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64.38% La Leyenda del Scire / Chapter 47: Capítulo 13: Lo que ella sentía  

Chương 47: Capítulo 13: Lo que ella sentía  

Remia, Zenith, Residencia Di Rem - 24 de Marzo - Año 526

 

—Rygal Di Rem. —La voz de Yoh recorrió de inicio a final la enorme sala a la que había entrado, alta y larga, con una mesa de cristal que iba desde la entrada hasta la pared opuesta a esta, y se ubicaba exactamente en el centro. Rygal se encontraba sentado en la esquina contraria a la de entrada—. No quise creer que realmente tú me habías llamado, hasta que me trajeron a tu residencia —admitió.

—Yoh Tales, ¿Qué tal? Puedes tomar asiento, por favor. —Rygal le ordenó con un ademán a sus mayordomos que movieran la silla de su invitado—. Bien, pueden retirarse —añadió, echándolos del salón.

—Sí señor —respondieron todos al unisonó, dejándolos solos a ambos.

Yoh tomó asiento. Su visión era totalmente acaparada por la figura de Rygal. La única vez que se habían visto había sido en la guerra, él y su grupo tuvieron varios enfrentamientos consecutivos con distintos contrincantes, en uno de esos llegó a luchar contra Cole Vernom, en ese momento, antes de que tomara el apellido de su padre. Esta pelea fue espectada por Rygal, quien le había otorgado el Scire a su hijo luego de su derrota en la batalla contra Lara Harch, y Yoh era su primer contrincante luego de ese aumento de poder. El combate en realidad nunca llegó a concluir, no hubo un vencedor, ya que fue interrumpido por la aparición de Rhys Windsor, en busca de su padre y su hermano, y él tuvo que huir antes de que también se convirtiera en una víctima del ataque del Niño Maravilla. Aunque su derrota inminente se veía venir, ya que tal suceso ocurrió unas semanas antes de que él fuera derrotado por Rhys Windsor y tuviera que regresarse a Muliche a buscar la ayuda de su maestro, sólo unos días antes del asedio de los grupos revolucionarios a la capital, y el final de la guerra.

En ese entonces ni siquiera tenía su Scire, no era ni una mínima parte igual de poderoso que en ese instante, él pensó que tal vez por ese motivo Rygal lo había llamado, porque después de tanto tiempo, lo veía como un igual... O quizás sólo era simple interés, más con el propósito que ambos compartían parcialmente... El control de Fons.

—¿Desde cuándo no oigo de ti, Rygal? Si mal no recuerdo la última vez que hiciste algo que impactara fue cuando decidiste bajarte del conflicto en Fons ya que Rhys Windsor había sobrepasado sus límites y temías por lo que pudiera pasar —declaró, con sarcasmo. ¿Estaba haciendo bien en tomar tal confianza con Rygal Di Rem?

—No temía por lo que pudiera pasar, sólo me tomé más tiempo de formular una nueva estrategia, no puedo dejar a Rhys Windsor suelto haciendo lo que se le plazca, se entromete en mis planes, justo como ahora —respondió Rygal, soltando unos papeles por encima de la mesa.

—Ya veo... Así que él y su equipo serán los guardias de la coronación, ¿Y qué planeas hacer, Rygal?

—Sé que nuestros objetivos son diferentes, pero creo que por esta vez deberíamos unirnos, perder el dominio en Fons conllevaría mucho, y sé que tú tampoco quieres que eso suceda.

—Eso parece... ¿Y qué planeas hacer? Valga la redundancia.

—Desestabilizar la política desde la raíz... Una nación semi-militarizada donde una monarquía es casi absoluta depende de su rey como ninguna otra, si podemos arruinar su subida al trono, será todo más fácil, una nueva guerra podría llegar a formarse, y quizás nos necesitarían de nuevo. 

—Yo creo que Rhys Windsor podría encargarse de cualquiera de nuestros ejércitos fácilmente, aun así, lo de desestabilizar la política desde dentro puede funcionar, una crisis interna no será fácil de controlar para alguien con tan poca experiencia al frente de una potencia como Fons, podremos manipularlo fácilmente —indicó Yoh.

—Aun así, no hay nadie que conozca mejor la política interna de las naciones que Rhys Windsor, si él está del lado de Lee Ex Fons se podría complicar, él conoce todos nuestros trucos, así que no podremos hacerlo de infiltrados, si vamos a intentar truncar la asunción de Lee debemos hacerlo con seguridad de que Rhys Windsor sabrá que somos nosotros.

—Eso era un riesgo a tomar desde el principio... Pero mira, Rygal, yo no pretendo perder la influencia que tengo en Fons luego de mantenerla por más de seis años, mi plan apenas está comenzando y perder la nación sería retroceder demasiado, casi muero muchas veces por enfrentarme a tu hijo y a los altos mandos del ejército de Fons, si tú tienes un plan creo que debería apoyarte, el genio aquí eres tú... ¿Cierto, Sombra de Remia?

—Claro —Rygal rio—. Tengo un plan... He pensado hacer obvio que somos nosotros desde el principio, primero instaurar miedo y desconfianza en Lee, Rhys y el resto, luego hacer realidad esa amenaza, y hay dos fechas perfectas para hacerlo... La ceremonia y la coronación.

—Entiendo... Amenaza en la ceremonia y actuar en la coronación, ¿No es así?

—Lo sacaste rápido... Primero daremos aviso, seamos obvios, que se note que queremos sabotear ambas ceremonias... Le tocaremos el ego a Rhys Windsor, él siempre planea todo de antemano, se esforzará en intentar demostrar que nada está mal, pero si podemos hacer que Lee asuma sin problemas será bueno, luego, una semana después de que el nuevo rey haya tomado el trono... ¡BOOM! —dijo, golpeando la mesa con fuerza, el sonido retumbó e hizo eco en la sala—. Un ataque en su coronación... Así que no estaba todo tan bien como se creía... Las personas y el Consejo comenzarán a perderle la confianza, ahí podremos bajarlo fácilmente, ni siquiera Rhys Windsor podría hacer algo, más caos sólo los perjudicaría a ellos, deberán entregarnos el liderazgo de la nación en la interna o llevarnos a una guerra, y como lo dije, la segunda opción no es nada factible —explicó, con algo de detalle.

—No es un plan perfecto, tiene más fallas cada vez que lo analizo de nuevo, aun así, ahora mismo es lo único que podemos hacer si nos estamos enfrentando a alguien tan poderoso no sólo hablando de sucesos bélicos ni en militarismo, sino que también políticamente, creo que comprende cómo funcionan las poblaciones, si ellos se rebelan todo será peor y Fons volverá a la guerra civil, tiene sentido que lo quieras hacer así, creo que podría ayudarte... Sí, creo que podría hacerlo —dijo Yoh, mientras titubeaba un poco, pensando los pros y contras del plan. 

—¿Así que aceptas?

—Podríamos intentarlo, Rygal, es mejor eso a que perder Fons sin hacer nada, para no ensuciar el nombre de Remia si quieres puedo encargarme de todo, tu sólo tienes que darme recursos, yo ideo todo lo demás.

—No creo que sea sólo para no ensuciar el nombre de Remia, seguramente sea con segundas intenciones, pero bueno, después de todo, esta reunión en su totalidad se trató de segundas intenciones —dijo Rygal, sacando una tarjeta de su bolsillo—. Toma —agregó lanzándosela al deslizarla por encima de la mesa.

—¿Una tarjeta de oro? —preguntó Yoh, atrapándola entre sus dedos.

—Es mi sello personal, entrégasela al Comandante Supremo del Ejercito Real en la Isla Rem... Él sabrá qué hacer.

—Así será, Rygal Di Rem... Fue un gusto hacer negocios contigo —declaró Yoh, poniéndose de pie.

—Sí... «Negocios». —Rygal soltó una mansa risa—. Por cierto, algo más, si quieres saber algo sobre la cúpula militar o el gobierno en Fons habla con Michael Harch, dile que vas de mi parte, él me debe un favor hace unos años, seguramente podrá ayudarte —añadió, otorgándole también una foto.

—¿Él no fue el que mató a su hermano? —preguntó Yoh cuando distinguió a la persona de la foto.

—Lo hizo... Mató a Thomas Harch, el padre de Lara Harch —respondió Rygal, parando un instante luego de recordar algo importante—. Con respecto a eso, hay algo importante que debes de evitar hacer... Ni se te ocurra acercarte a ella, es probablemente la persona más importante del mundo en este momento, más importante que Rhys Windsor inclusive, ya que su poder reside en ella, sólo déjala pasar, no es necesaria esta vez —le recomendó.

