Remia, Ajax, Residencia Windsor - 25 de mayo - Año 525
VLAS
Era la media tarde, había tomado una larga siesta de cinco horas luego de llegar a casa, el cansancio acumulado del día y la noche anterior hizo su magia, y luego de ese descanso me encontraba como nuevo. Me senté en el sillón de la sala con un gran tazón de cereales luego de tomar un baño apenas despertarme, encendí la televisión y justo se encontraba sintonizada en el canal de noticias, era una buena manera de ponerme al día con lo sucedido, mamá sólo me explicó un poco en el viaje en auto desde la zona de refugiados hasta casa.
Según las noticias, era la tercera vez que caían tantos asteroides en tan corto período de tiempo en Remia. Lo más interesante de ese dato eran los años específicos en los cuales sucedía... Dejando de lado los años 485 y 505, había pasado cada diez años desde 475, apenas unos años después de que la nación fue fundada, y casi siempre en la misma fecha, entre mayo y julio... Se me hizo conocido ese dato apenas oírlo, sabía que lo había escuchado o leído en algún lugar, y estaba seguro de que había sido en un lugar muy específico ya que era un detalle demasiado concreto como para sólo haberlo conocido como un dato aislado... «Cierto, el libro de Ajax», pensé... Y rápidamente subí a mi habitación a buscar en mi biblioteca ese libro que había leído meses atrás.
«Una historia que se repite», leí cuando logré ubicarlo en el fondo de una caja de libros que ya había leído, bajo mi cama. Por suerte había olvidado devolverlo a la biblioteca, pero eso ya había perdido importancia, porque esta se encontraba destruida, por lo que no iba a ser necesario. Lo identifiqué rápidamente al leer su nombre, aunque cuando leí el título y posteriormente abrí sus páginas me llevé una gran sorpresa... Recordé al instante que ese libro estaba escrito en shi... El idioma más antiguo del mundo, o al menos del que más datos se tenía.
«Bingo», encontré el detalle que recordaba al ver las noticias... «Cada una década el mundo se verá sumido en un caos causado por los siete impactos que avisarán la llegada del nuevo salvador a la tierra». Esas palabras me paralizaron por un momento, realmente eran bastante precisas con lo que estaba pasando, así que no me quedé de brazos cruzados y comencé a investigar. Hasta que lograra conseguir respuestas.
Al otro día...
Remia, Ajax, Residencia Windsor - 26 de mayo - Año 525
Era la tarde, cerca de las 5:00 p.m. Había pasado la noche entera, más la mitad del día, buscando algunos datos o informes sobre las anteriores caídas de asteroides en Remia, mis padres no había vuelto en la noche y aproveché el hecho de que no tenía colegio en la mañana para dedicarme de lleno a encontrar al menos algo que abriera una abanico para descubrir posibilidades y comenzar a plantear hipótesis. Fue un arduo trabajo, pero lo logré, y entre tanta información me llevé una gran sorpresa cuando encontré un patrón que se repetía en muchos lugares, porque descubrí que no sólo caían en Remia, caían en todo el mundo. El lapso de tiempo de diez años todavía se mantenía, pero en los años que no caían en Remia terminaban por caer en otros lugares, sin ir más lejos, en el año 485 cayeron en Bellum Giant y en el 505 en Filii Dei. Eso era suficiente para que comenzara a sospechar, y sabía quienes podrían ayudarme a descifrar tales coincidencias... Dejé mi computadora en mi habitación y bajando las escaleras tomé mi celular para marcar el número de Zenda, cuando comencé a llamar lo apoyé en mi oreja.
—Ey... ¿Qué tal? —preguntó ella al atender.
—Buen día linda... ¿Todo bien? ¿Te encuentras en tu casa?
—Sí, estoy jugando ajedrez con Kora... Y como sabes estoy perdiendo brutalmente —respondió entre risas, también escuché las risas de Kora cerca de ella.
—Me lo esperaba... En realidad te llamaba para preguntarte si querías salir, ¿Mirador de Ajax en una hora? —pregunté al pasar al lado del perchero y tomar mi chaqueta sin parar mi caminata hasta la puerta.
—Claro... Nos vemos ahí en un rato –aceptó ella con facilidad.
—Bien... Adiós linda.
Corté y salí de la casa rápidamente, para dirigirme a la playa.
Una hora después...
Remia, Ajax, Mirador de la ciudad - 26 de Mayo - Año 525
VLAS
Llegué al mirador cerca de las 5:45 a.m. La playa de Ajax era inmensa, la famosa Bahía de la Libertad, donde casi cincuenta años atrás desembarcaron los primeros ciudadanos de Remia luego de la Cuarta Guerra Mundial. La arena era casi blanca y el agua tan cristalina que brillaba a lo lejos proyectando el reflejo del sol. El verano se estaba acercando y pude confirmarlo cuando vi algunas personas caminando por la arena o zambulléndose en el mar. Intenté buscar a Zenda entre todo ellos pero no la ubiqué, ella seguramente no había llegado, fui tonto al no pasar por su casa primero, podríamos haber venido juntos, después de todo vivimos en el mismo vecindario... Por lo que sólo me senté en una banca que daba hacia el océano y esperé a que ella hiciera presencia. No pasaron muchos minutos cuando escuché algunos pasos acercándose por detrás hacia mí.
—Aquí estoy —dijo Zenda apareciéndose atrás mío, al escuchar su voz me di la vuelta, junto a ella estaba su hermana, Kora.
—Tarde, como siempre —respondí riendo.
—Es que alguien no me quería dejar venir sola. —Giró sus ojos hacia su hermana.
—No iba a dejarte venir sola luego de lo sucedido ayer —explicó Kora—. Oh, hola señor príncipe, un gusto verlo —me saludó.
Olvidé mencionar lo mucho que a ella le gustaba molestarme... Mayormente con mi título y mi amistad con su hermana. Su sarcasmo y sentido del humor era algo que la caracterizaba demasiado, a mí me gustaba bromear con ella también.
—Primero que nada, en realidad no me gusta que me remarquen en todo momento mi título, y por otro lado, tenía esperanzas de que no actuaras de nuevo como una tonta —respondí con una sonrisa.
Ahora tenía que escuchar su respuesta, no sería para nada leve.
—Nuevo insulto desbloqueado señor dinero —respondió haciendo lucir ese sublime tono sarcástico antes mencionado.
Escucharla hablar seriamente era algo casi imposible. Pero las pocas veces que lo hacía era muy interesante, siempre dejaba ver una gran madurez en sus palabras, e inversamente a Zenda, ella podía ser mucho más realista, y la mayoría de veces la bajaba a tierra.
—Okey... ¿Pueden parar ustedes dos? —interrumpió Zenda poniéndose entre nosotros—. Vlas, ¿Qué era lo que querías hablar? —preguntó tomando asiento a mi lado. Kora nos rodeó, planeando sentarse del otro lado.
—Okey pararemos, ¿Cierto, Kora? —le pregunté dirigiéndole una sonrisa cuando pasó delante mío.
—Lo haremos —asintió, devolviéndome la sonrisa.
—Muchas gracias, ahora repito, ¿De qué querías hablar Vlas? —Zenda insistió.
—Sí, eso... Empezaré, ¿Recuerdas el libro que encontré en la biblioteca de Ajax esa vez que fuimos con el colegio? —le pregunté a Zenda.
—Oh, sí, recuerdo que estabas muy interesado en él, ¿Te lo llevaste a tu casa, cierto? —ella recordó.
—Si, ese mismo... En él decía algo sobre el fin de la civilización humana, cambios en el mundo y guerras casi interminables, no entendí muy bien su contenido ya que estaba escrito en shi y lo tuve que leer rápido —expliqué.
