla del portátil. Sabía lo que su maestra había estado revisando.