—Pero si su poder reside en ella, ¿No sería más fácil acabar con ella y él pierde su apoyo? Debilitarlo es lo mejor que podemos hacer.

—No, estás equivocado... Ella es quien lo controla, sin ella sólo saldría todo su poder, y si ahora es fuerte, al alcanzar ese nivel no lo sería sólo un millón de veces más, su poder se aumentaría hasta el infinito, y si eso pasara, no sólo nosotros, sino que todo el universo estaría condenado a su destrucción... Por eso te lo repito, Yoh Tales... Aléjate de Lara Harch. —En un instante, a Rygal lo invadió la seriedad.

—Entiendo, lo haré por esta vez, hasta que descubra si realmente tus afirmaciones son ciertas... Rhys Windsor debe de tener un punto débil, y sé que ese es ella —aseguró Yoh.

—Haz lo que quieras luego, pero hasta el día de la coronación quédate tranquilo, hay que ser lo más recatados posibles, así que, ¿Cuento contigo, Yoh?

—Sí, Rygal Di Rem, lo haces... Nos vemos luego. —Con sus últimas palabras apenas oyéndose en la sala, Yoh cruzó la puerta de salida, y abandonó el lugar.

—Adiós Yoh. —Rygal esbozó una sonrisa al apenas quedarse solo en la sala—. Maldita sea, tendré que sembrar el caos otra vez... ¿Qué piensas, Rhys Windsor? 

 

Presente...

 

Fons, Ash, Palacio Real - 31 de Marzo - Año 526

 

 Temprano en la mañana Rhys decidió hacer presencia en el palacio. Lee le había dejado en claro el día de su gala que ellos tendrían una reunión el lunes para organizar en totalidad la coronación de la cual él debía encargarse de la seguridad.

 Caminando por el largo y casi interminable pasillo cruzó muchos retratos de todos los reyes de Fons, si mal no recordaba, en el correr de la historia fonsesa habían sido veintiún reyes... Veintidós con Lee. Era una historia muy larga la cual contar, una historia que se remontaba a más de cuatrocientos años atrás, una historia que había comenzado con la persona que se encontraba esculpida sobre la inmensa puerta de madera de ébano que daba hacia la oficina del rey... Delta Ex Fons.

 Rhys había visto esa escultura muchas veces desde que era niño. Era una estructura de más de tres metros de alto, parecía pesada, estaba esculpida en mármol blanco. Su inmensidad resaltaba aún más en su altura, asediando la entrada al lugar sagrado de un rey... El título que él mismo había creado. Rhys alzó la mirada y la aprecio con atención. Miró las palmas de esa figura, y ahí lo notó, estas tenían guantes, era obvio, después de todo, la escultura reflejaba a Delta en una armadura militar, pero de todas formas le interesó el hecho de que en la figura no había señal ninguna de que Delta hubiese sido un poseedor del Scire. De igual manera, no había dudas de que lo fue, Vlas tuvo razón aquella vez, él tenía la idea de que todas las personas históricas que se representaban en libros habían sido o estuvieron relacionadas con un poseedor del Scire... Obviamente Delta no era la excepción, pero la pregunta principal que se hizo fue: ¿Qué tan buen poseedor del Scire fue?

 Delta dominó el mundo por sí solo quinientos años atrás, pero eso no significaba que él fue el más fuerte de la historia, nada le aseguraba que en esa época el conocimiento del Scire no era tanto como en la actualidad, quizás el poder que necesitó fue el mínimo, o quizás realmente explotó su Scire hasta el punto que consiguió ese nivel... Quizás Delta también los consiguió... Por lo que pensó: ¿Delta podría haberle ganado? Aunque ese pensamiento se perdió cuando sintió que alguien tocó su hombro.

 —Ey, llegaste temprano, la reunión recién comenzará en dos horas —dijo Lee, pasando a su lado y al llegar a la puerta colocó la llave en la cerradura—. Oh, ya está abierto. —Notó cuando intentó girar el picaporte y la puerta se abrió completamente sin mucho esfuerzo.

Lee dio unos pasos dentro de la habitación. Rhys lo siguió.

 —Creí que todavía estabas durmiendo, quería llegar y tomar una siesta en tu silla, parece muy cómoda —rio Rhys, señalando el escritorio. 

 —Para nada, es una basura, te destroza la espalda, es lo primero que haré como rey, pedirles que me la cambien.

 —Eso digo —dijo Rhys, caminando hacia un sillón que se encontraba contra la pared derecha. Había una pequeña zona donde había una mesa de café y un sillón de cuero blanco. Al parecer era la zona de la merienda o el desayuno, si no podía usar la silla del rey entonces debería recostarse un rato en ese lugar.

 Cuando estaba a punto de sentarse notó un bulto en el sillón, más que un bulto era algo cubierto de una manta, que se movió ligeramente.

 —Lee, aquí hay algo, y se está moviendo —dijo, señalando el bulto en el sillón.

Lee lo miró confundido y se acercó.

 —Oh, es Ashley, seguramente se quedó aquí toda la noche y se durmió en el sillón —dijo Lee, jalando la manta que dejó a la chica descubierta. Acercó el rostro al de su hermana cuando la escuchó quejarse—. Ey, chica, es hora de despertar, ya es tarde —añadió, hablándole al oído mientras la movía sutilmente del hombro.

 Sólo se escucharon quejidos al momento en el que ella se movió, todavía algo dormida se sentó en el sillón con la manta cubriéndole la cabeza y refregó sus ojos soltando un gran bostezo.

 —Mierda, Lee, no dejas descansar en paz —maldijo Ashley, algo molesta—. Apenas dormí tres horas organizando todos los papeles que utilizaremos en la reunión, en tu reunión —siguió con su reproche.

 —Si, si, lo que digas... Luego podemos hablar de eso, pero tenemos visitas ahora —dijo Lee, quitándole importancia al señalar Rhys quien se encontraba parado al lado de ellos de brazos cruzados, mientras reía de la situación.

 —Buenos días, Ash —él la saludó con una sonrisa.

 —Oh, Windsor... Buenos días, te daría un abrazo, pero estoy hecha un desastre, para luego, ¿Sí? —pregunto ella, con simpatía.

 —Sí, claro, esperaré —Rhys asintió.

 —¿Pueden dejar de coquetear frente a mí por favor? Es asqueroso.

La voz de Lee se oyó a espaldas de ambos, seguido de unas risas.

 —Cállate Lee, o te golpearé, me debes una por haberme despertado —dijo Ashley, poniéndose de pie—. Iré a tomar un baño, nos vemos en el desayuno —añadió, saliendo por la puerta.

 —Sí, te esperamos... ¿Desayunarás con nosotros, Rhys? —preguntó Lee.

 —Ya que invitas —Rhys accedió. 

 —Bien, vamos al comedor.

 

Minutos más tarde...

 

 —Debo agradecerte, Rhys —dijo Lee, tomando asiento en una de las sillas de la mesa del inmenso comedor—. Me salvaste la vida a mí y a cientos de personas el otro día, la bomba seguía activada, ¿Quién sabe lo que hubiera pasado si no aparecías?

 —Me estás pagando para que lo haga, Lee, mientras tengamos un acuerdo como el que me hiciste firmar nadie correrá peligro en mi presencia —aseguró Rhys. Se sentó del otro lado de la mesa, enfrentado a Lee.

 —En realidad te contraté mayormente por otro tipo de preocupaciones, yo puedo cuidarme solo, pero los civiles no... Y Ashley tampoco.

 Rhys prestó atención a lo que dijo, y se le tornó extraño que Lee hablara de su hermana de la nada.

 —¿Qué quieres decir? ¿Pasa algo con ella? —inquirió.

 —No del todo, pero ella ahora mismo es una presa en un bosque de lobos, la élite de Fons es un lugar donde predomina la ambición y la codicia, y no siempre se usan tácticas limpias para conseguir lo que ellos quieren... Lo último que quiero es que eso involucre a Ashley, luego de la muerte de mamá y de Diane ella fue la única persona que estuvo a mi lado, y me ha apoyado en todo, incluso se ha estado esforzando el doble para que todo este tema de la coronación salga bien, de hecho, fue ella quien dio la idea de contratarte a ti para la seguridad... La quiero proteger de este mundo, pero hasta que no tenga la total confianza del pueblo mi puesto pende de un hilo, y por eso te necesito a ti.