—Espera... —me interrumpió Kora—. ¿En serio sabes shi? —preguntó sorprendida.
—Sí, lo estudié de pequeño con Rhys y pude comprenderlo fácilmente, él era un muy buen maestro —respondí.
—Wow, eso sí es de admirar. —Extrañamente dejó salir un halago. Eso era un gran avance.
—Gracias —dije, con un poco de confusión, pero más que gratificado con sus palabras—. Entonces sigo... Ayer mientras miraba las noticias de lo que pasó en el centro de la ciudad recordé algo muy importante que había leído en él.
Les conté mis hallazgos con lujo de detalle. Kora me miraba fascinada mientras más avanzaba, ella era una persona muy interesada en la historia y culturas antiguas, tenía cientos de libros, desde la historia de Fons, hasta la de Filii Dei, pasando por el antiguo Imperio Indil y llegando al naciente Reino de Remia. Era algo obvio que le terminaría por gustar lo que les estaba contando.
—Eso suena muy fantasioso Vlas, puede haber sido cualquier cosa, son asteroides, hay millones de ellos flotando alrededor de la tierra, era obvio que alguna vez sucedería algo así, es natural —respondió Zenda luego de que terminara contándole hasta lo que había descubierto esa misma mañana, pero ella le quitó importancia a lo que había dicho. ¿Por qué justo con eso tenía que ponerse tan razonable y lógica?
—No, espera... —la interrumpió Kora—. ¿Puedes explicar más de lo que trataba ese libro, Vlas? Me está interesando la historia —preguntó entretenida con mi historia.
—Emm, sí, de algo me acuerdo, contaba también una lucha que sucedió hace unos cientos de años, antes de la Primera Guerra Mundial para ser más exactos, en el libro era llamada «La Batalla del Fin».
—Eso me interesa más todavía, cuéntanos eso —instó.
—Claro, explicaba que existían personas en la época cercana a la fundación del Reino de Fons que eran considerados los guerreros más fuertes hasta ese momento, según explica la historia esos guerreros tenían una «bendición genética» que los hizo dotar de habilidades inhumanas que los llevo a luchar hasta la muerte... Luego que uno de ellos ganó, siguió con su plan de formar un reino uniendo varios pueblos del Continente Central, y comenzó a conquistarlos uno por uno, anexándolos a su cada vez más grande territorio, luego de su muerte no hubo nadie que se encontrara a su altura en cuanto a poder y pudiera controlar tanto territorio sometido, esa fue la causa de la Primera Guerra Mundial —continué.
—Si eso realmente sucedió, fue hace más de quinientos años... Filii Dei ya era una nación instaurada también... ¿Ellos no deberían saber qué fue lo que pasó? —preguntó Zenda con curiosidad.
—Quizás... Aunque la parte que viene ahora es lo que más me convenció, y la que responde a tu pregunta, Zenda —respondí.
—¿Entonces? Sigue. —Kora seguía enganchada al relato.
—Si... Kora tiene razón, sigue contándonos —añadió Zenda.
Al principio le quitó importancia a lo que dije, pero no tardó mucho hasta que se interesó en lo que tenía para contar también. Sabía que no iba a aguantar mucho siendo la única que no demostraba curiosidad.
—Entonces sigo, según el libro el ganador de esta batalla fue el primer rey de Fons, Delta Ex Fons, y en cuanto a su contrincante asesinado, fue ni más ni menos que el emperador de Filii Dei, Hades Filii Dei... Así que si comenzamos a unir todas las piezas, podemos llegar a la conclusión de que el que creó el combatiente vencedor no fue nada más y nada menos que la nación más grande del mundo... Fons.
—Espera, eso en sí tiene algo de sentido... Después de todo, según la historia, Delta conquistó las seis regiones que conformaron al inicio Fons en sólo mil días... Es casi imposible que alguien que haya aparecido de la nada conquiste la mitad del mundo en tan poco tiempo sin tener algo especial que lo haya ayudado.
La teoría que Kora planteó tenía sentido, al parecer ella ya había investigado algo por el estilo.
—Se supone, y no sólo eso, sino que asegura que su prematura muerte se debió a una maldición dada por su rival antes de matarlo en aquella batalla.
—Cierto, él murió a los treinta y cinco años en una situación misteriosa, hasta el día de hoy se desconoce el verdadero motivo... Vaya, al final tiene mucho sentido todo eso, no me espera...
Las palabras de Zenda no llegaron a su final, y los tres nos miraron con gran impresión al percatarnos de esa vibración que nos otorgaba una sensación demasiado familiar... Y cercana. Algo que logramos deducir al instante en el cual se oyó una explosión aturdidora que azotó la ciudad.
—¿Qué fue eso? —Kora se puso de pie y dirigió su mirada hacia el centro de Ajax.
—Oh no... Una explosión en el SkyLife —dije, señalando el rascacielos más alto de la ciudad al mismo tiempo que el reloj que se encontraba en la cima de este caía lentamente.
Se estaba derrumbando.
—Maldita sea... Puede ser un ataque terrorista —supuso Zenda apretando mi mano, había tomado también la de su hermana.
—No lo creo... Más asteroides. —Señalé el cielo y tracé con mi dedo el recorrido que una estela dejaba sobre nosotros, para que momentos después la tierra temblara de nuevo, anunciando que había caído otro más.
—Ahora... Debemos correr hacia una zona de refugiados... —Las palabras de Kora vinieron acompañadas de la alarma de evacuación de la ciudad.
Eso significaba una sola cosa... Ya no había salvación para Ajax.
Zenda jaló la mano de Kora, y por impulso la mía también, y comenzó a correr mientras nosotros la seguíamos siendo guiados por su valentía. Vi caer demasiados edificios a mis espaldas, y rocas volando que se hundían en el mar. Doblando en una esquina vimos un inmenso camión del Ejército Nacional llegando al lugar, en el cual nos subimos lo más rápido posible.
Saliendo de la ciudad eché una última mirada detrás de mí... Todo era caos y destrucción, parecía el apocalipsis.
«Mamá... Papá», pensé... No quería asumirlo, y podía pensarlo luego. Sólo quería creer que ellos estaban a salvo.
Cuando pasaron unas horas y no alejamos lo suficiente de la capital por fin pude respirar con normalidad. Miré a Kora, quien se encontraba enfrente de mí, ella me sonrió y me di cuenta por qué lo hacía cuando la vi al señalar que la mano de Zenda apretaba la mía.
—Se durmió —dije sintiendo su cabeza apoyada en mi hombro.
—El pánico la invadió, pero tuvo el suficiente valor para tomarnos de las manos y comenzar a correr alejándose del peligro, ni tú ni yo pudimos hacerlo... Es una chica muy valiente —respondió Kora, rápidamente alzó su mirada y logró apreciar la puesta del sol—. ¿A dónde crees que nos dirigimos? —preguntó señalando algunos carteles de la carretera.
—Crystel... Es la ciudad más cercana que queda al sur... Probablemente Dunch también está destruida, los asteroides que vimos pasar sobre nosotros tenían de destino el norte.
—Es mejor saber dónde vamos a estar... Quizás el Parlamento fue destruido, pero todavía tengo la esperanza de que mis padres se encuentren a salvo —intentó decirlo con tranquilidad, pero el temblor en su voz y sus manos inquietas delataban lo que sentía en ese momento, y era todo lo contrario a lo que pretendía dejar ver.
—Ey... Estamos los tres juntos... Eso es lo único que importa, ahora solamente debemos cuidarnos entre nosotros. —Intenté calmarla.
—Sí, lo sé... Sólo estaba pensando eso... —Bajó la mirada—. Creo que me recostaré hasta que lleguemos al lugar... ¿Puedo? —preguntó arrastrándose con ayuda de sus manos hasta mi lado. Al llegar apoyó su cabeza en mi otro hombro disponible.
