—Necesito encontrar algo —comentó Helena a Merrick mientras se movía hacia la cabeza de las escaleras.
Pudo ver por la luz del día que entraba por las ventanas. Era bien pasado el mediodía. Quedaba poco tiempo antes de que se pusiera el sol y la luna saliera.
—No quiero desperdiciar tiempo precioso. Puedes encontrarme en la biblioteca si necesitas algo —descendió cuidadosamente las escaleras—. La chica es competente y sabe qué hacer mientras estoy fuera —la anciana asintió con la cabeza hacia Hildie.
Merrick estaba desconcertado por la partida abrupta de Helena. Inclinó su cabeza sobre el pasamanos, llamándola:
—¿Eso significa que vas a ayudarnos?
—Significa que lo intentaré —Helena levantó la cabeza y le dio una mirada decidida—. Como dije antes, no estoy segura de cómo proceder y necesito investigar. No puedo prometer nada.
Merrick asintió en respuesta.
—Continúa. Esperaremos aquí tu regreso.