 —¿No crees que estás subestimando a tu hermana? Ella tiene la capacidad para reconocer el peligro a su alrededor, debes de tener una habilidad especial para sobrevivir en este ambiente, y sé que ella la tiene, solamente que es bajo perfil... Pero es mucho más inteligente de lo que crees —declaró Rhys.

—¿Por qué tienes en tan alta estima a mi hermana? —preguntó Lee, con curiosidad.

 —Lee, conozco a Ash hace mucho más tiempo que tú, conozco a la perfección sus capacidades, estudiamos juntos en Remia, y te puedo asegurar que ella no era una mala estudiante, de hecho, era la única becada en toda la institución, y la segunda de la clase, por detrás de mí... Eso es admirable en todos los sentidos, Lee... Ashley es valiente, es fuerte, es intrépida... ¿Cómo no tenerla en alta estima? Si es una gran chica. —Rhys se vio determinado con sus palabras.

 —Sí, Rhys, lo sé, sé que Ashley es alguien inteligente, fuerte, valiente, intrépida, sé que es una chica admirable, que es genial... Lo sé, realmente lo sé... Pero eso no es suficiente para sobrevivir en este lugar... Tú lo sabes más que nadie.

 —Confía en Ash, Lee, al menos dale el beneficio de la duda, verás que tengo razón en lo que te estoy diciendo.

 —¿Y si darle el beneficio de la duda sale mal? ¿Qué haré si algo malo le pasa? —preguntó el chico, denotando miedo en su voz.

 —Yo estaré ahí, no le pasará nada malo... La protegeré con mi vida, Lee.

 —Vaya, nadie diría eso con tanta seguridad si no le importara Ashley... Al parecer quieres mucho a mi hermana, Rhys, ¿O es algo más? —Lee le lanzó una mirada alusiva.

 —Tu hermana es mi mejor amiga, y alguien muy importante en mi vida, obviamente que la quiero y la protegeré.

 —¿Y a Lara no le molesta eso?

 —¿Por qué le molestaría? Ella también es amiga de Ash, creo que apoyaría mi postura.

 —Pero ustedes tienen una historia, ¿Cierto?

 —Lee, por favor, eso pasó hace mucho tiempo, éramos jóvenes, y bueno, son cosas que suceden a esa edad... Hice sufrir mucho a Ash por culpa de mi actitud en esa época, no voy a cometer los mismos errores que antes, ya estoy casado, tengo una familia y muchas cosas de las cuales encargarme... No tiene sentido seguir actuando como un imbécil, ya terminó esa etapa de mi vida.

 —Entonces, ¿Qué pasó con mi hermana? Siempre que le pregunto a ella ignora el tema, no es que intente involucrarme en sus vidas, pero me interesa saber qué fue lo que hizo que se pelearan aquella vez... No se volvieron a hablar hasta el final de la guerra, ¿No es así?

 —Lara nos ayudó a reconciliarnos, fue extraño, porque ella sabía lo que había pasado entre nosotros, pero nunca lo vio como algo que la afectara a ella aun siendo parte del problema, siempre fue madura en ese sentido... Pero sí, me porté muy mal con Ash... Me aproveché de los sentimientos que ella tenía hacia mí y la usé, como si de un objeto se tratara... No quiero dar detalles de lo que realmente sucedió, no son necesarios, pero la verdad es esa, Ash se merece a alguien que la quiera y la valore por lo que realmente es, que sepa apreciar todo lo que su persona engloba, porque no es una mala chica, es una de las mejores personas que conozco... Pero yo no pude ser esa persona que ella merece... Y le hice mucho daño.

Rhys bajó su mirada, y su mente se llenó de recuerdos pasados, aquellos de Remia, de su adolescencia, cuando Ashley era aquello que amaba ver todos los días, esa sonrisa que ella le regaló mil veces fue por mucho tiempo el desahogo de su vida. Nunca supo si amó a Ashley como amó a Lara, o a Artemisa, incluso a su madre. Nunca entendió en su totalidad esos sentimientos que ella le despertaba, y siempre la lastimó por no saber cómo actuar ante ella, que sí estaba enamorada suyo. Desde esos días en Remia, cuando comenzó a salir con Lara y la dejó de lado, hasta antes de irse, cuando la trató mal, a ella y a Jake... Y al final, todo volvió al principio cuando volvieron a verse en Remia, y lo único que hizo para consolar su pena y sentirse como en esos días cuando amaba estar a su lado en Remia fue llevarla a la cama.

Fue una basura con ella, en sus peores momentos, le hizo mucho mal, y por eso se sintió aliviado cuando luego de que durmieran juntos esa noche en el transcurso de la guerra ella no quisiera volver a verlo jamás, diciendo que lo odiaba, que despreciaba su persona... Se sintió aliviado porque sabía lo malo que él era para ella, y que, en realidad, él no iba a poder irse de su lado, y seguiría actuando como una mierda con ella, cada vez peor... Lo que ella hizo, fue necesario, para ambos. Él se quedó solo y cayó a lo más bajo, donde no le quedó nada más que volver a subir, y desde ese momento, no volvió a hacerlo jamás... Y ella... Ella nunca paró, nunca miró atrás de nuevo... Y desde ese momento, avanzó... Tal vez por esa razón pudieron limar asperezas esos días antes a su casamiento con Lara, cuando Ashley fue designada su madrina de bodas... Tal vez por esa razón Ashley lo supo perdonar, y él pedir ese perdón. Y aunque eran amigos desde ese momento, la seguía amando, ya que pudo comprender esos sentimientos que siempre tuvo hacia ella... Comprendió el valor de su amistad, el valor de su presencia en su vida, todo lo que hizo por él en Remia, lo que hizo por él en Fons, lo que nunca supo apreciar... Pudo decirle «gracias». Pudo dejarla ir... De una vez por todas.

 En la entrada a la cocina, detrás de la pared que separaba ambas habitaciones, Ashley escuchaba la conversación de su hermano con Rhys... Con una sonrisa en su rostro.

 Ella conoció a Rhys cuando apenas tenía once años. Estudiante de nuevo ingreso y becada en la escuela más prestigiosa del Reino de Remia. Era un ambiente en el cual ella no se sentía cómoda, todos la miraban como un bicho raro, como la única persona en el lugar que no estaba a su altura, y el aislamiento no se hizo esperar. Ella le encontró un lado bueno a estar sola en ese lugar, aunque era pequeña no era estúpida, se pudo dar cuenta del interés y las falsas apariencias que hacían parte de todos, y sabía que no se acercaban a ella porque no podían recibir nada a cambio de alguien a quien consideraban inferior, eso significaba que la persona que se acercara lo haría con genuinidad, y realmente interesado en su persona, no en su estatus social.

 Rhys Windsor, el príncipe de Remia. Incluso siendo un año menor a ella estaba en su clase, ella se consideraba inteligente, pasó todos los exámenes requeridos por su beca con la máxima nota, y cuando pudo acoplarse a su clase se dio cuenta de que nadie tenía su nivel, eso le dio reconocimiento, le dio confianza, pero ese chico llegó, y ella pasó a un segundo plano. Él era increíble, jamás creyó que una persona fuera tan abismalmente superior a todos de esa manera. No había nada en lo que no fuera bueno, era buen deportista, buen estudiante, era carismático y se ganaba a las personas solamente con algunas palabras, tenía la escuela entera bajo sus pies. Era obvio que algo así sucedería, el ambiente clamaba que el día que llegara la persona con una influencia capaz de mover un país entero todos estarían detrás de él, y ese era Rhys Windsor: El Chico Prodigio. El Príncipe Prometido.

 Ella se encontraba en esa época en la cual el rostro de un chico era capaz de enamorarla, sólo porque era lindo, y eso pasó con Rhys, así como a la mayoría de las chicas de la institución, a ella le gustaba. Tenía una leve decepción en sí misma, porque también sabía que a él jamás le interesaría una chica como ella, de hecho, hasta parecía invisible dentro de su propio ambiente, lo único que la hacía resaltar era ser la primera de su clase, pero con Rhys, hasta eso se fue a la basura. Por eso, se llevó una sorpresa el día en el que él le pidió para hacer esa tarea juntos.

«Nadie en este salón de clases parece tener idea de lo que estamos estudiando, pero tú si sabes de lo que esto se trata, y si tengo que hacer un trabajo en equipo prefiero hacerlo con personas que estén a mi nivel». Fue la frase más egocéntrica que alguna vez escuchó, pero tan real a la vez, aunque eso no importaba, porque su teoría se había caído a pedazos con la última afirmación. Él prefería hacer esa tarea con personas que estuvieran a su nivel, eso significaba que la veía como un igual. Al final, no era tan invisible como ella pensaba.