—Si... Duerme, yo estaré atento a lo que suceda —permití, soltando una ligera risa. Ella se encontró llevando su mano hasta la mía, y suspirando una última vez.
—Bien... Gracias, Vlas.
Irónicamente la intenté calmar cuando yo estaba cien veces más nervioso que ella... Sabía que el Parlamento no se había salvado de los impactos, pero al igual que ella tenía la leve esperanza de que mis padres estuvieran a salvo luego de ese pensamiento optimista que sentí horas atrás... Suspiré como ella cuando aprecié el sol desaparecer en el horizonte... Iba a ser un camino largo, Crystel estaba más lejos de lo que parecía. No pretendía soltar la mano de Zenda, ni la de Kora, ya que con ellas sanas y salvas a mi lado al menos podía también sentir la necesidad de tranquilizarme un poco.
Pero ante ese deseo, de nuevo las sospechas vinieron a mi cabeza.
«Siete impactos», pensé recordando aquella frase del libro.
—Sólo queda esperar... Pronto todas las dudas serán resueltas.
Parecía que todo se unía, así que lo único que pude hacer fue abandonar la idea de que podría resolverlo yo mismo... Quizás era algo en lo que no debía involucrarme... Quizás sólo eran ideas mías.
Quizás... Nada de eso tenía que ver conmigo.
Una semana después…
Remia, Crystel, Residencia Windsor - 1 de Junio - Año 525
VLAS
Después de la segunda caída de asteroides en Ajax, la ciudad fue totalmente destruida. Aproximadamente diez mil muertes, trescientos mil heridos y veinticinco mil desaparecidos. Todavía no se encontraba una explicación a la causa de tal fenómeno, y la ANSE aún seguía investigando para darle lógica a la aparición de los seis extraños asteroides que salieron de la nada entre las dos caídas. La hipótesis inicial era que la primera y la segunda tenían el mismo motivo detrás, ya que apenas las separaron dos días, y fueron tres en cada una, pero todavía nada era seguro, y sólo existían sospechas sin conclusión.
Luego de que la ciudad de Ajax fuera destrozada por los impactos de asteroides terminé en la ciudad de Crystel junto con Zenda y Kora... Estuvimos algunos días en una zona de refugiados hasta que la aparición de mi padre nos dio esperanzas... Pasaron algunos días desde que nos instalamos en la segunda residencia de la familia ubicada en Crystel. Zenda, Kora y sus padres se dirigieron a la ciudad de Gala, al oeste de Crystel, donde se encuentra su segunda residencia, y desde ese día no la he visto, pero aun así hablo con ella a diario.
Mientras estaba sentado en la sala con mis padres ellos me explicaban la situación, al parecer Ajax era sólo escombros, quedaron en pie unas pocas estructuras como la mitad del Parlamento, o la mitad del SkyLife... Mucho dinero se vería involucrado en la reconstrucción de la ciudad y en la investigación de los asteroides, además de implementar nueva tecnología que los pueda identificar con anterioridad para que una catástrofe así no volviera a suceder.
El teléfono sonó unas cuantas veces, hasta que mi padre se levantó para atender...
—Hola... —tardó un poco en responder—. Sí, estamos a salvo... En Crystel... ¿Mañana? Entendiendo... Tu madre y Vlas... Bien, te esperamos... Rhys —y cortó luego de decir esas palabras... Ese nombre.
Mi corazón se aceleró con sólo escucharlo a mi padre nombrar a mi hermano... Diez años y seis asteroides en Remia tuvieron que pasar para que al fin fuera capaz de volver a verlo, de volver a encontrarme con mi hermano mayor... Con Rhys.
Fue automático, sentí una intensa sensación de felicidad invadir mi cuerpo, nunca antes había tenido tal estremecimiento. Sabía que únicamente él podría ser capaz de hacerme sentir algo así.
—¿Ese era Rhys? —preguntó mamá dejando su computadora sobre la mesa. Ella quiso actuar serena, pero el intento de ocultar esa sonrisa no sirvió de mucho, ella se encontraba igual de feliz que yo.
—Si, dijo que llegará mañana por la mañana... Parece que su viaje acabó —respondió mi padre tomando asiento de nuevo.
—Eso quiere decir que luego de tanto tiempo por fin lo volveremos a ver —me uní a la conversación con un gran entusiasmo.
—No te emociones demasiado, Vlas... Está claro que volverá, pero no sabremos si se quedará mucho tiempo... Ni siquiera me dio demasiada explicación de su extraña aparición... No sabemos por qué vuelve tampoco —explicó mi padre, quitándole importancia con una gran indiferencia en su voz.
—¿No es obvio? Vuelve porque está preocupado por nosotros, seguramente escuchó sobre lo que pasó en Ajax y quiere saber si estamos bien —dije, sin dejar de ilusionarme cada vez más y más.
—No es tan así como crees Vlas... Si sólo quería saber cómo estábamos un llamado bastaba, ya que no sé si recuerdas, pero Rhys nos abandonó, y se fue sin darle explicaciones a nadie... Una persona así no puede preocuparse por su propia familia... A mí no me convencerá con eso —respondió mi padre, la indiferencia ya no formaba parte de su voz, se convertía lentamente en fastidio.
—No puedes decir eso de él... Te estás equivocando, Rhys no es así... Que haya tenido problemas con ustedes en el pasado no quiere decir que nos odie y que no se preocupe por su familia —respondí en defensa de Rhys.
Eso que mi padre estaba haciendo era injusto... Rhys no estaba con nosotros en ese momento para defenderse de esas acusaciones o al menos negar los argumentos de mi padre, ¿Por qué no sólo esperaba a que volviera para poder tener una charla con él?
—Sí que eres ingenuo Vlas —dijo mi padre volteando hacia mí, su rostro lo decís todo—. Rhys desapareció... Fueron diez años en los cuales nadie supo dónde estaba, se fue sin avisar, sin siquiera despedirse... ¿Entiendes Vlas? Diez años en los cuales nunca llamó ni mostró un signo de importancia por nosotros... ¿Eso es preocuparse por su familia? —preguntó alzando la voz.
Viendo su rostro conseguí percibir el enojo gran que lo invadía. Mamá al igual que yo quedó en silencio, supongo que anonadada por la reacción de mi padre frente a mis palabras sobre Rhys.
—Lo que tú digas papá. —Me puse de pie y abandoné la sala.
Caminé por el pasillo hacia las escaleras y subí hasta mi habitación, al llegar sólo cerré la puerta con fuerza y giré la llave, mi accionar fue suficiente para dar por terminada la discusión... No quería pelearme con mi padre, él era mi familia y mi sangre, pero sigo pensando que sus acusaciones a Rhys son exageradas, porque él también era mi familia, y quería defenderlo... Pero no podía suponer nada, no conocía de la raíz de sus problemas con él, así que la única forma de saber quién tenía la razón era esperar hasta mañana para que Rhys llegara y despejara todas las dudas.
Con ese deseo en mi mente caí en la cama y me dormí rápidamente... Esa noche iba a soñar con Rhys.
Más tarde...
Clio entró a la oficina de Rygal tarde en la noche... Este tenía demasiado papeles, trabajo, reuniones, llamadas y cientos de cosas más que debía atender en consecuencia a los recientes sucesos que habían azotado la nación. Igualmente cuando vio entrar a Clio a su oficina hizo todo a un lado y se preparó para escuchar lo que ella tuviera para decirle.
—Déjame adivinar... ¿Vienes a hablar de Rhys? —Rygal alzó su mirada y vio a su esposa parada frente a su escritorio de brazos cruzados.
