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5.88% Nadie nos vencerá / Chapter 1: 1º. TODO CAMBIARÁ
Nadie nos vencerá Nadie nos vencerá original

Nadie nos vencerá

Tác giả: Antoni_Martz

© WebNovel

Chương 1: 1º. TODO CAMBIARÁ

1º. TODO CAMBIARÁ.

.

Una

cosa era segura, el aburrimiento ya no formaba parte de su vida.

Durante años se había sentido sola, aunque sus dos hermanas le hacían

compañía, ella se sintió sola… sola hasta que llegó él. El chico cambió

por completo su vida, ese imbécil la insultaba, se reía de ella, la

menospreciaba… pero estaba a su lado cuando la necesitaba, la protegía

de quien quisiera hacerle daño, la cuidaba, la hacía llorar, pero

también reír. Era celoso, prepotente, egocéntrico y narcisista, creído.

Pero también cuidadoso, sobre todo con ella, atento y últimamente

sobreprotector, excesivamente sobreprotector. Se había dado cuenta que

cuando ella desaparecía él se asustaba, sabiendo lo que le pasó en

Junsenkyo era normal. Para él fue un trauma.

Poco después de la

boda fallida, los dos chicos supieron de un torneo, se hacía en

categoría masculina y femenina y los dos chicos quisieron participar.

Los dos suplicaron a sus padres participar, y los dos patriarcas se

negaron, no lo consideran aptos para participar, peor, dijeron que eran

unos principiantes. Los dos jóvenes reaccionaron de mala forma, como

siempre que uno de ellos, o los dos eran amenazados, se unieron y juntos

se vengaron de sus padres. Genma y Soun tuvieron durante meses

pesadillas de los que los dos prometidos les hicieron. Desde meter

pimienta de cayena en la comida de los dos patriarcas, a cambiar el

color del agua de lavabo, para asustar a sus padres. De negarse a

entrenar con los dos viejos a despertarlos a altas horas de la noche. El

resto de la familia sufrió las consecuencias y presionó a los dos

hombres para que cambiasen de idea… pero los dos hombres no lo hicieron,

en un principio… pero después de dos días de tener que aguantar el

enfado de toda familia, claudicaron y dieron el permiso para que los dos

jóvenes participaran en el torneo… con la condición de ser ellos los

entrenadores. Los dos jóvenes se negaron, esos dos viejos no tenían nada

que enseñarles, y cuando todo indicaba que se repetiría la pelea contra

los dos viejos, Nodoka los convenció que dejaran a los dos jóvenes

entrenar solos.

Ranma decidió ir a la montaña a entrenar los dos

solos, toda la familia se negó. Dos chicos, de sexo contario entrenar

solos… podía atraer suspicacias. Los dos prometidos se enfadaron.

-

¡Tomarlo como queráis, pero nos iremos a la montaña! No es la primera

vez que lo hacemos- amenazó el chico- ahora no es momento de hacer nada

con este marimacho.

Akane lo miró furiosa.

- ¡Yo tampoco quiero hacer nada contigo, afeminado! -contestó la chica.

Aquí empezó una pelea que acabó con Ranma volando por los aires, un agujero en el techo y toda la familia asustada.

A la hora de la cena, Ranma no había vuelto y Akane estaba furiosa.

-Debe estar con una de sus prometidas. Puede hacer lo que quiera, a mí no me importa- dijo la chica cuando le preguntó Nabiki.

-Si no te preocupa, ¿Por qué te estás comiendo la servilleta? - preguntó con ironía Nabiki.

Akane

miró la servilleta, masculló algo. Y cuando se fue a levantar apareció

Ranma. Parecía más lesionado que si hubiese tenido sólo el aterrizaje

del golpe de Akane.

- ¡No me dirás que esos golpes han sido sólo del golpe de Akane- preguntó con sorna Nabiki!

Ranma miró con rabia a su prometida.

-Akane

ha elegido bien la pista de aterrizaje- la chica se enfureció- he caído

donde esos tres cabritos de Ryoga, Kuno y Mousse hacían planes para

matarme. Se han aprovechado que estaba tocado por el golpe de Akane, y

me han atacado, me han dado como una estera vieja… pero ellos también

han recibido- miraba a Akane furioso-he logrado que se peleasen entre

ellos. Y he aprovechado para escapar. - la furia del chico era evidente-

tener que huir de una pelea porque alguien me había dejado lesionado.

Akane ya no aguantó más.

- ¡Tú te lo buscaste! ¡No deberías haberme insultado! - se defendió ella.

-

¡Siempre igual! ¡siempre soy el culpable! - dijo el chico con

cansancio- esas idiotas me abrazan y ya estoy volando por cortesía de

Akane. -la miró con mucha rabia- yo no puedo hacer lo mismo cuando te

abraza el baboso de Kuno o te invita el mujeriego de Ryoga, que no tiene

bastante con su novia que va detrás de ti. Y si los golpeo encima los

defiendes.

- ¡No te metas con Ryoga es más dulce y bueno que tú! - contestó Akane- con Kuno puedes decir lo que quieras.

-

¿Ryoga bueno? - contestó Ranma- ¿Pues ese "bueno" planeaba cortarme a

trozos y lanzarme a rio? Entre esos tres planeaban matarme para quedarse

contigo… ¡Si Ryoga saldría con Akari y le pondría los cuernos contigo!

Esos tres se te jugaron a piedra, papel, tijeras, mientras me dejaron

semiinconsciente- Akane lo miró horrorizada. – Te dirían que me escape

con una chica que conocí durante uno de mis viajes. Como he dicho los

enfrenté entre ellos y me escapé…

Akane lo miraba de forma extraña, desconfiaba de lo que le decía el chico, pero algo le decía que decía la verdad.

- ¿Cómo escapaste de ellos? -Preguntó la chica.

-En

mi estado sabía que me cogerían. Cerca donde estábamos había una roca

grande y la lancé al rio, me oculté. Pensaron que me caí y me ahogué, Se

alegraron, creen que tienen en el campo libre. -Toda la familia lo miró

asustados. - supongo que ahora vendrán a ejercer sus supuestos derechos

sobre… Akane,

Y todos miraron a la chica que se revolvió incomoda. miró a su prometido y anduvo hacía él.