 Eso fue el comienzo de su amistad con Rhys. El chico nunca la desprestigió ni la subestimó, siempre admiró sus capacidades, siempre la trató como un igual. Ese trato le dio una incesante búsqueda de aprobación de su parte, y se esforzaba mucho por resaltar, por seguir estando a su altura. En base a esta actitud ella se hizo conocer, y en el segundo año ya era muy popular en el colegio. Ella intentó no dejarse llevar por ese reconocimiento, fue una consecuencia directa de su amistad con Rhys, por eso sólo le importaba lo que él pensara de ella y nada más, tampoco su atracción hacia él disminuyó, y aunque él siempre la trataba como su amiga, todavía pensaba que tenía una oportunidad... Hasta que Lara Harch llegó.

 Rhys se enamoró de ella al instante, Ashley lo comprendió, si a ella le gustaran las chicas también habría caído por Lara. Era perfecta, en todos los sentidos, tenía todo lo que ella no, por eso no se sintió mal, sólo lo aceptó, y al ser amiga de ambos los apoyó siempre que pudo.

 Fueron muchos años en Remia, una época llena de recuerdos, y aunque todo terminó abruptamente todavía le guardaba mucho cariño a ese lugar. Cuando Rhys desapareció de la vida de todos pudo olvidarse de él, pudo concentrarse en su vida, hasta salió algunos meses con un chico, uno de sus amigos, Jake Lauren, pero no funcionó. Y ante esta ruptura, sólo le quedó pensar en su futuro, aquel futuro que encontró en Fons luego de haber sido aceptada en la universidad.

 Pero todo volvía, y hasta no cerrar la situación completamente sabía que su pasado no iba a desaparecer sin más, por eso no se sorprendió cuando Rhys apareció en su vida de nuevo. Ahora sin Lara, ahora sin ganas de vivir... Ahora sin nada. Sus sentimientos jamás concluyeron en su totalidad, ella sabía que no había dejado de estar enamorada de Rhys, sólo se había olvidado de él ya que tenía entendido que no lo iba a ver de nuevo, pero se equivocó, y esos sentimientos volvieron, él jamás había dejado de ser su debilidad. Fue estúpida, se dejó llevar y por eso ambos hicieron cosas de las cuales terminaron arrepintiéndose. Pero debieron seguir adelante, aceptar sus errores como personas adultas que eran, ella los vio como enseñanzas, como una moraleja... Para no volver a actuar de esa manera.

 Tiempo después de todo lo que sucedió con ellos en la guerra, Lara y Rhys se casaron, ella obviamente estaba feliz, ellos eran sus amigos e iban a ser felices juntos, nunca fue una persona la cual envidiara los logros de los demás, por eso, por primera vez en su vida concluyendo con esa historia en su pasado, al fin pudo superar a Rhys, al fin pudo terminar con esos sentimientos para siempre, y seguir adelante sola... Y llegó lejos, su posición y su linaje la ayudaron, obviamente, pero Rhys tenía razón, ella se sintió muy humilde y no quiso aceptar que todo lo logrado también fue gracias a sus propias capacidades, ella era su propio orgullo, y a la única persona que le debía algo era a sí misma, y con esa moraleja en su cabeza, grabada para siempre, no tenía pensado desviarse de su camino, llegaría aún más lejos de lo que estaba, cuidando a Lee o a quien fuera... Ella era Ashley Crown, y eso sí que no iba a cambiar... Nunca lo hizo... Debió saberlo desde el principio.


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Chương 48: Capítulo 14: Ella, y su pasado  

Fons, Ash, Palacio Real - 31 de Marzo - Año 526

 

—Tengo que hacer una sola pregunta... Las personas que Rhys Windsor llevará para que formen parte de su equipo, ¿Están capacitadas para un evento de esta magnitud? —preguntó el líder del clan Froyd, Karl.

 La reunión se había convertido en un interrogatorio hacia Rhys, en el cual todo el Consejo se encargaba de cuestionar su liderazgo y las capacidades de sus subordinados. Él se lo tomó como un reto, si había algo que realmente adoraba era cerrar la boca de todas las personas que lo subestimaban, por eso lo único que hizo fue responder con modestia a cada pregunta.

 —Ellos han estado en peores condiciones, sobrevivieron a la guerra siendo adolescentes, pararon el impacto de un asteroide en Remia, y han sido entrenados por mí en varias disciplinas de combate, sin contar su amplio control en la Energía del Alma... ¿Es eso suficiente para un evento de esta magnitud o necesitan todavía más? —preguntó, con sagacidad.

 —Para nada, Windsor, de hecho, solamente contigo habría bastado, sabemos que con tu equipo será incluso más seguro —respondió Ashley, quien se encontraba sentada del otro lado de la mesa, al lado de Lee.

Él miraba a Rhys con una sonrisa, comprendiendo lo que este estaba pensando en ese momento, deseando que la reunión acabara lo más rápido posible, ninguno quería seguir escuchando a esos ancianos hablar por más tiempo.

—¿Ya sabemos quiénes serán las personas que pasarán a presentar respeto a la Corona? —preguntó Gino Relty.

Él era el líder del clan Relty, y de paso, la segunda persona más poderosa de Fons si de influencia política se trataba, sólo por detrás del rey, y en ese momento, quizás hasta más, ya que Lee apenas había asumido, y era joven, le faltaban los años que él llevaba encima encargándose de la política de Fons, siendo consejero de su padre, y líder de la segunda familia más antigua del reino. Su palabra era sagrada, y aunque Lee quisiera, no podría pasar su mandamiento por encima como si nada, todo el Consejo tenía confianza ciega en él.

—Tenemos la lista hecha hace varias semanas... Si desea se la puedo leer —respondió un joven que parecía ser su asistente, parado detrás de él.

—Por favor —solicitó.

—Bien... Los asistentes serán los lideres y sublíderes de los tres clanes principales; Michael Harch, duque Koella, y Lara Harch, marquesa de Koella, ambos representando al clan Harch; usted señor, duque de Raven, y su hijo, marqués de Raven; el señor Karl Froyd, duque de Pines, y su hija, Clara Froyd, marquesa de Pines; también estarán los otros lideres de los clanes restantes, entre todos son tres personas más, y en total son nueve —su asistente se explayó.

 —Bien, ¿Están todos avisados? No me refiero a las invitaciones, me refiero a su orden, quien pasa primero y quien ultimo.

 —Todavía no, Gino, eso lo voy a decidir yo, les estaré enviando el cronograma a todos en el correr de la semana —intervino Lee.

 —Sólo diré que el clan Relty debe de ser el primero... Es la segunda familia más antigua del reino, y hemos sido consejeros por más de veinte reinados distintos... Nos merecemos ese honor, ¿No, Lee? —preguntó, como cortesía. En realidad, más que una pregunta fue una orden.

 —Lo pensaré, Gino, el pasado es pasado, intento apegarme a la actualidad, y hoy en día el clan Harch es más importante para el reino que el clan Relty —respondió Lee. 

—Por Sun, ¿El clan Harch? ¿Es en serio? Con todos los escándalos que han tenido a lo largos de los años quizás ni siquiera se merezcan pasar a presentar respeto... Todos en esta habitación sabemos cómo es Michael Harch... Ni siquiera aceptó tomar el lugar que ocupó Thomas en este Consejo hace años, creo que por respeto a su memoria ni siquiera deberíamos permitir su asistencia a la ceremonia. —Gino casi se sobresalta.

—Sigue siendo el líder de uno de los clanes más importantes del reino, queramos o no, por respeto también a la Corona y al reino debemos invitarlo, los problemas internos del clan no nos incumben, lo que haya sucedido entre ellos no afectó al reino, por lo que él no tiene la culpa.

La respuesta de Lee había sido demasiado optimista. Rhys se dio cuenta, y no quitó su fija mirada de él. La sala quedó en silencio, nadie supo cómo responder a eso.

—¿Estás seguro de lo que acabas de decir, Lee? No lo creo, de todas maneras, es algo entendible, todavía eres un niño y no comprendes en su totalidad el mundo en el que acabas de entrar... Ya lo dije, todos sabemos cómo es Michael, todos sabemos qué hizo Michael... Y créeme, haya afectado o no al reino, sigue siendo una figura relacionada con este... Si algún día sale a la luz su mayor secreto todos estaremos involucrados... Hasta tú, Lee, ni siquiera eso... Tú serás el más afectado.