—Vengo a hablar de Vlas... Creo que fuiste muy duro con él hoy, apenas es un adolescente y no comprende lo que sucede a nuestro alrededor ni lo que sucedió con Rhys... No debes tratarlo de esa manera. —Clio se movió un poco hacia su izquierda y se sentó en un sillón al borde de la habitación—. Él es tu hijo.
—Lo sé... Gracias por recordármelo —respondió Rygal con mordacidad—. Justamente ese fue el problema... Si no comprende no debe hablar, mucho menos cuestionar lo que su padre dice... Él no sabe por qué Rhys se fue, y tampoco sabe porque vuelve, quizás cuando lo sepa podré hablar con él sobre el tema sin necesidad de alzarle la voz.
—Rygal... No hagas la vista gorda al problema principal... Ambos sabemos la razón por la cual Rhys vuelve, y desgraciadamente ambos sabemos por qué se fue en primer lugar... Creo que no es necesario que sigas fingiendo, ¿O seguirás siendo igual de cínico con tus hijos? —Clio miró a Rygal y este le lanzó una sonrisa irónica, quitándole importancia a su pregunta principal.
—Clio... No debes meterte en los problemas que tengo con Rhys, yo te he dicho mil veces la verdad de la situación, lo que pienso y las decisiones que tomaré en base a su vuelta. —La sonrisa desapareció de su rostro y este cambio a seriedad, su mirada se volvió fría de repente. Clio lo miró sobrecogida—. Aunque con el paso del tiempo aprendí que a veces hay que dejar que las cosas sigan su curso natural... Esta vez no intentaré influenciar el resultado, él sabrá que hacer al final, cuando ya no le quede nada más por lo que seguir —esa voz sombría la cual pronunció palabras tan crueles acabó por hacer que la piel de Clio se erizara.
Ella se puso de pie y lentamente caminó hacia la puerta, con Rygal a sus espaldas. Cuando llegó a la puerta puso su mano en la perilla y antes de girarla volteó para mirar a su esposo una última vez.
—Yo seguiré protegiendo a mis hijos así como lo he hecho hasta ahora... No voy a permitir que los lastimes otra vez —aseguró su esposa, volviéndose hacia delante y con su mirada posada sobre su mano apretando la perilla recordó haber dicho eso tantas veces en el correr de los últimos veintiocho años que sintió que tal promesa ya no tenía ningún peso... Y por eso apretó la perilla con fuerza cuando la odiosa risa de Rygal retumbó en la habitación.
—Si tú lo dices, me queda desearte suerte Clio... Lastimosamente tu mayor desventaja es el amor que me tienes... Siempre pensando que podrías haberme hecho cambiar, pero el destino te jugó en contra, ¿Y qué quedó al final? —Sonrió. Esa pregunta fue dolorosa.
—El destino no me jugó en contra... Era tu arrogancia y monstruosidad contra lo que peleaba, no podría haberle ganado jamás, no tengo esas cualidades, Rygal... Pero tienes un hijo que es demasiado igual a ti, y él no te quiere hacer cambiar... Él quiere acabar contigo... Y no cesará hasta lograrlo.
—Somos dos... Y alguno tiene que acabar con lo que el otro comenzó, Clio... Espero puedas llegar a ver el paisaje final.
—Sigue riendo Rygal, hazlo mientras puedas —la puerta se cerró con fuerza luego de Clio haber dicho eso. Abandonó la habitación al instante.
Rygal sonrió aún más que antes, para luego bajar su mirada y al final negar con su cabeza...
—Sabía que no me equivocaba al casarme contigo... Clio Windsor.
Fons, Ash, Aeropuerto Internacional «Rey Delta» - 1 de Junio - Año 525
RHYS
Estuve diez años alejado de mi familia, de un lugar a otro, viviendo de todo un poco, pero luego de que muchas cosas sucedieran en ese lapso de tiempo, voy a volver a Remia. Me enteré de lo sucedido y al ver el desastre que había ocurrido en Ajax no pensé dos veces la posibilidad de regresar, volver a verlos y asegurarme de que se encontraran a salvo, y afrontar ese miedo que me persigue desde que abandoné Remia, de una vez por todas. Será incomodo verlos después de tanto tiempo, aunque estoy seguro que me olvidaré de esa sensación apenas vea a mamá y a Vlas, porque los he extrañado mucho en diez años, y porque les hice una promesa... Les dije que volvería. Aunque eso no quita que no funciona así con mi padre, él fue la principal razón de que haya abandonado todo después de que los primeros dieciocho años de mi vida haya sido aquel que parecía tenerlo todo para ser el siguiente líder de Remia, su sucesor. Luego de la muerte de Demian todo se desvirtuó y el final de mi vida en Remia se dio cuando en una discusión con mi padre me obligó a abandonar todo lo que me unía a ellos, desde mi apellido, hasta mi herencia y estatus social, y cuando ya no me quedaba nada, sólo me encontraba perdido, entre tantos sentimientos que nunca llegaron a concluir, por esa razón me fui... Dejando todo atrás.
Aun así, el tiempo pasó, ya no tengo dieciocho años, no soy la misma persona que fui cuando era el príncipe de Remia, y también perdí el miedo que le llegué a tener a Rygal Di Rem alguna vez. Ese miedo se convirtió en esperanza, la esperanza de ver de nuevo a Vlas y a mamá. A ellos fue a quienes más le afecto mi partida, y aunque yo también sufrí al separarme de mi familia, igualmente tuve que hacerme fuerte y no pensar en lo mal que me sentía luego de tener que abandonar mi vida, y dejar a las personas que más quería y me importaban en Remia. Por su propio bien.
No seré capaz de explicarles todo lo sucedido en estos últimos diez años y la razón por la cual no volví antes, sé que nunca me entenderían, cuando ni siquiera yo puedo hacerlo. Aunque quizás mamá podría hacerlo, ella estuvo ahí esa noche cuando abandoné Remia, fue la última persona que estuvo a mi lado antes de que todo se acabara, ella lo supo, comprendió mi sufrimiento, porque pasaba por lo mismo que yo, pero Vlas era pequeño, y nunca estuvo al tanto de todo lo que sucedió ese día, a mamá le duele sólo recordarlo, y no se lo contó, por esa razón, si tan solo él lograra conocer el verdadero trasfondo de todo lo acontecido y la verdadera razón de mi partida, tal vez podría llegar a perdonarme, aunque quizás no merezca tal trato luego de abandonarlo, y romper esa promesa que le hice cuando Demian murió.
Asumir que no era la misma persona que hace diez años podía llegar a ser arriesgado y algo demasiado subjetivo, aunque tenía argumentos para sustentarlo, con todo lo que pasó, un poco había cambiado. Gané y perdí personas, a la vez que cosas importantes, y sufrí más de lo que esperaba, aún con tal dolor en mi alma. Pero no todo fue malo, y tuve una luz a mi lado que me acompañó todo ese tiempo, fue lo que me llevó a cambiar y dejar de lado cualquier resentimiento que haya tenido hacia aquellos que me dieron la espalda, pero con quienes todavía tenía una deuda pendiente. Podría decir que no olvido mi pasado, pero que prefiero seguir hacia adelante sin mirar atrás, y no cometer ningún acto del que pueda arrepentirme más tarde. Ya tenía mucho de lo que arrepentirme, una carga que llevaré por la eternidad.
Mientras tanto...
—Diez años sin ver a tu familia... ¿Cierto? —preguntó Lara tomando asiento al lado de Rhys. Ella estiró su brazo intentando alcanzarle el vaso de café que él le había pedido.
—Nueve años y diez meses para ser más exactos —respondió él, tomándolo.
—Nunca entenderé tu pensamiento, si tenías tantas ganas de volver y ver a tu familia, ¿Por qué no lo hiciste? Sé que estaba el tema de tu padre y lo de la traición al reino... Pero no creo que algo así te importe después de todo... Luego de la guerra podrías haber vuelto sin ningún tipo de problemas. —Esa misma cuestión era la discusión que casi siempre tenían.