-Debemos

curar esas heridas- lo cogió por la mano y lo arrastró fuera del

comedor- pero antes de salir le dijo al chico- pero no te perdono que me

hayas insultado.

- Y yo que me hayas lanzado encima de esos tres imbéciles- contestó el joven, y salieron del comedor discutiéndose.

Desde

el comedor, la familia oyó como los dos chicos se peleaban en el dojo,

donde Akane curó a su prometido, esa pelea fue bajando de tono hasta que

los dos chicos estuvieron en silencio, sólo se oía a veces al chico

quejarse de sus heridas.

Hacía tiempo que desde el dojo no llegaba

ningún sonido, aunque todos sabían que los dos chicos estaban hablando.

Cuando llegaron los tres rivales de Ranma.

-Tenemos que darles

una mala noticia- dijo Ryoga- hoy mis dos "amigos" y yo estábamos

hablando de hacer un entrenamiento, cuando del cielo cayó Ranma, fue

directamente al rio y no pudimos hacer nada por sacarlo… y se ahogó.

La familia lo miró asustada, debían disimular que no sabían nada.

-Ha sido un desgraciado accidente- continuó Kuno haciendo que lloraba- Cayó lejos de donde estábamos.

Nabiki se acercó a los tres chicos que la miraron con desconfianza.

- ¿No será que cayó herido del cielo y aprovechasteis para darle una paliza? - comentó la chica.

Los tres chicos entraron en pánico, pero decidieron disimular.

-Te equivocas Nabiki, Ranma cayó al suelo, se levantó y como estaba desorientado cayó al rio…-comentó Kuno.

-

¿No habíais dicho que había caído directamente al rio? - dijo con

suplicaría Nabiki- ¿Sabéis lo que creo? Ranma cayó a vuestro lado

herido, y vosotros aprovechasteis que no se podía mover para darle una

paliza, os rifasteis a Akane, y lanzasteis a Ranma al rio para

deshaceros de él y poder conseguir a Akane.

Los tres chicos se quedaron blancos, prácticamente era eso lo que pasó. Retrocedieron un paso.

-No

es cierto… del todo- comenzó un asustado Mousse- Ranma cayó del cielo y

nosotros le pegamos y mientras nos sorteamos a Akane huyó y cayó al

rio.

Los otros dos chicos lo miraron con rabia, ese idiota los había delatado.

La familia Tendo- Saotome los miró con rabia.

- ¡Golpeáis a Ranma!, ¡A ver si os enteráis! ¡SÓLO LO PUEDO HACER YO! ¡Me

sorteáis! Queréis matar a Ranma. Aunque no lo sabíais os metéis en

medio de una pelea entre Ranma y yo- Akane entraba furiosa en el

comedor. Miraba con cara de pocos amigos a esos tres chicos, que

supieron que tendrían problemas.

-Y no es lo único, venís aquí con

mentiras, que he muerto, no os perdono que me atacarais cuando estaba

indefenso, y menos que os jugarais a Akane a piedra, papel tijera- los

tres chicos vieron como Ranma entraba al comedor, llegaba con vendas,

pero parecía en buen estado. Para fallo de ellos estaba vivito y

coleando.

Los tres jóvenes rivales gritaron de terror, delante de

ellos había dos chicos que le provocarían malos sueños, detrás la

familia de esos chicos que no los dejarían huir.

Instante después tres jóvenes despegaban del dojo Tendo, su aterrizaje no sería… sano.

Horas

después Akane acostada en su cama pensaba en todo lo que había vivido

ese día, la convivencia con su prometido era difícil, pero no por eso

cambiaría eso por la tranquilidad en la que vivía antes de la llegada

del chico. Sonrió, los dos se habían pedido perdón, habían tenido otra

pelea, se habían reconciliado. Habían mandado a las nubes a Happosai y

habían quedado para irse al día siguiente de entrenamiento.

A partir del día siguiente la vida de los dos chicos se volvió una auténtica locura.

A

primera hora huyeron del dojo en dirección a la zona de entrenamiento

elegida por Ranma. Tuvieron que esquivar a sus rivales que los estaban

esperando, avisados por Nabiki. Cogieron el tren, esperaban entrenar con

tranquilidad durante una semana. Cambiaron de sitio de entrenamiento

cada día. Allá donde iban, aparecían sus rivales, cortesía de Nabiki.

Alagaron

dos semanas el entrenamiento y cuando volvieron a casa. Al primero que

se encontraron fue a Soun furioso. El hombre se abalanzó sobre Ranma

- ¡Supongo que no le habrás hecho nada a mi hijita!

Ranma

lo miró asustado. Se quedó sin habla. Estaba toda la familia Tendo-

Saotome, y los seis rivales, todo pedían explicaciones.

-No me ha

hecho nada, ¡ojalá! – dijo Akane guiñándole un ojo a su prometido. La

chica como él estaba harta de tantas interrupciones en su entrenamiento-

Así nos hubiéramos librado de seis pelmas que nos siguieron allá donde

íbamos. De dos viejos que sólo piensan en bodas- miró a Nabiki con ganas

de matarla- y de una hermana cotilla que algún día se ganará un pijama

de madera, y ese día está más cerca de lo que ella se imagina-Nabiki

trago saliva, tal como la miraba Akane, no la amenazaba, ¡le estaba

adivinando su futuro!

Todos se callaron y la miraron sorprendidos. No se atrevieron a replicarles, el único que sonreía era su prometido.

- ¿Sólo un pijama para Nabiki? - preguntó Ranma, su amiga asintió- Pues yo no opino mismo.

La chica lo miró extrañada.

- ¿Opinas que Nabiki debemos perdonar a Nabiki? - preguntó Akane enfadada.

-

¡No!¡qué va! - contestó el chico y puso una cara cara siniestra- Opino

que debemos conseguirles a ocho personas más pijamas de los que tú

quieres regalarle a tu hermana.