La afirmación de Gino amplió el silencio. Todos los presentes, excepto Rhys Windsor, bajaron el rostro, ignorando lo obvio.

—¿Su mayor secreto? —preguntó Lee, confundido.

—Creo que es momento de dejar de hablar sobre la privacidad de personas que no están presentes... Lee, Gino tiene razón, no diré por qué, pero la tiene... Sólo has que el clan Relty pase primero y listo, te ahorras demasiado, yo hablaré con Lara Harch, ella hablará con su clan y lo entenderán —intervino Rhys.

Gino lo miró con gracia, esbozó una leve sonrisa arrogante y asintió.

—¿Por qué la llamas por su nombre completo? Todos sabemos lo que ustedes son... Intentas proteger a tu esposa, Windsor, ¿Por qué no sólo permitimos que Lee sepa lo sucedido? Es el rey después de todo, él no puede estar ausente de saber los secretos del Consejo y del reino.

La incitación de Gino era obvia, Rhys captó la situación al instante. No quiso sobreanalizar la situación, pero si era lo que él creía que era, su accionar era muy bajo.

—No intento proteger a nadie, soy neutral en este lugar, no me involucro en la figura política de mi esposa ni en la de su familia, sólo estoy diciendo que como persona encargada de la seguridad de la ceremonia me parece estúpido que haya una trifulca interna a pocos días del evento... No puedo encargarme de todo, y un Consejo unido es lo único que necesito.

Era eso, apenas refutó su argumento el rostro de Gino cambió, no le gustaba ser quien no tuviera la razón, y en su naturaleza arrogante eso lo ponía molesto.

—Sigues sin aceptar que Lee sepa todo lo acontecido años atrás, el motivo de la guerra. —Dejó el tema en la mesa.

Todos se miraron de la misma manera, confundidos. Tanto como Lee, que miró a Rhys apenas escuchar eso. Él creía que la guerra había comenzado por una insatisfacción de las ciudades del este que se convirtió en una revolución. Rhys se lo había dicho años atrás cuando ambos se pusieron de acuerdo en realizar aquella reunión que terminó con un tratado de paz que puso punto final a la guerra. Entonces, ¿A qué se refería Gino?

—¿El motivo de la guerra? ¿Qué no fue la rebelión? —Demostró su desconcierto.

—Y lo fue... No entiendo a qué te refieres, Gino... ¿Acaso hay algo que quieras contarnos a todos? Algo como... ¿Por qué tuve que involucrarme en la guerra? —preguntó Rhys, con agudeza.

Él sabía lo que Gino quería contar, pero a la vez también sabía el secreto de Gino, que estaba íntimamente ligado a la razón del comienzo de la guerra. Él sólo tenía que abrir su boca para que toda su veracidad y confianza en ese lugar se viniera abajo, porque Rhys no dejaría pasar esa oportunidad. Pero, ¿Era sensato? Tal vez no, podría analizar mejor la situación más tarde... Gino era peligroso, y sabría qué hacer si todo se desvirtuaba, no podía subestimarlo, aunque tampoco iba a dejar que pasara por arriba suyo, o del rey... Ese era su trabajo después de todo.

—¿Acaso Lee no sabe eso? Eso no es un secreto, Rhys Windsor... Lo de Rygal Di Rem es de público conocimiento.

—¿Cómo pasamos de Michael a Rygal? Por favor, ¿Pueden dejar de hablar en código? Sean claros con lo que intentan decir —solicitó Lee, ya totalmente fuera de contexto. Había perdido el hilo conductor de la conversación varios minutos atrás.

—Rygal Di Rem es una amenaza para este reino, y la única razón por la que sigue teniendo influencia aquí es porque alguien se lo está permitiendo... Y ese alguien no es tu padre, Lee, él ya se fue, ni tampoco eres tú, apenas acabas de asumir, pero el Consejo es un círculo pequeño, el liderazgo del reino se divide en pocas personas... Sólo diré que si yo fuera tú no confiaría en nadie dentro de esta habitación... Ni siquiera en mí. —Con esa conclusión, Rhys se puso de pie, y comenzó a caminar hacia la salida—. Sólo concéntrate en la ceremonia del sábado, tendrás tiempo para ponerte al día con los temas de la nación más adelante, apenas son tus primeras horas como rey... Hay personas a las cuales les tomó años entender este ambiente, no intentes acaparar todo, haré hasta lo imposible para que en la ceremonia del sábado no ocurra una tragedia, tienes mi palabra, Lee... Nos vemos luego. —Y así, abandonó la habitación.

 

Minutos después...

 

 —Ey, chico Windsor, espera. —Cuando Rhys llegaba a la salida escuchó la voz de Ashley llamándolo, al darse la vuelta la vio acercarse corriendo hacia él—. ¿Puedo saber qué significó eso que dijiste en la reunión? —preguntó.

 —Ash... ¿Puedo confiar en ti?

 —Tienes toda mi confianza... Si se trata de Lee quiero saberlo, no puedo permitir que algo suceda con él —respondió, exponiendo su preocupación.

 —En realidad no se trata sólo de Lee, por eso quiero hacerte un pedido... Cuídense de Gino Relty.

 —¿Por qué?

 —No sé si te diste cuenta, pero él intentó enfrentarnos a Lee y a mí toda la reunión, intentó llevar a Lee al punto de que desconfiara de mí, y estoy seguro de saber la razón detrás de ese comportamiento.

 —No quiere que participes de la ceremonia el sábado —alegó Ashley.

 —Exacto... ¿Y sabes por qué?

 —Rygal... No, espera... ¿En serio? —preguntó, sin poder creerlo.

 —Ash, él sabe que si la coronación sale mal tu hermano no conseguirá esa confianza que necesita para afianzarse en su puesto, si eso sucede, su poder pende de un hilo, no tendrá influencia en nadie dentro del Consejo, y creo que notaste como Gino manipuló la situación a su favor, él puede hacer eso con todos los miembros del Consejo, y en una decisión unánime Lee puede ser destituido de su cargo... ¿Entiendes lo que eso significa?

 —No sólo significaría la caída de la dinastía Ex Fons, también significaría que nadie podría limitar el control de Rygal en la nación, y eso ya son palabras mayores.

 —Pueden tener tranquilidad conmigo a su lado, les prometo que no saldrá mal, y si por alguna razón no puedo impedirlo, créanme que haré hasta lo imposible para arreglar la situación, me haré cargo de todo... No voy a permitir que la conspiración llegué más lejos —dijo Rhys, con seguridad. 

 —Confió en ti, Windsor... Sólo dime si necesitas algo, yo también haré lo imposible para evitar eso. —Ella compartió su seguridad.

 —Lo sé, pero por ahora sólo quiero que cuides a Lee, intenta convencerlo de lo que dije hoy, no confíen en nadie, sólo entre ustedes... Y cuídate Ash, eres la más vulnerable en el Consejo, si crees que corres peligro sólo dímelo, yo me encargaré de eso también.

 Al escuchar eso ella sonrió.

 —Gracias, Windsor... Ten cuidado tú también, y saluda a Lara de mi parte.

 —Lo haré... Nos vemos luego, bonita —se despidió, antes de desaparecer del lugar en un santiamén.

 «Vaya, mi primer día y ya estoy dentro de una inminente guerra, bienvenida al mundo Ashley», pensó ella, mientras soltaba una ligera risa... No se sentía abrumada, lo tomó como un reto. 

 

Mas tarde ese día...

 

Fons, Ash, Residencia Harch - 31 de Marzo - Año 526

 

—¡Vamos, vamos, a levantarse! —dijo Rhys, entrando a la habitación de Vlas. Abrió todas las ventanas de par en par, la luz del sol entró sin pedir permiso—. Esto parece una madriguera, Vlas, por favor, levántate que tenemos que entrenar —agregó, al quitarle la almohada para luego lanzársela a la cabeza.

—Ah... Rhys, cierra esas persianas —protestó Vlas, cubriéndose el rostro.

—No... Te quiero abajo en treinta minutos, tengo algo importante que hablar contigo —ordenó su hermano, antes de abandonar la habitación, dejando todo abierto, obligando a Vlas a levantarse por las malas.

—Maldita sea, ya no se puede ni dormir —maldijo Vlas, sentándose en la cama. Cuando dio un vistazo a la hora se percató de que era demasiado temprano. Apenas las 10:00 a.m.

«Al parecer Leah despertó temprano», pensó, viendo su lado de la cama desordenado y vacío.