Rhys sabía que en cierto punto ella tenía razón, a él realmente no le importaban las consecuencias que podría llegar a tener para Rygal su presencia en Remia. Pero dentro de esa idea de querer volver siempre había algo que terminaba por alargar sus planes más tiempo del que al final quería.
—No lo entenderías si te lo explico... Ya sabes que lo de la amenaza de mi padre sólo lo tomé por lo que es, una amenaza, al principio si la tomaba con pinzas, pero ahora mismo una amenaza me huele a mierda... Aun así había algo que me impedía volver.
—¿Qué tipo de «algo»?
—Un sentimiento de culpa por abandonar a mi hermano, sólo pensé en mi e ignoré lo que pudo haber sentido Vlas por la muerte de Demian... Mi partida seguro lo terminó afectando el doble. —Cada que hablaba de su hermano una extraña sensación punzaba su pecho, la verdadera razón por la cual diez años se hicieron tan largos.
—No tienes que culparte por eso, si hay alguien que realmente tiene que tomar la responsabilidad de todo lo que pasó es tu padre, ambos sabemos por qué —Lara se acercó a él y acarició su espalda suavemente mientras decía esas palabras, ella siempre era muy empática con él.
—Pero... No puedo sólo ir y decirle a Vlas lo que realmente pasó, aunque sea para protegerlo le afectaría demasiado, sumándole lo de su elección y todo lo que se avecina... Más que un regreso sería cargarlo con problemas que no necesita.
—No opino que sea así, lo que está a punto de comenzar lo involucra directamente e indirectamente, si hubieras vuelto o no se habría enfrentado a todo eso de todas formas.
Lara asumió lo mismo que él había pensado algunos días atrás cuando tomó la decisión de volver a su hogar, aunque luego de tanto tiempo, ¿Podía seguir llamándolo «hogar»? De igual manera, volviendo a la cuestión inicial, solamente le podía dar una respuesta.
—Lo sé... Entiendo tu punto, pero la principal razón por la que volveré no tiene nada que ver con Rygal, si así fuera habría vuelto hace mucho tiempo... Vlas es lo único que me importa ahora mismo, no quiero que lo sufra solo, y sé que Rygal intentará algo con él, ese tipo no puede quedarse tranquilo... Usar a alguien cuando se encuentra en su peor momento es lo mejor que sabe hacer... Mírame a mí, soy el mayor ejemplo.
Lara lo miró con compasión y luego dirigió su mirada hacia delante.
—Ustedes son sus hijos... No puedo creer que alguien pueda llegar a ser tan cruel con personas de su misma sangre... Bueno, sí puedo hacerlo... Pero dentro de mis ideales eso es algo demasiado alejado. —Gran frustración se acumuló en ella. Rhys la vio apretar su puño con fuerza... Se dio cuenta rápidamente que esa situación le recordaba a una familiar.
—Mi padre siempre fue una persona que puso su bienestar por encima del resto, nunca pensó en mí, en mis hermanos o en mamá... Cínico, maquiavélico, manipulador, sádico y malvado... Hasta cierto punto es demasiado despreciable, creo que manipularnos a nosotros es lo mínimo que pude llegar a hacer... Tú conoces su poder e influencia... No es sensato pensar que esa mezcla es demasiado oscura... Hay personas que nacen con el don de la maldad, el don más peligroso, para el mundo, y para la misma persona que lo posee.
Lara sabía perfectamente a qué y a quién él se refería. Por eso su mirada se dirigió hacia Rhys, hasta negar ligeramente con su cabeza.
—Todo esto terminará con grandes consecuencias... Es algo obvio, pero espero que puedas ver a Vlas de nuevo Rhys... Creo que no importa las consecuencias que esto conlleve... Tú sabrás que hacer —dijo, dándole un reconfortante abrazo luego de sus palabras.
—Es lo que más quiero, poder hablar con él, saber lo que le ha pasado todos estos años, ayudarlo y comprenderlo, sé que lo necesita, y más cuando... Bueno, pase eso.
—Esa es la peor parte de la historia, suena irónico que el siguiente sea él... Justo después de que te pasó a ti, no me lo hubiera imaginado nunca.
—La verdad que sí... He de darme cuenta de que el destino es muy cruel a veces.
—No importa, ahora lo que debes pensar es en que le dirás cuando lo veas, no sabes cómo reaccionara, en la peor de las situaciones te cerrara la puerta en la cara —bromeó.
—Lo aceptaría con todas las ganas si eso pasara, es lo que más entendería... Pero en estos diez años he visto demasiado sufrimiento en el mundo... No quiero que Vlas se tenga que enfrentar a este mismo... Intentaré acabar con ese infierno para siempre.
—¿Lo haces por ti o por tu hermano?
—Por los dos, no quiero que mi padre le haga lo mismo a mi hermano, después de saber lo que pasará con Vlas sé que esto se intensificara el doble, y si tengo el poder para evitar esa desgracia debo hacerlo... Ya no quedan arrepentimientos.
En realidad ya no quedaban arrepentimientos desde hacía casi una década. Desde el momento en el cual decidió ser aquel Rhys Windsor que encontró en el fondo de su alma, y no cambió su propósito jamás... Desde ese momento el arrepentimiento dejó de existir y sólo miró hacia adelante sin que le importara nada más que Lara, Leah, y reencontrarse con Vlas y Clio.
—Viendo lo que sucedió contigo luego de sus acciones, lo que menos haría si fuera él es hacerle lo mismo a Vlas... No quisiera tener una nueva amenaza de esa magnitud.
—Mi padre nunca hace lo más obvio... Y viendo cómo está el panorama, conociendo mi situación y dándose cuenta del gran error que cometió dejándome vivo... A Vlas lo terminará matando —sólo el silencio siguió luego de lo dicho por Rhys.
Lara lo miró un poco aterrada, una reacción entendible, lo que él acababa de decir era bastante fuerte.
—Si acabó con la vida de tantas personas con tal de sólo hacerte enojar, es muy probable que maté a su hijo si se entromete en sus planes... Pero es tan horrible escuchar eso.
—Sí, lo sé... Cometió el mayor error en su vida desterrándome de la nación creyendo que me autodestruiría dejando de lado lo que soy... Al principio casi cumple su cometido, pero falló al pensar que no tendría ayuda de nadie más, se tuvo demasiada confianza en sí mismo y muy poco odio hacia mí.
—Si no te mató es porque seguro tenía pensado usarte más tarde, lo de unirte a la mafia no fue una casualidad, y más cuando nos enteramos de todo lo que la envolvía, estoy agradecida de que pude darme cuenta a tiempo, tan solo un tiempo más y te podría haber perdido. —Sonrió mientras apretaba la mano de Rhys.
—Pero no sucedió... Y ahora tengo a la más hermosa, fuerte y única chica del mundo... De verdad no puedo dejar de agradecerte por confiar tanto en mí, y por seguirme en este camino... Realmente se aprecia.
Él pasó su brazo por alrededor del hombro de Lara y la llevó hacia él... Ella apoyó su cabeza en el brazo de Rhys, y sonrió.
—Lo haría una y mil veces sabiendo que eres el único que puede lograrlo, creo en ti más que en nadie, y el sueño que acarreamos juntos será posible gracias a nosotros y a todos los que nos apoyan, no debemos dejar a nadie más atrás.
—Sin ti nada de esto sería posible, y lo que más amo de ti es que por más que lo intente, no puedo ver a nadie más con quien compartir mi sueño que no seas tú, eres la indicada y siempre lo fuiste.