- ¿Ocho? ¿Qué ocho? - preguntó Akane.

Los allí reunidos miraban la discusión expectante, imaginándose a que ocho se referían.

-Si,

ocho. Uno…-Y empezó a contar mientras señalaba a cada uno de sus

rivales y prometidas, acabando con Soun y Genma.- ochos futuros

poseedores de un pijama de madera si no se alejan de nosotros para

siempre.

Los dos prometidos se empezaron a reír, mientras los demás los miraban como si estuvieran locos.

-Estoy

cansado-dijo el chico- necesito tumbarme y descansar unas horas-

hablaba con Akane, ignorando a los demás, que estaban hablando y

haciendo planes y programando citas con los dos prometidos, sin pedir a

estos dos jóvenes su opinión.

-Si, yo también necesito un descanso- contestó la chica, también ignoraba a los demás

Los

dos prometidos subieron a sus habitaciones, pasando de todos, estaban

muy cansados y no querían enfadarse más de lo que ya estaban, ahora

estaban de muy mal humor, y no era inteligente desafiarlos cuando

estaban en ese estado. Pero Genma no lo vio de esa forma, y durante la

cena quiso robarle el poste a Ranma y a Akane, el poste que comían los

chicos, le gustaba, y pensó que no se lo merecían, Genma atrajo la ira

de su hijo y la prometida de este… durante algunos días el padre de

Ranma sólo pudo comer sopa.

A partir de ese día fueron perseguidos

por sus rivales cada día, a cada momento, eso les sirvió a los dos

prometidos de entrenamiento. No había hora al cabo del día que alguien

no enfureciera a los dos prometidos y que estos le dieran a ese alguien

una lección de cómo se recibía una paliza. El mal humor de los dos

prometidos subió. Nabiki vio que en cualquier momento Akane, con la

ayuda de Ranma, le regalaría el prometido pijama de madera. Los padres

pasaron varios días en el hospital. Al final Happosai, decidió irse una

temporada, estaba harto de volar sin motor. Los tres rivales de Ranma,

eran masacrados cada día y no aprendían y volvían por más tortas. Y las

tres rivales de Akane, pues bien, Akane se olvidó de eso de no querer

hacer daño a nadie, y empleó toda su fuerza con ellas, cuando las tres

jóvenes se recuperaron de la paliza preguntaron por la matricula del

camión que pasó por encima de ellas, aunque para algunas de ellas no fue

un camión, fue un portaviones.

A los pocos días fueron al torneo,

los dos prometidos se fueron solos. Se negaron a que fueran sus padres,

conociéndolos los podrían meter en un buen lio.

El día previo al

torneo salieron del dojo por la noche, fueron al aeropuerto y allí

cogieron un avión en dirección donde se celebraba el torneo. Los dos

jóvenes no dijeron donde se celebraba, ni cuando se el torneo, es decir

se volvieron a escapar. Nadie debía saberlo, porque así alejaban

problemas.

El avión estaba a punto de salir. Ranma y Akane

sentados en sus asientos. Los dos chicos estaban nerviosos, era su

primer viaje en avión y los dos tenían miedo, aunque ninguno de los dos

lo confesaría.

La chica miraba su pasaje lo leía una y otra vez.

-Por

mucho que lo leas, siempre pone lo mismo-dijo Ranma riendo. Akane lo

miró furiosa, le iba a contestar cuando notó que él sudaba mucho, Ranma

estaba tan asustado como ella.

- ¡Pues tú tienes miedo! - contestó la chica con una sonrisa malvada.

Ranma se enfureció.

-No sé lo que hablas, la asustada eres tú- respondió Ranma- te asusta volar.

-No, a ti te asusta más- dijo furiosa la chica.

La

pelea subió de nivel. Se oyeron insultos como marimacho, pechos planos,

fenómeno, idiota. Los pasajeros asistían asustados a la pelea de esos

dos chicos descontrolados. Y cuando se acercaba la azafata para pedir

que se calmaran, se oyó un golpe. La azafata llegó al lugar donde se

sentaban los dos prometidos, y descubrió a la joven sentada mientras

parloteaba furiosa, a su lado a un joven con un chichón en la cabeza e

inconsciente. Asustada se alejó al menos se habían calmado y estaban

tranquilos.

-Señores pasajeros. El vuelo con destino a Kyoto

despegará en breves instantes, permanezcan sentados en sus asientos.

Abrochense los cinturones, no fumen. El viaje durará, lo que dure. Si no

es que el personal de pista no se ha equivocado y nos ha puesto

gasolina para coches, en ese caso nuestro viaje será muy corto y nos

veremos en cielo, aunque la mayoría acabará en el infierno-el piloto era

un bromista, y tenía un sentido del humor negro- mientras duré el viaje

les pondremos un interesante documental de accidentes aéreos.

Ranma

y Akane se miraron, estaban pálidos, se abrocharon el cinturón. Cuando

el avión empezó a rodar. Sus manos se tocaron y cogieron se miraron y se

abrazaron el uno al otro. Los dos fueron dominados por el miedo y no se

soltaron hasta que el avión alcanzó la altura de crucero. Se miraron

estaban rojos de la vergüenza, se habían abrazado por instinto. Pero no

se enfadaron, aún seguían asustados.

Cuando los dos chicos se

calmaron. Miraron a sus alrededor y notaron que la mayoría del pasaje

iban al mismo torneo que ellos. Y todos parecían tener el mismo miedo a

volar. Como dijo el piloto, la película que dieron era sobre desastres

aéreos, y marinos. Nadie le hizo caso a esa película.

Los chicos iban hablando tranquilos, aunque aún estaban asustados, hablaban para alejar ese miedo.

-Mira

aquella de allí- señaló Ranma a una mujer. Debía ser una participante

del torneo. Era más alta y mucho más fornida que Akane- debe ser una

participante del torneo, una de tus rivales.

