(Desde la perspectiva de Azul)
—¿Pero no es solo una posibilidad? —Ruby dijo—. Quiero decir, hay una posibilidad de que se enamore de mí después de nuestro matrimonio, pero también hay una posibilidad de que no lo haga. ¿Qué haré entonces?
—Ruby, siempre has expresado el deseo de formar tu propia familia. ¿No crees que es una oportunidad? ¿Y qué, si te casas con alguien que no te amará? Él, por lo menos, te respetará. Y no hay forma de que tampoco seas feliz. Ya sabes, a veces solo necesitamos ser valientes —le dije—. Pero, al final del día, es tu vida. Debes tomar tu propia elección. Sólo puedo aconsejarte, y mi consejo es que lo intentes. ¿No es mejor que no tener nada? ¿Ni familia ni un marido leal que quizás no te ame tanto como un marido cariñoso; la última opción es mejor en mi opinión. Sin embargo, tú tienes la última palabra. Yo apoyaré tu decisión.