Cristóbal escuchó en silencio a Abigail. Estaba disgustado con ella porque le estaba pidiendo algo que él no sería capaz de cumplir. También se sintió apenado al saber que Abigail había reprimido sus deseos debido a su enfermedad.
Las vacaciones eran algo que todos los niños deseaban. Pero ella era desafortunada porque no había experimentado la emoción. Su deseo de ir de vacaciones con su madre se mantuvo enterrado dentro de ella.
—Qué situación tan deprimente debía ser para un niño —Cristóbal ni siquiera podía imaginar su angustia.
Abigail había vivido su infancia con la constante conciencia de que podría morir en cualquier momento. ¿Cómo había lidiado con su dolor y miedo?
Cristóbal quería borrar todo el dolor y el miedo en su mente. Llenaría su vida de felicidad. Pero eso no significaba que la dejaría ir con Jasper. Al mismo tiempo, no la defraudaría.
—No, no te permito que vayas con Jasper —dijo él.