Akane la miró con

miedo. Esa mujer la podía chafar como si fuera un cartón dentro de una

prensa. Era más alta que Ranma, y era todo musculo, debía pesar el doble

o más que Akane, y tenía la cara de pocos amigos, las azafatas se

acercaban a ella con miedo. Ya la conocían y sabían que tenía muy mal

genio.

-Me da miedo- contestó la chica- me puede hacer un ovillo con facilidad.

Ranma miró a su prometida.

-Fíjate bien en ella. Sólo tiene fuerza, debe tener poca técnica.

Akane

se fijó de nuevo en esa mujer, Ranma tenía razón, esa mujer era pura

fuerza. Para entretenerse, y olvidarse del miedo que les daba volar, los

dos chicos fueron mirando a los demás pasajeros. Buscaron a los demás

participantes, y se fijaron en ellos y calcularon sus puntos débiles. No

se dieron cuenta que alguien se fijaba en ellos. Un hombre los miraba

con detenimiento, los observaba y sonrió, esos dos chicos le traerían un

momento de diversión, se iba a reír a costa de ellos en el torneo.

Los dos chicos se estaban relajando, cuando el avión entró en una zona de turbulencias.

-Señores

pasajeros- dijo el piloto- hemos entrado en una zona de turbulencia.

Pongan sus asientos en posición vertical, y abróchese los cinturones.

Las parejas que quieran hacer el amor en estos momentos, le advierto que

es una experiencia…

Los dos jóvenes y el resto de pasajero

estaban asustados, ese loco piloto los había metido en zona de

turbulencias, y algo les decía que se metió de cabeza por divertirse. Y…

-Señor

capitán Kuno- se oyó decir por megafonía a una azafata- deje de simular

que estamos en zona de turbulencia. Como haya quejas, volverán a

retirarle el carnet de piloto, ¡Y YA ES LA TERCERA VEZ ESTE AÑO!

- la azafata ya estaba harta de ese piloto. Estaba loco, había oído que

el primo de ese piloto era director de una escuela en Nerima, una

escuela llamada Furinkan, y estaba igual de loco que este piloto.

Los dos prometidos al oír el nombre del piloto se asustaron, y temieron por sus vidas, pero llegaron sanos y salvos a Kyoto.

Al bajar del avión.

Ranma se arrodilló en el suelo y lo besó varias veces.

-

¡Estoy vivo! ¡He llegado vivo! - exclamó el chico con alivio, para

sonrojo de su prometida que lo miraba con vergüenza., simuló no conocer

al joven, aunque ella estuvo a punto de imitar al joven.

Cuando el

chico se recuperó, y salieron del aeropuerto. Cogieron un taxi que los

llevó al aeropuerto y allí recibieron una desagradable sorpresa.

Era

un hotel muy elegante y de primera categoría, la organizadora del

torneo quería que los futuros campeones viviesen a cuerpo del rey. La

razón se harían entrevista a los participantes y estos debían dar buenas

referencias tanto del torneo, como todo lo que rodeaba el torneo,

comida, alojamiento, trato que recibían del personal del torneo, pero

con Ranma y Akane tuvieron un pequeño fallo.

- ¿Qué por culpa de

un error de los organizadores del torneo no dispondremos de dos

habitaciones? ¿Qué nos tendremos que conformar con una habitación con

una sola cama de matrimonio? - preguntó la chica sorprendida, al borde

del colapso. Miró a su prometido, no podría dormir con el chico. Su

honor estaba en juego. En el futuro puede que se casara con él, pero

ella era demasiado conservadora para tener relaciones prematrimoniales.

Ranma al saber que debía dormir con su prometida, se puso rojo y le

empezó a salir humo por las orejas, era demasiado tímido para dormir con

Akane. No podía aguantar tal tensión. Y se desmayó.

Cuando se despertó estaban en la habitación. No podían darle otra, estaban todas ocupadas y tuvieron que conformarse.

El chico estaba en la cama, no recordaba cómo llegó allí.

- ¿Qué me ha pasado? ¿Cómo he llegado aquí? - preguntó

Akane

lo miró, podría ser cruel y burlarse de él, como hacía siempre que el

chico tenía un tropezón, pero eso significaba una pelea, destrozos,

quejas y podían expulsarlos del hotel y el torneo. Las normal del torneo

prohibían peleas entre participantes, de haberlas expulsaban a los

participantes en esas peleas.

-Cuando nos dijeron que debíamos

compartir habitación y cama te dio un colapso y te desmayarte. Te

debimos subir a la habitación.

El joven bajó el cabeza

avergonzado, no quiso saber como lo habían subido, Akane tampoco se lo

contó, no quiso que él supiera que lo subió en brazos y lo lanzó a la

cama como si fuera un saco de patatas.

El joven se levantó de la cama y miró al reloj, era muy pronto, no era hora de cenar, no sabía que hacer.

-Y

ahora, ¿Qué hacemos? Es pronto, no ni hora de merendar. Estamos aquí

encerrados- miró por la ventana de su habitación, vio bosque. Estaban en

un hotel en medio de un bosque. Un lugar tranquilo, a una hora andando

de Kyoto. - estamos aislados. No podemos ni ir de tiendas, ni al cine,

ni siquiera hacer turismo. No podemos llevarle ningún recuerdo ni a mi

madre ni a Kasumi.

La chica lo miró extrañada, ese comentario lo debía haber hecho ella. El chico debía estar muy nervioso.

-La

organización nos ha traído aquí para que estemos tranquilos y

relajados- contestó la joven, cerró los ojos- y según he oído para que

los participantes no den problemas a la gente. En otros años, la

organización ha tenido problemas con algunos participantes que se

peleaban con los ciudadanos, para alejar problemas, nos encierran en

este hotel.

-Como si fuéramos bestias- miró a su amiga y sonrió- aunque algunos y alguna de lo participante lo parecen.

Akane lo miró mal.

- ¿Cómo quién? - preguntó ella, pensando mal, pensando que hablaba de ella.

-Esa

que hemos visto en el avión- contestó el chico. La joven se relajó- y

alguno de los participantes, he visto alguno que me recuerdan a los

leñadores de películas americanas.