—Se lo prometí a mi madre y a Leah, y aunque no pude despedirme de mi padre sé que él también confía en que podré lograrlo... Todos pusieron sus esperanzas en mí y no pienso defraudarlos, por eso persigo ese sueño.
—Quédate tranquila, yo también confió en ti y sé que no lo harás... Sé que si yo desapareciera ahora mismo tú no te dejarías vencer y seguirías adelante por todos, porque esa eres tú, esa es Lara Harch... Esa es la mujer de mi vida.
—Es una promesa que hicimos, no era tu sueño, ni mi sueño, es nuestro sueño, y seguiría hacia adelante sin ti porque sé que es lo que tú quisieras, y si faltará yo, sé que tu harías lo mismo... Pero de todas formas es una situación extrema Rhys... Todavía no quiero perderte.
—Lo sé cariño... Yo tampoco te quiero perder... Esa tarde luego de lo sucedido con Jin y Rygal cuando desperté en tu habitación ambos ya no éramos las mismas personas... Pero eso no significó para nada que lo nuestro se terminaría ahí... Sólo se reforzó el doble... Y desde ese momento supe que no me separaría de ti jamás.
Lara Harch era la persona más importante de su vida... Ella estuvo a su lado desde que eran adolescentes, cuando se conocieron en el colegio, trece años atrás. El tiempo pasó y se volvieron pareja, era amor adolescente, les encantaba pasar tiempo juntos y ambos guardaban muchos recuerdos de esa época, quizás los momentos más felices de su vida.
Luego de que Rhys se fue de Remia se separaron... Él tenía la idea de no volver a verlos jamás, desde su hermano hasta su madre, incluida Lara, pero todo cambió cuando la volvió a encontrar en Fons, y supo que no había sido una decisión sensata haber intentado olvidarse de ella.
Habían pasado diez años desde ese día, desde su reencuentro, cuando no volvieron a separarse otra vez... Apoyándose en toda situación que signifique una caída... Incluso aunque ambos se encontraran en lo más profundo del abismo, no se permitían sufrirlo en soledad, aunque estuvieran destruidos por dentro, cada sentimiento tenía sentido, y su relación se reforzaba en base a aciertos y errores. El amor que se tenían era inmenso, capaz de hacer hasta lo imposible por su bienestar mutuo. Rhys vivía sólo para que ella fuera feliz, y Lara estaba detrás de él todo el tiempo, sosteniendo su espalda, para que él no perdiera el camino... Tal vez por esa razón compartían el mismo sueño, porque la felicidad del otro era lo único que necesitaban para seguir adelante.
—Eso es porque no eres capaz de hacerlo solo... ¿Cierto? —preguntó ella con una gran sonrisa.
—No Lara... Por eso estoy contigo.
—Lo sé, nadie lo es... Por eso te seguí yo también, no permitiría jamás que sigas mi sueño sin que yo te ayude, porque entendí que no podía pelear sola, no era lo suficientemente fuerte, pero te acompañé para poder mejorar y progresar, no siempre estarías conmigo y tenía que aprender a valerme por mí misma, si no era capaz de lograr eso, tampoco sería capaz de estar a tu lado.
—Y lo lograste, es más posible que tú termines con todo esto a que yo lo haga, fue tu fuerza de voluntad y tú propio esfuerzo lo que te hizo llegar a donde estas ahora, por eso sólo puedo decirte… Gracias Lara, gracias por siempre estar ahí para mí, gracias por no rendirte con esto y por seguirlo incluso arriesgando tu vida... No cualquier persona tendría esa valentía.
Rhys tenía muy en claro lo que ella significaba para él, siempre la vio como una mujer demasiado fuerte y valerosa... Esa sonrisa que él amaba nunca se borró, incluso cuando perdió lo más importante que tenía... Él sentía que ella era tan única y capaz de todo que él a su lado sólo era un cobarde más... Que era fuerte, pero nada comparado con esa hermosa chica que lo acompañaba día a día.
—Estaré siempre que lo necesites, te ayudaré tal y como tú lo hiciste conmigo, porque eso es lo que prometimos... ¿No es así? —Ella acarició la mano de Rhys, girando su anillo y uniéndolo con el suyo.
—Si... Así es mi amor... Es lo que prometimos... Ahora, ¿Lista para volver a Remia?
—Obviamente, volvamos al lugar donde comenzó todo.
—Y el lugar donde todo terminara...
Al otro día...
Remia, Crystel, Residencia Windsor - 2 de Junio - Año 525
VLAS
Estaba sentado en la sala mientras jugaba videojuegos cuando escuché el ruido de un motor afuera de la casa, no le di demasiada importancia pero recordé lo que iba a suceder hoy cuando el timbré sonó tres veces... Ese era el sello característico de una persona.
—Yo abro —avisé poniéndome de pie.
Caminé hacia la puerta y dude en abrirla, hacía diez años que no veía a Rhys, ¿Cómo sabía si había vuelto por qué estaba preocupado por nosotros?
No podía juzgarlo por no volver en estos diez años, yo no conocía toda la historia completa y él seguramente tenía sus razones. Aun así, no era momento para pensar en eso, la nostalgia me ganaría y volver a verlo me alegraría el día como nunca antes.
—Residencia Winds... —dije al abrir la puerta y no pude terminar la frase cuando vi una cara conocida frente a mí—. ¿Rhys? —pregunté casi que quedándome sin aire.
—Hola Vlas, tanto tiempo —respondió con una sonrisa de par en par—. Wow... Este lugar sí que no ha cambiado nada —añadió quitándose sus gafas.
—Has vuelto Rhys... Hermano —fue lo único que pude decir.
Estaba atónito y no podía creer que mi hermano, que Rhys Windsor había vuelto, estaba frente a mí y lo estaba viendo luego de diez años sin saber nada sobre él. Era tan real, un momento tan vívido, que si estuviera soñando, no sería más que una fantasía. Y al despertarme, estaría viviendo una pesadilla, pero no... Era él, realmente estaba ahí.
—¿No saludas a tu hermano? —rio abriendo los brazos.
No lo pensé ni un segundo... Lo abracé lo más fuerte que pude. Rhys estaba totalmente más alto y corpulento, me había olvidado la buena genética que poseía. Incluso de joven siempre se vio inmenso.
—Okey, puedes soltarme si quieres, sigues siendo igual de sentimental —bromeó sin parar de reír.
—Es que diez años parecieron una eternidad —respondí sin alejarme de él—. Te extrañé hermano —añadí, y al momento sentí su mano sobre mi cabeza.
—Yo igual Vlas... No pensé que hubieras crecido tanto, estás muy alto —señaló, mientras me separaba de él, limpiando mis lágrimas—. Estás casi igual de guapo que tu hermano —bromeó despeinándome.
—¿No vas a pasar? —pregunté dejándole paso.
—Oh si claro... Espera, casi lo olvidaba, la emoción me ganó... Ella es Lara, ha estado viajando conmigo y se quedará un tiempo —dijo señalando a una chica joven a su lado.
Yo también al estar muy emocionado por haber visto a Rhys de nuevo no me percate de su presencia. Pero me sorprendió no haberlo hecho. Porque ella llamaba mucho la atención, con su hermosura.
Era demasiado alta, llegaba casi a mi altura, y sabiendo que yo medía ciento ochenta centímetros, no me sorprendería que superara los ciento setenta y cinco centímetros fácilmente; tenía el pelo recogido, este era color rojo escarlata, quizás el cabello más hermoso que vi en mi vida, grandes ojos color azul y una preciosa sonrisa, que resaltaba aún más su figura atractiva. Vestía una camisa holgada de color negro, parecía ser de tela, se encontraba por dentro de una falda de tubo color beige, estas se veían acompañadas por unas botas negras de cuero que llegaban hasta su rodilla... Tenía un hermoso cuerpo, piernas largas y una cintura delgada... No podía dejar de pensarlo, esa chica era preciosa.