La noche anterior ella le había pedido dormir en su habitación. Al parecer había sido consecuencia de la hermosa tarde que habían pasado juntos.

Por la mañana fueron al cementerio, ahí estuvieron dos horas, Leah se tomaba muy en serio las visitas a sus padres. Se encargaba de ordenar las lapidas, cambiar el agua de los floreros y colocarle flores hermosas. Al parecer hacía eso todos los fines de semana, ella tenía mucha dedicación y respeto hacia la memoria de sus padres, con sólo ese trato, Vlas pudo notar no sólo lo mucho que los extrañaba, sino lo mucho que los amó en vida también.

Luego de eso fueron a una cafetería donde estuvieron horas hablando, Leah le contó mucho de su infancia. Cuando era pequeña era muy creativa, dibujaba mucho y tenía varios libros con sus dibujos, ella también tenía una colección de bloques de construcción, le gustaba edificar diferentes estructuras, además de figuras de acción y pósteres de sus series favoritas. Al parecer todo eso se extravió cuando se mudó, y perdió esas aficiones, ya que escarbar en su pasado le traía recuerdos de sus padres, y le afectaba demasiado.

De todas maneras, ella aun guardaba algo de lo que le gustaba en su niñez, y aspiraba a ser una gran arquitecta, o al menos eso estudiaba en la universidad. Su talento en el dibujo no se había perdido. Hasta le había hecho un retrato a Vlas en una servilleta. Él lo guardó en un pequeño cofre de madera que había traído desde Remia... Ahí tenía muchos objetos que significaban demasiado para él. La reina de un tablero de ajedrez que Kora le había regalado, el pañuelo de seda de su madre, el anillo de oro de Demian, el botón de plata de Rhys... Y lo más importante: El brazalete con el Ave Fénix de Zenda. 

 

Minutos después...

 

Luego de tomarse un baño, Vlas bajó hasta la cocina, la familia estaba reunida. Caminó hacia la mesa donde Leah estaba desayunando, Rhys estaba cerca de la encimera junto a Lara, riendo y cuchicheando. ¿Acaso nunca paraban de coquetear? No es que le molestara mucho que siempre fueran melosos, pero a veces se tornaba incómodo verlos a los besos y abrazos, y más cuando recordaba lo que había pasado noches atrás.

—Hola bonita. —Saludó a Leah con un beso apenas sentarse a su lado.

—Hola tonto... ¿Dormiste bien? —preguntó ella, luego de algunos bocados de su desayuno.

—Rhys me despertó abruptamente, pero sí, ¿A qué hora despertaste?

—Hmm... 7:30 a.m creo, tenía clases temprano, acabo de volver —respondió Leah, mientras terminaba su comida.

—Ya veo... ¿Y a estos qué les sucede? —preguntó Vlas, señalando a Lara y Rhys, no paraban de cotillear y reírse entre ellos. 

—No lo sé, parece que ayer pasaron un buen día —respondió ella, con ironía.

—Espero no llegar hasta ese punto —rio.

—Yo no me quejaría —bromeó Leah.

—Créeme, lo harías —dijo él, con una sonrisa—. Ey Rhys, parece que no estabas tan apurado después de todo —añadió, cruzando sus brazos.

—Wow, cálmate, parece que te despertaste molesto hoy —respondió su hermano, con mordacidad.

—Cualquiera se despertaría así cuando alguien entra a tu habitación y te lanza una almohada en la cabeza sin previo aviso. —Se molestó aún más. Leah y Lara lo miraban riendo.

—Sí, sí, te entiendo, pero me has permitido seguir adelante con tu entrenamiento, no puedes quejarte, es tu deseo —respondió Rhys, acercándose a él. Le dejó un plato de comida en la mesa antes de dar la vuelta por esta y sentarse en su lugar—. Toma, come rápido que tenemos que irnos —indicó.

—¿Irnos? ¿A dónde? —Vlas preguntó.

—Como ayer formamos las parejas y a ti te tocó con Mya tendrás que comenzar a entrenar con ella hasta el sábado —respondió, sacudiendo la cuchara con la que había batido su café, le dio una lamida para limpiarla, y luego la dejó sobre la mesa, al lado de la taza—. Nunca han peleado juntos, debo de ver si tienen algo de química o al menos que sepan entenderse, sino deberé de cambiarte con Dean o Kit —añadió.

—Ya veo... ¿Y Mya aceptó?

—Sí, hablé con ella por la mañana, aceptó la propuesta fácilmente... O más o menos.

 

Unas horas antes...

 

—¿Con él? —preguntó Mya, confundida, ¿En serio Rhys le estaba pidiendo que peleara con Vlas?

—Sí... ¿Hay algún problema? —Rhys no quiso preocuparse demasiado. Conocía a Mya, y a su hermano, sabía que se iban a llevar bien, pero de todas maneras necesitaba al menos una confirmación a sus sospechas.

—No del todo, aunque se siente extraño que me lo pidas a mí, ¿Por qué no a Kit o Dean? Hasta Leah podría ser una opción.

—No lo creo... Primero que nada, él debe de formar equipo contigo, también necesito a alguien que no tenga piedad ni miedo de golpearlo, tú sabes cómo son Dean y Kit... Leah en cambio ya entrenó con él, además parece que están comenzando algo, así que probablemente Vlas se ponga blando con ella... Viendo las circunstancias, ¿Me ayudas Mya?

—Ay, esos dos, yo sabía que iban a terminar juntos, Leah lo negó tanto tiempo, pero por fin aceptó sus sentimientos —dijo la chica, riendo.

—Tampoco era muy difícil saber lo que iba a suceder, pero eso es algo externo, Mya, ¿Me ayudarás o no? —insistió Rhys.

—Okey, lo haré, sólo debo de golpearlo, ¿No? —Mya cedió.

—No tienes que contenerte, para nada, es una lucha para que comprenda como se pelea con Energía del Alma, necesita tener algún tipo de experiencia antes del evento del sábado.

—Entiendo, sólo dime cuándo y dónde, no tendré problemas en ir.

—Gracias Mya, probablemente sea en la tarde, pero te aviso cualquier cambio, ¿Sí?

—Más claro que el agua, Rhys, nos vemos luego. —Mya comenzó a alejarse del lugar.

—Nos vemos luego, Mya. —Rhys hizo lo mismo.

 

Presente...

 

—Mya no es una persona que permita algún tipo de queja o lloriqueo, te recomiendo que te pongas eso en la mente, es muy estricta y brutal, no saldrás ileso si te limitas al pelear con ella—dijo Lara, tomando asiento al lado de Rhys.

—No me asusten, por favor, no puede ser tan extremo, ¿No? —preguntó, cuando todos se quedaron en un silencio que respondió la pregunta en un instante.

—Yo no te lo quería decir —rio Rhys.

—Tú me odias, ¿Cierto? Primero dejas que Leah me entrene, casi me mata mínimo unas cinco veces... Luego voy a entrenar contigo y con tu método inhumano donde estuve tres días seguidos golpeando un diamante sin parar, después vienen las marionetas extrañas esas, tu entrenamiento diario donde no paras de darme palizas, y ahora me dejas a merced de una loca de remate, no veo mi futuro muy claro —bromeó Vlas.

—Vlas, por Sun, es sólo un entrenamiento, no pasará a mayores, yo los estaré vigilando de lejos —dijo su hermano.

—Okey, lo entiendo... Tendré que ir, después de todo me ayudará a mí. —Los suspiró que soltó acompañaron su resignación.

—Ves, esa es la actitud... Listo, ahora que terminaste de comer prepárate, en unos minutos salimos —dijo Rhys, poniéndose de pie—. Te espero afuera —añadió, abandonando de la cocina.

 

Más tarde ese día...

 

Fons, Ash, Afueras de la Ciudad - 31 de Marzo - Año 526

 

—Vlas, pondremos las cosas claras, tu hermano me dijo que no me contenga, y déjame decirte que si hay algo que disfruto es el combate... Espero estés listo —declaró Mya, mientras estiraba un poco sus extremidades. Estuvo así unos minutos, hasta que tomó posición de ataque.

Vlas se percató de que ella tenía un gran conocimiento en artes marciales, esa posición de ataque era la misma de la disciplina de Rhys. Él no recordaba mucho qué tan exigente era, pero por lo que sabía, era una de las más completas del mundo, ya que recolectaba lo mejor de cada una de las disciplinas. Tanto como las artes marciales del sur de Filii Dei, del norte también, como las de las Islas de Tala. También había movimientos de lucha fonsesa y resquicios del boxeo indil. Los primeros habitantes de lo que fue el territorio de Remia antes de la anexión, más específicamente del noroeste de la nación, los pueblos que existieron antes de fundar las ciudades de Basil y Leto, unieron los estilos estas disciplinas, y tales enseñanzas fueron recorriendo la nación con el paso de los años.