Ella se rió, eso era cierto, algunos de los participantes eran altos y musculosos.

-Esperemos que sólo tengan fuerza- dijo ella- que como tengan técnica, vamos a sudar para pasar las eliminatorias.

-

Muchos son puras fuerza, pero no debemos subestimarlos. Recuerda aquel

destructor de dojos que nos enfrentamos, no tenía mucha técnica, pero

era fuerte y resistente.

Ella lo miró y asintió, recordó ese hecho

y se enfureció un poco. Esa gata de Shampoo le había tomado el pelo al

joven y este la dejó sola con esa mole. Pero al final el volvió a

salvarla. Vio que el chico también recordaba esa experiencia con rabia,

se arrepentía de haber caído en la trampa de la chica china y no haber

ayudado a la chica.

- ¡Podíamos jugar a las cartas! - dijo ella.

-Sabes que soy muy malo, siempre me ganas.

-Te puedo enseñar un juego que jugaba con mi madre. Sólo necesitas un poco de suerte.

Y

durante algunas horas jugaron a ese juego. Ranma pronto consiguió

dominarlo, no se necesitaba ser muy listo par saber jugar. Y ganó casi

la mitad de las partidas que jugaron.

Ya había anochecido, y los

jardines del hotel se iluminaron. Los dos jóvenes los miraron

asombrados. Era ideales para pasear con la pareja, y los dos tuvieron la

misma idea.

- "Esta noche conseguiré pedirle que vayamos a pasear por ese jardín" – fue el pensamiento de ambos.

-Bajemos a cenar- dijo ella.

- Si, que estoy hambriento como un lobo. - contestó el chico.

.

Habían

bajado al restaurante del hotel, se sentaron en una mesa pequeña, los

dos solos. Todos los miraron, los demás participantes del enveto eran

adultos. Los dos prometidos miraron a su alrededor para descubrir con

consternación que ellos dos eran los más jóvenes, supieron que todos se

reirían de ellos, pero esos sabrían que esos dos críos no eran unos

inexpertos.

Oyeron comentarios.

-Mira esos niños. No saben

donde se han metido. Debían estar en su casa jugando, no queriendo se

medir con mayores. -eran algunos de los comentarios que les llegaron,

aunque oyeron otros peores, mucho peor.

Ranma se iba enfadado, Akane lo miró sabía que el chico estaba furioso, si estallaba los echarían del torneo.

- ¡Ranma cálmate! Ya hablarás en el torneo. Entonces les demostrarás tu valía- el chico miró a su amiga y asintió.

En

el fondo del restaurante, en una mesa solo, estaba el hombre que los

observó en el avión. Era un ricachón, alguien que sólo vivía para

divertirse. Una vergüenza para su padre. Tenía fama de don Juan. Pensaba

que las mujeres estaban para complacerlo, y los hombres para

obedecerlo. Miraba a la pareja con ojos nada sanos. A esos dos se los

veía enamorados, como era su costumbre los separaría, se quedaría con la

chica, aunque el joven tampoco estaba mal, y después del torneo… la

dejaría como había hecho con las demás…. Y los demás.

Se levantó de la mesa, ahora empezaría su juego.

Los dos prometidos, seguían cenando, no vieron acercarse a ese impertinente hasta que les habló, mejor dicho, le habló a Akane.

-Hola,

bella señorita. Me estaba haciendo la pregunta, si me haría el favor de

abandonar esta triste mesa, y a su… - miró a Ranma con desprecio-…a su

insípido acompañante y acompañarme en la cena- realmente esa chica no le

gustaba, sólo quería divertirse a costa de esos dos idiotas. Los que

ese personaje no sabía que no era el primero en intentar separar a la

pareja, y que nadie había logrado ese objetivo.

Ranma intentó

levantarse de la mesa y enseñar educación a ese estirado, pero Akane lo

contuvo con la mirada. Los dos prometidos se miraron durante un instante

y en esas miradas hubo una conversación.

- "Akane, debo acabar con este…"- le dijo Ranma a su prometida con la mirada.

- "Siéntate y sigue comiendo, pasa de este energúmeno"- le contestó ella con la mirada.

-

"Pero."- la mirada que le dirigió su prometida fue suficiente, Ranma se

sentó y siguió comiendo, los dos ignoraron al hombre que los molestaba.

El

hombre se vio ignorado, no era normal, era joven, era guapo, era rico.

Sus modales refinados, todas las mujeres, y… los hombres, caían a sus

pies en segundos. Y ahora encontraba a una joven que lo ignoraba, eso

era un reto y él adoraba los retos.

-Señorita, mi nombre es Tomoe

Yamabuki, - odiaba su nombre, era nombre de mujer, su padre quería una

niña… y nació él. Y su padre le puso el nombre que le quería poner a su

hija no nacida. - puedo hacerla vivir mil y una aventura, vivirá

experiencias que muy picos han vivido, y desde luego su acompañante no.

Akane levantó la mirada y contestó con cansancio.

-Dudo

que lo que me pueda ofrecer supere lo que he vivido con mi prometido-

recalcó la palabra prometido para ese idiota se enterase- he vivido

aventuras en la que tú hubieras huido gritando de terror. He reído y

llorado con él, lo he acompañado allí donde ha ido. Me ha ayudado cuando

todo estaba perdido y me ha llevado a casa sana y salva. - miró a ese

hombre- no tienes nada que ofrecerme. Mi acompañante puede que no tenga

tu dinero, pero me da todo lo que necesito.

- ¿Qué cosas te puede dar ese pobretón?

-Protección,

compañía, amistad. Son cosas que no conseguirás con tu dinero. Tendrás

amigos, que van detrás de tu dinero, amistad por interés. No me interesa

gente como tú.

-Todo el mundo tiene un precio- dijo exaltado Tomoe- tú y ese chico- miró a Ranma- te puedo ofrecer lo que quieras por ella.

Ranma lo miró con mala cara.

-No

tienes el suficiente dinero para pagar lo que ella vale- el joven miró a

ese hombre- o tal vez si tengas algo que puedas darme.