—Hola Vlas... Lara Harch, mucho gusto —me saludó sonriente.
«Lara Harch», pensé, intentando recordar de donde reconocía su apellido.
—Espera, ¿Harch? Me suena mucho —sostuve mi pausa, era imposible que se me hiciera tan conocido y no pudiera recordarlo.
—Tiene sentido que lo haga... Quizás te refresque la memoria si digo: Corporación Harch —respondió riendo, ella era muy simpática.
—Oh, cierto... Es la marca de mi celular, ¿Cómo pude olvidarlo? Pero eso suena extraordinario, eres famosa —dije con entusiasmo, ella sonrió con cierta modestia y Rhys asintió acercándose a ella, noté que le dijo algo en su oído... Ahí fue cuando me percate de algo—. Emm... ¿Ustedes son novios? —pregunté confundido.
Bueno, en realidad intenté demostrar confusión, aunque lo intentaran ocultar saltaba a la vista.
—Algo por el estilo —respondió Rhys riendo.
Estaba avergonzado, era muy gracioso verlo sin poder levantar la mirada y con su cara roja.
—Lo sabía... ¿Hace cuánto tiempo salen?
—Vlas... ¿Podríamos dejar tu incomodo interrogatorio para más tarde? Estoy muy cansado y creo que Lara también. —La miró y ella asintió.
—Ah... Si, claro —dije con algo de decepción.
Quería saber más sobre ellos, Rhys era tan extraño cuando de chicas se trataba que se me volvió casi imposible creer que podría estar en pareja.
Rhys dio unos pasos en la casa y apreció el lugar... Nosotros pasábamos la mayoría del tiempo en nuestra residencia de Ajax, esta sólo era una casa de verano, ya que Crystel era la ciudad costera de Remia, por lo que para Rhys volver aquí luego de tantos años era algo nostálgico.
—No he estado aquí por al menos quince años —dijo dejando sus maletas en el suelo—. Por cierto, ¿Dónde están mamá y Rygal? —sabía que esa pregunta llegaría.
—En el ayuntamiento de Crystel... Lo han tomado como lugar de reunión mientras Ajax es reconstruida... Probablemente lleguen por la tarde —respondí.
—Mejor así... Me dará el tiempo para descansar, fue un viaje largo y el Jet-Lag hizo efecto —indicó bostezando.
—¿Cuánto tiempo te quedarás Rhys?
Ya me había aguantado lo suficiente sin preguntarle eso, pero me ganó la curiosidad así que sólo esas palabras salieron disparadas de mi boca.
Mi hermano quedó en silencio pensando su respuesta, se notaba que no lo tenía planeado todavía. Esperaba que me dijera que no volvería a irse, pero eso parecía un deseo imposible.
—Por tiempo indefinido —respondió y una sonrisa se iluminó en mi rostro—. Todavía no he planeado nada, así que me quedare aquí en Remia a descansar, tal y como tú lo dijiste... «Diez años parecen una eternidad», además Lara es de por aquí y tiene planeada algunas reuniones con los directivos de su sede en Remia... Así que me quedaré más tiempo para hacerle compañía —agregó señalando a Lara.
—Me alegraste el día como nunca, por fin podremos compensar el tiempo perdido. —Sólo emoción invadían mis palabras.
—Me siento orgulloso de que así sea Vlas... ¿Estás en vacaciones, verdad?
—Si, además Ajax está destruida, así que probablemente no vuelva al colegio por unos meses —bromeé.
—Tienes razón, entonces quédate tranquilo, vamos a pasar todo el tiempo posible juntos... Ahora, cambiando de tema... Creo que iré a dormir... ¿Mi habitación sigue ahí?
—Si... Tercera planta, al fondo del pasillo.
—Entiendo, gracias Vlas... Nos vemos en un rato entonces, ¿Podrías avisarme cuando lleguen mamá y Rygal?
—Sí, lo hare.
—Gracias de nuevo —dijo caminando hacia la escalera—. Ven Lara... Dame tus maletas, las subiré a mi habitación —agregó mientras subía por estas.
En ese momento Lara se alejó un poco de Rhys y se acercó a mí.
—Ey Vlas... No le hagas mucho caso a Rhys, quizás se hace el bromista y el que no le presta demasiada atención, pero está demasiado emocionado por verte de nuevo —susurró ella entre risas.
—¿En serio? —pregunté sorprendido.
—Sí, es demasiado sentimental y esperaba este momento hace mucho tiempo, ahora está un poco resignado ya que han pasado años, pero cuando tome confianza de nuevo va a volver a demostrarlo... Bueno, nos vemos más tarde Vlas —respondió alejándose de mi hasta llegar a la escalera, y subiendo escalones en dirección a la habitación de Rhys.
—Nos vemos luego Lara...
Ni siquiera pareció que no nos veíamos hace tanto tiempo, él sabía realmente como dar comodidad a la situación, como infundir el ambiente con tal humor y carisma que siempre lo caracterizó, convirtiendo nuestro reencuentro en un momento hermoso. Esperar poder pasar más tiempo con él y contarle todo lo sucedido en todo el tiempo que no estuvo era mi mayor deseo, seguramente habrá muchas cosas que no podrá creer, como lo de Zenda, principalmente. Aunque antes que nada debía permitir que arreglara los problemas con nuestros padres, con papá especialmente, no quisiera que por otra discusión entre ellos, Rhys se fuera de la casa de nuevo, no podría permitirlo. ¿Qué sentido tendría todo si eso sucediera?
Aunque lo más extraño de su regreso fue que viniera con Lara. ¿Su pareja? Seguía sin creer que Rhys estuviera en pareja, entre tanto, todavía tenía algo familiarizada su antigua figura que siempre dejaba ver cuando él era adolescente. En esa época Rhys no le daba demasiada importancia a las relaciones románticas, más cuando era tan popular entre las mujeres, tenía chicas como Ashley o Artemisa a su lado, pero jamás se vio algo más allá en él que sólo una amistad con ellas. Él verdaderamente era una persona bastante atractiva, en muchos sentidos, además de inteligente y con grandes talentos, era deportista, campeón de ajedrez, el mejor alumno de la institución, y el príncipe de Remia, la persona más conocida de la nación. También poseía una gran capacidad para la sociabilización, y para adaptarse a cualquier ambiente, desde entorno más reservado de la élite remiana o el colegio, hasta su relación con Demian y conmigo, o mamá y papá.
Si no lo conociera tan bien, y no supiera a la perfección sus virtudes y defectos diría que es un «chico perfecto», aunque está muy alejado de eso, siempre lo estuvo. Probablemente Lara ya era consciente de ese lado de Rhys si tanto tiempo habían estado juntos, a veces se le era imposible de ocultar. Sé que ella también debe comprender sus actitudes, su personalidad algo desinteresada con lo que sucede alrededor de sí mismo, no era una actitud egoísta, a él no le importaba ni siquiera él mismo, sólo las personas que amaba, nadie ni nada más. Muchas veces hacía las cosas a su manera, sin permitir que alguien le diera ordenes, o le dijera qué hacer, podía volverse ególatra y orgulloso en ese sentido también, comprenderlo era complicado, su forma de ser era tan extraña como interesante a la vez... De igual manera, aunque pudiera asegurar todo eso de Rhys, diez años pueden llegar a cambiar demasiado a una persona, y aunque intentaba no equivocarme, o pensar en un sentido negativista, todavía faltaba para que pudiera descifrar de nuevo la personalidad de Rhys, porque lo último que quería pensar era eso... Que nosotros ya no éramos hermanos, sino que sólo desconocidos.
Unas horas después…
—Rhys, ¿Estás ahí? —preguntó Vlas golpeando la puerta del baño.
