Rosa estaba intrigada por todo lo que Zayne hablaba. No podía creer lo lejos que había viajado representando a su reino en nombre de su rey o cómo simplemente navegaba cuando tenía el tiempo para hacerlo por sí mismo.
Estaba celosa de la maravillosa vida que Zayne tenía. Si ella estuviera en su lugar, Rosa pasaría el resto de su vida navegando en el mar. Aparte del campo que soñaba, no había nada importante para ella que ver en tierra.
Rosa se imaginaba escuchando las olas como las describía Zayne y teniendo una vista mucho mejor del cielo nocturno. Deseaba entender mejor un mapa ahora para que algún día pudiera dirigir sus aventuras hacia el mar.
—Y va más allá de lo que está dibujado aquí —dijo Rosa, tocando el borde del mapa.