Akane miró a su prometido con mala cara, pero al instante supo lo que Ranma pediría.

- ¡Lo vez! Todos tienen su precio.

- Y el de mi prometido no te va gustar.

- Por tenerte a ti pago lo que sea.

- ¡Quiero tu vida! Y te la cobraré por adelantado. En el torneo.

Tomoe se enfureció, cogió el plato de Ranma y se lo vació a este por la cabeza.

-Nadie me desafía y menos un niñato. Esta me lo pagas.

Ranma

se levantó furioso, dispuesto a enseñarle una lección al hombre. Pero

Akane se levantó y se acercó a ese idiota que desafiaba a Ranma.

-Me

has hecho replantearme mi decisión- Ranma abrió mucho los ojos, Akane

lo traicionaría. El hombre se ilusionó- desde un principio pensé que

eras un idiota. – y sonrió a ese hombre, Ranma se quedó blanco, Akane

era una…-He cambiado de opinión. No eres idiota- y su cara cambió y se

volvió una cara de rabia- ¡eres un cretino! - gritó la

joven- ¡pocos nos han insultado y han salido sanos! ¡Lo que has hecho a

mi prometido lo vas a pagar! - y de un puñetazo mandó a Tomoe contra la

pared. Todos miraron a esa joven. Había hecho lo que todos deseaban

hacer, golpear a ese idiota. Los organizadores se miraron no podían

sancionar a la joven. Tomoe se lo había buscado.

Ranma miró a su prometida y sonrió, ese si era su Akane.

La joven se giró a su prometido.

- ¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño ese idiota- preguntó la chica preocupada? Y ayudó al joven a limpiarse.

-No, estoy bien, pero necesitaré un baño y cambiarme de ropa. Ese imbécil lo pagará en el torneo, me vengaré.

Akane

asintió y los dos jóvenes abandonaron el restaurante y se dirigieron a

su habitación, donde el chico se bañaría y cambiaría de ropa.

.

Tomoe

se levantó del suelo, se había divertido mucho burlándose de esos

niños. La culpa era de ellos, por ser demasiado jóvenes, su lugar estaba

en el instituto, no jugando a ser adulto. Esa competición no era para

adolecentes y él se encargaría de enseñárselo.

Se rió realmente

esa chica ni le gustaba ni le importaba, era muy joven para su gusto.

Pero se seguiría riendo de esa pareja. Su próxima victima sería el

chico. Parecía muy incauto. Iba a pasar un torneo muy divertido.

Aunque

ella le había pegado un buen golpe, no se fiaría del chico, si ella era

así de fuerte, ese joven sería un rival a tener en cuenta, ¿un rival?

¡venga! La experiencia en lucha de ese joven sería cero, se lo

merendaría en un momento.

.

Ranma estaba en el bañó, el agua

caliente, lo relajó. Pensó que ese torneo podría ir bien, y no sólo en

lo deportivo. Si lograba anular su timidez, podría avanzar en su

relación con Akane, si no era estúpido, no dejaría de aprovechar esa

oportunidad. El joven lo pensó, bajó los brazos y negó con la cabeza,

era muy estúpido y dejaría marchar esa oportunidad, como todas… jamás

lograría declararse a su prometida.

Pensó en su complicada vida.

Su vida era un lio, se transformaba en chica, les temía a los gatos y

cuando este miedo era enorme… No quiso seguir pensando en eso. Lo

seguían seis acosadores, no sabía como no había acabado loco después de

tanto acoso y ataque. Su padre y él de su prometida sólo pensaban en

casarlo y que tuviera un hijo cuanto antes. Para la loca de Nabiki sólo

era un negocio. Y… y, Akane. Akane era un mundo aparte, no podía dejar

de insultarla, y tampoco podía dejar de sentirse atraído por ella, se

había vuelto el mundo a cuál él giraba. Se sonrojó, últimamente su

prometida se había vuelto más guapa, no podía evitar mirarla, tenía el

presentimiento que ella se había dado cuenta de esas miradas, se encogió

de hombros, tarde o temprano pasaría algo y si relación con Akane...

- ¡Ranma! ¿Estás bien? - preguntó la chica desde el otro lado de la puerta.

-Si, me he puesto a pensar en el torneo y… casi me he quedado dormido. - mintió el joven.

-Vale,

límpiate bien detrás de las orejas, nunca lo haces- contestó ella, era

la venganza de Akane por la mentira que le había dicho el chico.

Ranma

bufó, ¡siempre se lavaba detrás de las orejas! salió de la bañera y se

secó se puso ropa limpia y salió del bañó y se encontró a su prometida

esperándolo. Estaba con sus utensilios de baño

- ¿Ya has acabado? - preguntó la chica.

-Si, puedes entrar.

-Si,

y tanto que voy a entrar- dijo ella, y le dirigió una sonrisa traviesa-

como mi prometido es tan poco caballeroso y no me ha dejado bañarme

primero.

Él se puso tenso.

-Si, iba sucio, tú me has dicho

que me entrase el primero. Yo…- paró de hablar ella ya había entrado en

el baño dejándolo con la palabra en la boca. Esa mujer sabia como

tomarle el pelo, pero él ya se vengaría.

.

Akane entró en el

baño y se rio, le gustaba burlarse de su amigo, él encontraría la forma

de vengarse, eso formaba parte del juego. Como ocurría cuando era él el

que se burlaba de ella.

Se desnudó y metió en el baño.

Calmada

y relajada, miró a la puerta y pensó en quien había detrás. Su

prometido era tan inmaduro, burlón, era como un crio, o esa era la

imagen que daba al mundo. Nunca era atento y amable, o lo era en

contadas veces. En cambio, con las otras tres… se enfureció. ¿Qué tenían

esas que no tuviera ella? ¿Buen cuerpo, buenas cocineras? Eso era

verdad, ella estaba un poco gorda y era un desastre en la cocina.

Comprendía a su prometido que no la ¿quisiera? ¡Eso era mentira¡, tal

como siempre la había mirado Ranma, esa mirada le decía que él sentía

algo por ella...