Su pregunta se oyó desde dentro del baño, mezclándose con el sonido de los gemidos de Lara y el jadeo de Rhys. Apenas percatarse de dónde venía esa voz ambos se miraron con sorpresa.
—Es tu hermano —susurró Lara agitada.
—Si... Lo sé —respondió Rhys, alzando su mano hasta apoyarla en la boca de Lara, intentando sosegar sus gemidos—. Si, estoy aquí, ¿Necesitas algo? —le preguntó a Vlas alzando la voz al correr un poco la cortina.
—No, nada en particular, sólo que nuestros padres ya llegaron y tú me dijiste que te avise cuando volvieran —respondió Vlas del otro lado de la puerta.
—Ah sí, entiendo... Termino mi baño y bajo en unos minutos —expresó Rhys, al bajar su mirada notó los ojos de Lara cerrados, intentando aguantar la risa bajó su palma. Ella siempre hacía lo mismo cuando se ponía nerviosa, la situación de por sí era incómoda.
—Okey, nos vemos abajo —dijo Vlas, y siguiente a sus palabras se escucharon unos pasos alejándose de la puerta.
—Se fue... —informó Rhys corriendo la cortina de nuevo y sacando la mano de la boca de Lara.
—Esa situación me puso de los nervios... ¿Qué crees que diría si sabía que estábamos los dos aquí dentro?
—No lo sé... Pero no importa, ¿Quieres quedarte un rato más? —preguntó con una sonrisa.
—Bien.
La situación se alargó unos minutos luego de esa pausa que tuvieron gracias al aviso de Vlas.
Unos minutos más tarde…
Ya en la habitación, Lara secaba su cabello mientras Rhys, por otro lado, se estaba colocando su camisa y calzado... Lara lo vio por el reflejo del espejo crujiendo sus dedos... Pudo notar fácilmente que estaba nervioso.
—Ey... ¿Les diremos a tus padres que estamos casados? —preguntó ella al ponerse de pie y acercarse a él, lo ayudó un poco prendiendo los botones de su camisa.
—Puede que sí, puede que no... Pienso que todavía no es momento de decírselo, hay una probabilidad de que mis padres ya lo sepan, tú sabes, luego de la guerra y eso, pero no creo que tengan alguna duda con respecto a eso... Por hoy sólo diremos que somos pareja, obviemos nuestro matrimonio —respondió Rhys quitándole importancia.
—No te lo tomes a la ligera Rhys... ¿Acaso crees que no van a sospechar que lo estamos ocultando cuando ninguno de los dos dice algo al respecto? Ellos ya me conocen y saben de nuestra historia, además fue noticia mundial, obviamente llegó a Remia —siguió Lara, intentando tomarse la situación con seriedad.
—No lo sé Lara, pero eso es lo de menos importancia en este momento, además, no creo que Vlas sepa algo de lo que sucedido entre nosotros tampoco, ¿Viste cómo reaccionó hoy cuando le dije que éramos pareja? Ni siquiera te conocía —supuso Rhys intentando redirigir el tema hacia otro lado.
—No es estúpido, Rhys, además, dieciséis años es una edad donde estas cosas ya se conocen, ¿Y si investiga algo de mi nombre? ¿Crees que no vas a salir tú siendo mi esposo? ¿O Leah? No podemos ocultar nuestra vida así como así.
—Tienes razón... Pero es algo complicado Lara, no quiero que sientas que intento ocultar lo que somos... Sólo creo que ahora mismo es algo secundario, no va a cambiar en nada que lo aclaremos con mis padres... Y si ellos sospechan algo o están seguros de lo que somos no harán preguntas... Sólo lo dejaran pasar.
—Entiendo... Y también respeto tu opinión porque es tu familia y no quiero meterme, pero no quiero que esto lleve a problemas... Sólo nuestros cercanos conocen el resto de la historia, y no quiero que se arruine.
—Lo sé cariño... Nada cambiará lo que somos, y tampoco me importará lo que los demás opinen de lo nuestro, pero ahora lo más importante es el bienestar de Vlas... De todas formas también me preocupo por ti, sólo dime cuando te sientas incomoda, yo sabré que hacer para que te sientas bien... ¿Entendido? —Se acercó a ella y le acarició el rostro antes de pasar un mechón de cabello por su oreja y darle un beso.
—Si... Lo entiendo, solamente no hagas una estupidez, ¿Está claro? —preguntó buscando una respuesta afirmativa.
—Si cariño... No lo haré.
Luego de esa charla, Rhys y Lara salieron de la habitación y caminaron por el pasillo hasta bajar por la escalera a la planta baja. Rhys se sentía un poco incomodo y nervioso, los últimos diez años para él fueron una forma de preparación para ese momento, aun así, sentía que todavía no estaba totalmente seguro de verlos de nuevo. Nadie además de Lara sabía que su padre había estado involucrado en situaciones con él en el correr de los últimos diez años, por lo que iba a ser algo desagradable verle la cara luego de lo sucedido. La inseguridad se apoderó de él cuando ambos pararon frente a la puerta que daba entrada a la sala.
—No puedo —dijo Rhys en voz baja al escuchar las voces dentro de la habitación.
Su mano se paró cuando estaba a punto mover la perilla de la puerta.
—¿Cómo? —preguntó Lara confundida, parándose a su lado.
—No puedo entrar, no sé cómo actuar, tantos años preparándome para este momento y fue en vano.
No quería levantar la mirada porque sabía que si lo hacía tendría que terminar enfrentando a su padre una manera u otra, ya que él ya sabía que se encontraba ahí. Y no quería arruinar el momento, debía saber cómo actuar... Pero, era tan difícil.
—Sólo ve y salúdalos, la conversación va a fluir... No estés nervioso, se notara en tu tono de voz y eso no ayudara al ambiente —sostuvo Lara tratando de alentarlo.
—Pero es que no sé qué decir... «Hola, ¿Me recuerdan? Principalmente tú, Rygal, quien me desterró del país» —él dijo, con un poco de gracia en su voz, y Lara no pudo evitar reírse—. ¿Qué es lo gracioso? —preguntó, incluso más nervioso.
—Perdón, te puse el doble de nervioso... Mira, dejemos de lado todo eso, sólo entra y di lo que tengas que decir, no podrá decirte nada ya que tienes razón en todo, si te incomoda puedes decírmelo y nos vamos... Listo, si no puedes hacerlo no te voy a obligar tampoco —dijo ella decidida.
—No, espera... Todo menos irme, le prometí a Vlas que me quedaría y se veía muy ilusionado, no quiero romper mi promesa ni su ilusión.
—Bueno, entonces entra y haz lo que hay que hacer... Tu hermano, tu madre y yo estaremos ahí, no podrá hacer nada —dijo Lara caminando un poco hasta colocarse frente a él, y con su mano apoyándose en su barbilla levantó su rostro—. Rhys, mírame... No pasará nada malo, yo estoy contigo —agregó dándole un beso.
—No sé qué haría sin ti Lara... Creo que es momento de que enfrente aquellos fantasmas del pasado... —Tragó saliva y se llenó de fuerzas al apoyar su mano en la perilla de nuevo.
—Así es Rhys... Déjate de rodeos, tu hermano está dentro esperándote... Hazlo por él.
—Si... Lo haré.
Con esa decisión en sus palabras, abrió la puerta, y dejó atrás diez años de correr de su destino, de ocultarse detrás de una sombra que sólo le hacía daño, esos sentimientos que no pudo evitar, con su pasado asediándolo como si del mismo averno se trataba... Cuando este lo llamó se hizo presente la figura de su padre antes que las de las personas que había dejado atrás... Esa figura era la que estaba a punto de ver de nuevo después de tanto tiempo... Aunque esta vez... Ellos estarían a su lado... Y nada saldría mal.
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