—Eh, señor Lin, respecto a eso, lo lamento mucho, no puedo aceptar esa propuesta —ella solo quería enseñarle una lección a este tipo presuntuoso que hacía de menos a los demás.
Jamás pensó que el terminaría gustando de ella y le pediría que fuera su novia.
—¿Por qué no? Somos muy compatibles, ¿no crees? Con tu conocimiento en las ciencias forenses tendremos mucho de qué hablar y luego podremos casarnos, podría incluso mandarte a que estudies en los Estados Unidos, una vez que seas doctora. Con tanto talento como el tuyo, no tendrías problema en convertirte en oftalmóloga o neurocirujana, ¡es completamente posible! Aun eres muy joven y debes de tener este tipo de sueños, ¿verdad?
—Estás equivocado, mi sueño es solo ser enfermera, ja, ahora mismo estoy contenta con el lugar en que me encuentro, no quiero ni estudiar en el exterior ni convertirme en doctora.
—¿Por qué no? —volvió a preguntar Lin Mingyu.