- ¡Akane! voy a salir por un refresco ¿Quieres algo?

Ella se quedó un momento callada. La había pillado en otro mundo.

-No, gracias- pero cambió de opinión. - si traerme un té caliente.

-Un té caliente ¡De acuerdo! - contestó el joven. y Akane lo oyó salir de la habitación.

Un

rato después salió de la bañera, y se secó. Entonces se dio cuenta que

no había cogido ropa limpia. Tapada por con una toalla la chica salió

del baño y miró, por suerte no estaba Ranma. Cerró la puerta con pasador

y se abalanzó sobre su ropa y se vistió. Cuando acabó lanzó un suspiro,

por suerte Ranma no la había pillado cambiándose. Quitó el pasador de

la puerta, y esperó que volviera el joven.

Pasaron los minutos y

el chico no volvía. Algo le había pasado al joven. Al cabo de unos

minutos se abrió la puerta entró Ranma, furioso al máximo. Akane al

verlo se asustó.

- ¿Qué te ha pasado? - preguntó la joven.

-Me he encontrado con el pesado de antes.

- ¿Y que te ha dicho?

-Se ha atrevido a hacerme una proposición deshonesta.

- ¿Te ha vuelto a proponer que te me dejarás en sus manos?

-

Me ha propuesto ser su amante. Suerte que a aparecido uno de los

organizadores y se lo ha llevado, si no…me lo cargo allí mismo.

Akane se llevó las manos a la boca, ese hombre estaba realmente loco.

-No lo quiero a mi lado-dijo ella- ni al tuyo. Si sigue molestando lo mando a cementerio.

-Ponte

a la cola. La mitad de participantes al torneo lo tienen en su lista, y

la otra mitad lo mataría. - contestó el chico. Por que su padre paga

para que participe, o según rumores lo hace para ver si alguien lo manda

al otro barrio. Ese tío es un fastidio incluso para su padre.

Akane miró a su amigo, habían acudido al torneo para librarse de sus perseguidores y aquí tenían un nuevo acosador.

-No

tenemos suerte, vayamos donde vayamos siempre encontramos gente que nos

mete en problemas- contestó el chico. - me ha puesto tanto de los

nervios que no he comprado ni tu té, ni mi refresco

-No te

preocupes por eso Ranma- el joven debió ponerse tan furioso que olvidó

el té que le pidió- vámonos a dormir y descansemos y mañana en el torneo

venceremos a ese energúmeno.

.

Hacía horas que se habían

acostado. Al principio los dos estaban nerviosos. Estar acostado juntos,

los ponía nerviosos, sobre todo a él. Al final Akane dominó sus nervios

y se durmió. En el fondo estaba contenta, les había ganado la partida a

sus rivales, estaba durmiendo con Ranma. Antes de dormirse lo miró con

disimulo. El chico estaba muy nervioso, no lograba calmarse, tener a su

prometida tan cerca… le hacía sentir como si hubiera bebido un litro de

café.

Al cabo de las horas, el joven se levantó, y fue a mirar por

la ventana, a lo lejos se veía el resplandor de Kyoto, estaban cerca,

pero no si ibas andando. Miró a los terrenos que rodeaban el hotel, veía

como llegaban y se iban taxis con clientes. No notó nada hasta que una

mano se posó en su hombro.

- ¿No puedes dormir? - preguntó la chica.

-No,

estoy nervioso, es nuestro primer torneo, puede salir mal cualquier

cosa. - mentía, lo que realmente lo ponía nervioso era compartir cama

con su prometida. Ella sabía eso.

-No será por que tienes que

compartir cama conmigo. No te voy hacer nada, no te violaré- dijo ella

riéndose. El chico la miró con rabia que pronto fue cambiada por timidez

y otros sentimientos que llevaban al joven a desesperarse- no te

preocupes, relájate y cálmate.

Y cogiendo al chico de la mano lo

llevó y una vez allí, lo acostó, lo arropó y se acostó a su lado. Él la

miraba asustado, ella vio que iban mal, que tenía que lograr calmar al

tímido joven.

-Cuéntame una historia, algo que no me hayas contado, algo de cuando ibas con tu padre de entrenamiento. Algo divertido

Ranma la miró sorprendido.

-Pero

si te he contado todas mis historias- se lo pensó- ¡Noo! Tengo una

historia, una divertida- la miró con vergüenza- aunque hice el ridículo.

No te rías mucho- y le empezó a contar esa historia. Akane se rió en

muchas ocasiones. Como le pidió, Ranma le contaba una historia

divertida, había conseguido su objetivo que Ranma se calmase. La chica

notó que cada vez el chico hablaba más lento, hasta que se calló. La

chica lo miró y lo vio dormido.

- Bueno, chico por fin te has dormido ahora me toca a mi- la joven se giró y en breves momento dormía.

Horas

después el joven se despertó, y vio a su lado como Akane dormía, en la

cara de la chica había una sonrisa de satisfacción. La sonrisa de

alguien que se siente segura a lado de alguien que daría su vida por

ella.

El joven la miró y sonrió.

-Que guapa estás, tengo

ganas de verte más veces durmiendo. Verte así todos los amaneceres del

mundo. Que el sol me salude contigo a mi lado, durmiendo conmigo. Haré

todo lo posible para ser digno de volver a repetir esta situación. Sé

que muchas veces me comportó como el idiota que soy, pero quiero cambiar

eso, quiero que tengas paciencia conmigo, y algún día lograré decirte

lo que siento. Y podamos salir juntos a una cita y reírnos de los

idiotas que hemos sido, y seguir recibiendo el amanecer los dos juntos.

El

joven cerró los ojos y se durmió tranquilo y relajado. Sin saber que su

prometida lo había escuchado todo. La joven abrió un ojo y sonrió.

-

¡Ranma eres idiota! Ya sabia que tú me querías. Lo sé desde que

volvimos de China, incluso desde antes, sé que te domina tu timidez, y

como a mi el estúpido orgullo. Pero se valiente y dímelo a la cara. Te

doy hasta el final del torneo, si no… ¡Seré yo quien me declaré y te

arrancaré tu confesión, incluso a golpes!

