Bella y Tristan no vieron a Dax en la sala de estar.
En cambio, vio a Geoffrey entrar e informarle que Lewis y William Sinclair ahora estaban mostrando la casa a Dax.
Bella soltó una risita, despidió a Geoffrey y caminó hacia Tristan, que ya la estaba esperando junto a las escaleras para subir.
—Vamos a ver nuestro dormitorio, querida —dijo Tristan extendiendo su mano para sostener la suya.
Bella lo siguió con calma, pero su corazón latía acelerado. Después de tantos años, finalmente regresaba a la habitación que albergaba tantos recuerdos hermosos como desdichados para ella. Intentó olvidar los recuerdos tristes desde que supo que volverían a esta casa. Ahora, en su mente, solo quedaban cosas buenas.
—¿Estás lista para ver nuestro dormitorio? —Tristan tocó suavemente su hombro. Sonrió al notar lo nerviosa que estaba.
—Sí. Estoy lista —las palabras de Bella se detuvieron de repente cuando de repente estaba en los brazos de Tristan. Él la cargó.