Rhys había aprendido el arte marcial llamado: Mano remiana, en la Isla Rem, a cargo de los educadores de la Familia Real, planificando que su entrenamiento siguiera cuando se graduara de la universidad y entrara a la Academia Militar. Pero Rhys no planeaba lo mismo, y de tal manera, se volvió autodidacta, perfeccionando la disciplina él mismo en el correr de los años, modificando movimientos en base a sus propias características, y volviéndola única en su estilo... Nadie peleaba como Rhys Windsor... Su capacidad de adaptarse a cualquier tipo de ambiente fue un plus en su entrenamiento, así como su capacidad física y sus poderes. Era impredecible, veloz, ágil certero y resistente, cuando luchaba se concentraba sólo en eso, y era monstruosamente habilidoso. Tales características eran las que siempre intentaba inculcarles a sus subordinados, los únicos que, además de él, podían luchar con su estilo... Tal como Mya... En ese momento.

—Cada vez pienso más que Rhys me quiere matar, pero ya estamos aquí, no puedo retroceder — respondió Vlas, activando su Scire en un rápido movimiento. Él no era tan avanzado en el conocimiento de las artes marciales, pero sabía que podía dar la talla—. Listo... Mya —añadió, mirándola fijamente.

Ella sonrió y sólo desapareció de su vista.

«Ahí está», pensó cuando vio correr su silueta por el bosque, saliendo detrás de ella.

 Cuando la alcanzó lo primero que intentó hacer fue lanzarle una patada que ella fácilmente esquivó sin preocupaciones, era muy ágil. Vlas lanzó dos puñetazos más en el mismo movimiento, un jab y otro con sus nudillos, pero como si se tratara de una mariposa ella esquivó todos con tal facilidad que era sorprendente, él sabía que se podía hacer así de rápido, estaba Rhys como mayor ejemplo, Pero, ¿Qué le pasaba a esta chica? Él se sentía a años luz de ella, estaba totalmente a otro nivel. 

 La perdió de vista fácilmente de nuevo, sus movimientos lo habían distraído, y cuando menos se dio cuenta sintió un calor en su espalda seguido por un ruido de algo quemándose... Rápidamente saltó hacia arriba con una voltereta y al quedar boca abajo la distinguió pasando a toda velocidad... ¡UNA BOLA DE FUEGO!

Ese ataque había arrasado con la mitad del bosque y había ido con intenciones de darle, ¿Acaso lo quería matar?

 Debía dejar de pensar demasiado mientras estaba en un combate, por culpa de distraerse de nuevo con uno de sus movimientos no cayó en cuenta de que ella estaba detrás de él, otra vez, y con sólo la palma lo golpeó en la espalda, haciéndolo caer de cabeza al suelo.

 Vlas se puso de pie lo más rápido que pudo y la vio acercarse a toda velocidad, este, por instinto, se cubrió, y recibió otro golpe con la palma, pero venía con tanta potencia que terminó por lanzarlo lejos, ¿Qué era esa fuerza? 

 Como pudo, frenó, arrastrando sus pies, aun así, ya era tarde, ella ya estaba de nuevo frente a él, y le lanzó una patada lateral dirigida a sus costillas, pero Vlas fue rápido y la bloqueó con su antebrazo, ahí lo comprendió, eso no era sólo fuerza física, su cuerpo estaba totalmente reforzado con Energía del Alma.

—Esa fue una buena jugada —dijo Mya, saltando hacia atrás. Con su dedo índice señaló como Vlas había enredado su cadena alrededor de su antebrazo. Así había parado el golpe anterior sin recibir ningún daño.

—No la uso mucho, aunque sigue siendo el único objeto en el cual puedo infundir mi energía... Es algo que usaría sólo en casos extremos —respondió Vlas desenredándola de su antebrazo, haciendo que cayera al suelo colgando de su mano.

—Úsala entonces... Aquí estoy, no me moveré.

Mya lo esperó, cruzando sus brazos. Lo dijo muy decidida, y Vlas estaba algo molesto por su ataque anterior donde casi lo calcinaba vivo.

—No te arrepientas luego —soltó Vlas. Y sin dar mucho tiempo de reacción, lanzó la cadena hacia su derecha, pero le dio una curvatura haciendo que se dirigiera directamente a la cabeza de Mya.

Ella sólo la esperó, sin moverse, y cuando estuvo a centímetros de impactarle, sin siquiera mirar tampoco, la tomó entre sus dedos, rápidamente la enredo en su muñeca y la jaló llevando a Vlas hacia ella. Su fuerza era superior a la de él, no pudo hacer nada para quedarse en su lugar, la cadena lo arrastró hacia ella. Mya al verlo venir se preparó, y con fuerza le impactó un puñetazo en el rostro que lo noqueó al instante.

 

Unos minutos después...

 

—Fuiste muy imprudente al sólo lanzar la cadena al azar creyendo que no me sería fácil esquivarla, o como lo hice, tomarla también... Intenté hacer lo posible para que se fuera, pero sigues teniendo el ojo morado.

Eso fue lo primero que escuchó Vlas cuando se despertó. Ella estaba sentada a su lado.

—Por Sun, estás loca... No puedo creer que no siento la mitad de mi cara —dijo Vlas, alzando un poco su mano hasta su cara, con sus dedos acarició su ojo. Este estaba hinchado, y dolía como la mierda—. Carajo... Está inflamado —maldijo, entre dientes.

—Fui muy suave, hemos tenido peores entrenamientos cuando desarrollábamos nuestras habilidades, yo tuve que quemarme cientos de veces, Dean se ha electrocutado tanto que seguramente debe de tener alguna falla en el cerebro, y Kit, bueno, Kit fue quien más cerca estuvo de la muerte al terminar desangrado varias veces, así se aprende a controlar la energía Vlas, a prueba y error.

—¿Ellos también tienen habilidades especiales? —preguntó Vlas, con curiosidad.

—Bueno, no las llamaría «especiales», más bien «propias»... Kit controla la sangre a nivel molecular, y puede hacer lo que quiera con ella a través de su cuerpo, sumándole que si se corta puede lanzarla como si fueran proyectiles o hacer lanzas y otras armas, pero como dije, debe de tener cuidado, si esta sangre se separa totalmente de su cuerpo puede llegar a morir desangrado, aun así, la que más me gusta es la de Dean, él tuvo la loca idea de hacer su cuerpo inmune a la electricidad, así cuando recibiera un choque eléctrico, su energía reaccionara y convirtiera toda su alma corporal en electricidad, pudiendo controlarla a su merced, es algo muy útil y suena poderosa, pero es una locura si tu cuerpo no puede soportar el voltaje, sumándole a que si la usas demasiado te quedas sin electricidad, y comienza a rezar —explicó Mya. Buscando entre sus cosas encontró una botella de agua, y se la dio a Vlas.

—Gracias. —Vlas la tomó—. Entonces, tú usas el fuego para pelear, ¿Cierto? ¿Alguna razón en específico?

—Si la hay, pero para eso debo contarte todo mi pasado, el motivo por el cual estoy aquí ahora y a dónde quiero llegar, es demasiado y te vas a aburrir, creo que ya te contaron demasiadas historias de sus pasados como para que quieras escuchar una más —respondió ella, con gracia.

—Pues sí, tienes algo de razón, todos tienen un pasado bastante trágico, a veces pienso que tenerlo es una condición para estar en este grupo —bromeó Vlas—. Aunque de todas formas me sigues pareciendo alguien interesante... Sí, casi me matas, y sí, tienes una actitud muy soberbia, pero de todas formas te queda demasiado bien. —Sonrió.

—Sí, claro, entiendo a lo que te refieres, me lo han dicho mil veces... Igualmente, siento que no es soberbia, más bien seguridad, si no confías en ti y en tu poder, en este mundo estás muerto —respondió Mya, bajando la mirada.

—O sea que no eres soberbia porque sí, sino que es una forma de darte más valor a ti misma —asumió Vlas.