La joven cerró los ojos y

se durmió. Mientras dormía se acercó al chico y se pegó a él, lo cogió

con fuerza por el pijama, él la cogió con un abrazo protector y de esa

forma durmieron el resto de la noche.

Horas después sonó el despertador.

Los

dos chicos se despertaron por el sonido de ese molesto despertador.

Abrieron los ojos y se miraron, él seguía abrazándola y ella lo cogía

por el pijama.

- ¿Se puede saber por qué me abrazas? - preguntó ella furiosa.

- ¿Por qué me coges el pijama? - Preguntó a la vez el chico.

- ¡No te estoy cogiendo! - ¿Eres tú el que me abra…zas- acababa de descubrir que ella lo cogía con fuerza del pijama?

- No te estoy abrazan…do- le tocó a él descubrir que la estaba abrazando.

Los

dos se sonrojaron y se soltaron y se alejaron un poco, se miraron con

miedo. En su interior debían reconocer que le gustó como despertaron. Se

dieron cuenta que habían dormido como nunca y tuvieron una sensación de

estar muy a gusto.

-Yo. creo que debemos cambiarnos… vestirnos y

prepararnos, queda poco para que vengan a buscarnos. Yo me cambio aquí, a

ti te toca cambiarte en el baño.

Ranma fue a protestar, pero ella lo miró con ojos tiernos y se calló y fue al bañó.

Poco

después salían de la habitación y bajaron en el ascensor al

restaurante, lo hicieron con varios participantes más, que lo miraban

con consideración. Esos dos niños no debían estar allí, luchar contra

ellos sería un insulto. El quien se enfrentarse a esos dos jóvenes tenía

el pase a la siguiente ronda asegurada.

Los dos prometidos

notaron esas miradas, pero no por eso bajaron las cabezas, eran muy

orgullosos para dejarse amedrentar por nadie. Tenían experiencia en

luchas, y no en luchas contra rivales en campeonatos. Ellos habían

luchado por sus vidas contra seres muy poderosos, y estos rivales a los

que se enfrentarían ahora no eran tan fuerte ni estaban tan preparados

como sus verdaderos rivales.

Salieron del ascensor y fueron al restaurante.

Cuando estaban llegando, alguien empujó a Akane y la apartó del medio. La joven cayó al suelo.

-

¡Aparta enana! ¡sal de mi camino! -era la mujer que habían observado,

la que medía y pesaba más que Akane. Esa mujer miró a Akane con

despreció- eres una cucaracha que se mete entre yo y mi comida.

Ranma miró a esa mujer con rabia, cuando notó que alguien lo tocaba, y se giró y vio a un hombre bajito.

-No

me gustas, No me gusta como miras a mi mujercita, en el torneo te haré

una cara nueva, esa remerita que llevas a tu lado no va a reconocerte

después que acabe contigo. -dijo con un tono de superioridad.

Ranma se lo quedo mirando, se giró y ayudó a Akane a levantarse. Ella asintió, sabía que pensaba el chico, y le dio su permiso.

El hombrecillo se alejaba de ellos, Ranma se acercó y le tocó de la misma forma que ese hombre lo tocó a él.

-No

me gusta como tu mujercita ha tratado a mi prometida. Me caes fatal, no

me gusta cómo has tratado a mi prometida. En el torneo te voy a dar una

lección que no vas a olvidar nunca. Te voy a…

Sintió que lo atacaban, y se apartó, justo a tiempo. La mujer de ese hombre lo atacó.

-Deja a mi pastelito en paz- dijo esa mujer.

Ranma y Akane se quedaron blancos, ¿pastelito? Estuvieron a punto de reírse, como todos los que observaban ese lance.

-Gracias por defenderme palomita.

Eso ya fue demasiado, y todos empezaron a reírse.

La mujer miró a los dos prometidos con ira.

-Es

culpa vuestra, en el torneo os demostraremos lo fuerte que somos.

Después no vengáis llorando. No tenéis el nivel para ganarnos, somos los

herederos de clan de Cologne, somos Shampoo y Mousse,

Todos

miraron a esos dos su fama era legendaria, serían los campeones del

torneo, Ranma y Akane se miraron sorprendidos, esos dos eran unos

impostores.

-No diremos nada- comentó Akane- al menos por ahora,

no quedemos atraer a los auténticos Shampoo y Mousse, y los otros

cuatro. Y a tu padre, él mío y a mi hermana.

-No están al nivel de

los auténticos, pero creo que tampoco son débiles de todo. Por ahora

será mejor que hagamos que nos dan un poco de miedo, pero ellos pagaran

por todo lo que nos han hecho los auténticos Shampoo y Mousse, y será

mejor que nadie sepa nuestros nombres.

Y los dos jóvenes retrocedieron y simularon miedo, el nombre de sus rivales era temido.

Al

final lograron entrar en el comedor, seguían siendo el hazmerreír de la

gente. Dos jóvenes, casi niños enfrentándose a un grupo de adultos,

esos era un chiste, un mal chiste.

Vieron a Tomoe, tenía un ojo

negro. A ese imbécil alguien le había dado una buena lección. No sabían

que ese alguien había sido el mismo durmiendo.

El hombre miró a

los dos prometidos, iba a lanzarles un plato, cuando se le acercó unos

de los organizadores, y le habló. Tomoe de mala gana renunció a su

broma, soltó un gruñido. Si montaba otra broma lo expulsaban.

Ranma

y Akane suspiraron aliviados, el resto del desayuno transcurrió con

relativa tranquilidad. A Pesar de lo mal que los miraba la pareja de

impostores. La mirada traviesa, provocadora y malvada de Tomoe, y el

desprecio de los demás participantes.

Poco después de acabado el

desayuno, llegó un autocar que los llevó al sitio donde se haría el

torneo, el viaje se realizó sin incidentes, nadie quiso arriesgarse a

ser descalificado por meterse con dos niños. Dos niños que en el torneo

demostrarían que eran dos bestias demoledoras.


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