Connor regresó junto a Thomas con una expresión de decepción y le susurró:
—Lo siento. Fui demasiado impulsivo hace un momento…
—Señor McDonald, ¡no debería haber ido allí hace un rato! ¡Yannick solo estaba tratando de provocarte y retrasar el tiempo!—Thomas respondió con impotencia. Luego, miró el ascensor y dijo en voz baja:
— "¡Ahora solo podemos dejarlo en manos del destino!"
Connor tomó una respiración profunda, luego se sentó junto a Thomas y cerró lentamente los ojos.
En un instante, toda la oficina quedó en silencio, como si solo se pudiera escuchar el tic-tac del reloj en la pared.
El tiempo pasaba lentamente.
Thomas siguió mirando su teléfono. Cuando se acabó la última media hora, mostró una sonrisa de impotencia y suspiró suavemente:
—¡Tal vez esto es el destino!
Connor, que estaba sentado junto a Thomas, también se dio cuenta del resultado del asunto tras escuchar esta frase.