Li Huan estaba callado y dejaba hablar a su madre. La verdad es que no había nada más que nadie pudiera hacer al respecto. Ya estaba deprimido solo de pensarlo.
—Li Huan, ¿puedes oírme? —preguntó la señora Li después de no recibir ninguna respuesta de su parte.
—Mamá, no hay nada que podamos hacer al respecto. La familia Fu no es una familia con la cual se pueda jugar. Están muy por encima de nuestro alcance —dijo Li Huan con cansancio.
—¿Eso significa que tenemos que dejar que Jia Li sufra en esa familia? No puedo creer esto. Estoy segura de que no la están tratando bien a Jia Li. Para que una familia tan rica fuerce a esa pobre niña a casarse con uno de sus hijos, entonces debe haber algo sospechoso. Es probable que uno de sus hijos tenga una enfermedad incurable o esté discapacitado, por lo que forzaron a Jia Li a casarse con él —dijo la señora Li.
Cuanto más se preocupaba, más su imaginación se desbocaba.