—Algo así... Cuando peleo no pienso en nada más que ganar, la derrota conllevaría morir, o así fue casi toda mi vida, arriesgué mi vida tantas veces que creo que perdí el miedo a la muerte, ahora tan sólo la veo como una alternativa a ganar, pero eso no quiere decir que no me tenga confianza, morir también conllevaría dejar de lado mis sueños y propósitos, y tampoco quiero llegar hasta ese punto, por eso demuestro que no soy débil y que me crezco ante las adversidades... Jamás me falló eso, enfrenté muchas cosas con ese pensamiento y siempre las vencí, así que mi «soberbia» es mi carta de victoria, es mi forma de vivir, dejándome llevar por mi pasión y mi orgullo que me dice que puedo romper todas las barreras, no intento demostrarle nada a nadie más que a mí misma, en eso puedo decir que todavía no me traicioné y sigo siendo fiel a quien soy, pero quizás ya no soy tan egoísta como lo era antes, tengo personas que me importan y alguien con quien volver a reunirme, peleando nací, peleando crecí y peleando voy a morir... Y si es por ellos... —paró, alzando su mirada otra vez, repleta de osadía—. Lo haría aun con más fuerza —dijo, esbozando una sonrisa.

—¿Tienes alguien con quien volver a reunirte? —preguntó Vlas, no dejando pasar ese detalle.

—Sí, me sentía identificada con Rhys porque ambos perseguíamos lo mismo, y si te soy sincera, sentí un poco de envidia cuando él pudo reunirse contigo de nuevo, pero no me hizo perder la esperanza de volver a ver a mi hermana, creo que cada día crece más. 

—¿Tienes una hermana?

—Sí, Eva... Ella es lo único que me queda de lo que alguna vez fue mi familia, y ella me está esperando, me lleva esperando más de siete años —aseguró al cerrar su puño y asentir ligeramente.

«¿Se está hablando a sí misma?», pensó Vlas.

—¿Crees que todavía tiene fe de que volverás?

—No lo sé, fue una promesa que le hice cuando era muy pequeña, creo que probablemente ni recuerde mi rostro —respondió ella, con un dejo de tristeza en su voz.

—Yo creo lo contrario —dijo Vlas, con seguridad—. Yo tenía seis años cuando me separé de Rhys, y lo esperé por mucho más tiempo del que ella a ti, jamás me olvide de él y jamás olvide su promesa, sé que ella todavía la recuerda, un vínculo así de fuerte no se rompe con facilidad.

—Espero así sea... Quién sabe cómo estará, su sonrisa era muy hermosa, yo tan solo quiero verla una vez más —dijo ella, alzando su mirada hacia el cielo, que comenzaba a tornarse rojizo gracias al atardecer—. Bueno Vlas, mucha charla por hoy, creo que hemos tenido lo suficiente, se hará tarde y tengo que ir a cocinar —añadió, poniéndose de pie.

—¿Ya te vas? —preguntó Vlas, siguiéndola con la mirada. 

—Sí, ¿No te dije que tengo que cocinar? Limpiar la casa y esas cosas, mañana debo ir a trabajar temprano y tal vez no vuelva en toda la tarde —ella contó.

—Oh, claro... Creí que eras la típica persona que sólo pide comida por teléfono.

—No, estás loco, no podría vivir solamente consumiendo esa basura... Además de que tengo un gusto especial por la cocina, lo hago desde pequeña y creo que soy muy buena. —Se jactó de su habilidad con orgullo.

—Vaya, al decirlo con tanta confianza ya me dieron ganas de probar alguno de tus platillos —bromeó Vlas.

—Cuando quieras, sólo dime y te invito a casa... Puedes llevar a Leah también —declaró ella, con una sugerente sonrisa.

—¿Ya lo sabes? —preguntó Vlas. Claro que lo sabía, Leah y ella eran amigas, seguramente se lo había contado. 

—Sí, me lo dijo Rhys hoy, luego hablé con ella y me lo confirmó... Se veía muy feliz, creo que nunca la había visto sonreír tanto y estar tan emocionada por algo.

—¿En serio? —A Vlas lo sorprendió tal afirmación. Él sabía que Leah se encontraba feliz con lo que ellos estaban comenzando, pero no se esperaba que fuera hasta ese punto.

—Sí... Y déjame decirte algo... Ella es mi mejor amiga, Vlas, ni se te ocurra hacerle daño, porque esa herida que tienes en tu ojo no es nada comparado con lo que puedo llegar a hacerte —dijo, con seriedad.

Vlas levemente se estremeció, sí que daba miedo cuando su filosa mirada se tornaba más filosa, como si cortara el ambiente.

—Espero eso haya sido una broma, porque estoy paralizado del miedo —dijo, riendo con nerviosismo. Intentando sosegar la extraña sensación de tensión que se había formado alrededor de ellos.

—Claro que lo fue, pequeño. —Ella soltó una dulce risa, eliminando la tensión en un instante—. Apenas te conozco, nos vimos dos o tres veces como mucho, pero sé que serías incapaz de lastimarla, eres incapaz de lastimar a nadie, Vlas... Cuídala y cuídate, ¿Sí? Disfruten de su relación, ambos se merecen tener esa alegría.

—Gracias, Mya... Fue gracias a ti también que esto sucedió, eso que me dijiste el día del cumpleaños de Kit me ayudó demasiado... Todavía lo tomo en cuenta, y por eso te tomé aprecio —dijo Vlas, con una sonrisa plasmada en su rostro.

—Gracias, solecito... Eres un chico muy dulce, sabes... Me encantaría tener un hermano como tú, me haces recordar demasiado a Eva... Rhys es muy afortunado de tener un ser de luz como hermano... Se lo he dicho mil veces.

 —Tú también tienes una parte dulce, Mya. —Se tuvo que armar de valor para poder decirle algo así, todavía no se olvidaba lo que sintió las primeras veces que la vio—. ¿No te enojarás si te doy un halago, cierto? —preguntó. Tenía que asegurarse de que ella no se lo tomara a mal. 

 —Para nada... ¿Qué piensas de mí? —ella preguntó, muy interesada.

 —Me pareces una chica hermosa, en todo sentido, eres linda físicamente y tienes una personalidad cautivadora... Sin contar tu fuerza, me encantan las chicas que pueden ser capaces de defenderse a sí mismas, son mi debilidad... Aunque seguramente acaben conmigo algún día —declaró él, entre risas.

 —Ay... No sólo eres dulce, también eres un caballero con todas las letras... ¿Sabes? Cuando te vi por primera vez en Remia me gustaste mucho... Yo también tengo una debilidad por los chicos como tú, en realidad tengo debilidad por muchos tipos de chicos, pero eso es otra cosa... Tal vez si hubieses tenido algunos años más podría haber salido contigo, ¿Qué crees?

 «No te pongas nervioso, imbécil», pensó Vlas. Todo lo que ella le estaba diciendo lo iba a avergonzar de tantas maneras, hizo hasta lo imposible para aguantar tal pudor, y que su rostro no se sonrojara.

 —Que no hubiera estado nada mal... Pero que ahora estoy enamorado de Leah, y que por mucho que intente pensar en salir con otras personas, no soy capaz de hacerlo —dijo, al fin... Pensar en Leah hizo que todo lo que Mya le dijo anteriormente pasara desapercibido por su mente, y sí, ¿Por qué avergonzarse por algo que le dijera otra chica cuando la tenía a ella? Era más que suficiente, ella sobrepasaba todo tipo de sentimientos y sensaciones.

 —Lo sé... Y estoy feliz de que así sea, porque Leah es una chica que ha tenido que superar demasiadas adversidades, y al encontrar alguien como tú, puede al fin no sentirse triste por todo lo que sucedió en su vida... Por eso te lo repito una vez más, cuídala, cuídala como si fuera lo único que tengas en tu vida... Porque ella se lo merece.

 —Sí, ella se lo merece —concordó Vlas—. La haré feliz... Aunque sea lo último y lo único que haga, ella no volverá a sufrir —dijo, con una gran seguridad.

 —Eso es lo que quería escuchar... Ya puedo retirarme con tranquilidad —respondió Mya.

Ella se dio la vuelta y comenzó a alejarse del lugar. Su figura se fue desvaneciendo lentamente por el horizonte.

—Nos vemos luego, Mya... Cuídate —Vlas se despidió.

—Lo haré, Vlas... Hasta mañana.

No dejó lugar a una respuesta, dejó de verse en unos segundos, y Vlas quedó con su mano en alto... Sin borrar esa sonrisa de su rostro.

 «Qué lindo atardecer», pensó cuando se encontró con el bello color del cielo al alzar su mirada.

 —Es momento de volver a casa —dijo, emprendiendo camino hacia el otro lado.

Ni siquiera sabía dónde estaba, tardaría demasiado en llegar.


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