La atmósfera en la habitación se tensó con la tensión cuando Britney reveló su secreto. —Sí, Papá, recordé todo el día que tuve el ataque de pánico. No le dije a nadie porque quería ver quién realmente se preocupaba por mí. Lamentablemente, descubrí que a nadie le importaba. Todo tu amor y atención son para Abigail. Acusaciones cayeron de sus labios.
—Estás equivocada —interrumpió Sebastián—. Te queremos tanto como a Barbe.
Su intento de tranquilizar a Britney se encontró con la incredulidad burlona de ella. —¿De verdad? ¿Por qué no lo siento? —Britney replicó con amargura—. Te dije que Jasper me estaba engañando. No hiciste nada para castigarlo a él o a Ella. Ni siquiera contactaste a esa diseñadora para elegir mi trabajo. Pero una llamada de Abigail te hizo muy feliz. La felicitabas por el nacimiento de su bebé. No pensaste en mí. Te has olvidado de que ella fue quien me robó el amor.