Durante la noche, diversos cambios ocurrieron en el bosque, el más importante fue el robo de los huevos del cuervo gigante que vivía por esa región.
Extendiendo sus alas, el cuervo se elevó al cielo buscando el rastro que dejó el ladrón en su nido.
Al extremo norte del bosque, una serpiente moteada con un cuerpo tan grueso como el torso de un caballo, escapaba dejando atrás una huella de árboles destrozados.
En su vientre, varias protuberancias estaban siendo digeridas por sus ácidos estomacales, tratando de asimilar la esencia de los huevos para mejorar su fuerza. Aunque la serpiente era consciente del peligro de robar los huevos del cuervo, ella creía que si podía mejorar su fuerza, el cuervo no representaría ningún problema.
Los dos lobos que acechaban el refugio de Sven, al sentir la distorsión en el ambiente por los gritos enfurecidos del cuervo, estaban dudando si seguir su cacería o retirarse para evitar verse envueltos en la pelea que pronto iniciaría.
En el interior del refugio, Sven no era consciente de los cambios en el exterior. Aunque la primera vez Sven se desperto al escuchar los gritos del cuervo, esta vez su propio cuerpo estaba sufriendo cambios que bloqueaban toda conexión con el exterior.
En su interior, la energía contenida en la carne del jabalí estaba liberando ligeros rayos de energía que recorrían cada uno de sus músculos. Ante este estímulo, cientos de fibras musculares eran fortalecidas a cada segundo, no aumentando en tamaño, más si aumentando la capacidad para liberar energía.
Entre los cambios más extremos, debajo de su cien, pequeñas venas sobresalían liberando una corriente de vapor oscura con impurezas que mancharon el suelo.
Después de varias horas de cambios, los lobos habían decidido retirarse a su madriguera, como ellos, la mayoría de los animales decidieron esconderse del cuervo.
Aquellos que no se retiraron, fueron despedazados por las garras endurecidas del cuervo dejando solo una mancha de sangre en el suelo.
En el norte del bosque, la serpiente había logrado digerir el interior de los huevos, en este momento estaba tratando de asimilar la mayor cantidad de energía en su cuerpo antes que llegara el ave enfurecida a por sus huevos.
Aunque el cuervo era capaz de destruir a una bestia en cosa de segundos, la cantidad que aún rondaba el bosque era demasiada como para eliminarlos a todos, eso sumado al grado de locura que expresaba con sus gritos.
Después de dos horas, la serpiente moteada pudo absorber toda la esencia y comenzó a mejorar su cuerpo. Rayos energía de un color cobrizo cubrió cada célula de su cuerpo creando una vista exótica.
En la distancia, el cuervo pudo ver los cambios en el bosque, entre ellos varios rayos de energía que cortaban los árboles a su alrededor.
Ampliando su pico, el cuervo lanzó un graznido que hizo helar la sangre de todos alrededor, para luego arremeter en dirección de la serpiente.
Al llegar , el cuervo pudo ver al ladrón escurridizo en medio de una evolución. Aunque la transformación de la serpiente no estaba completa, dos cuernos de más de 1 metro de largo se extendían sobre la cabeza del animal.
Sin esperar que terminara su evolución, el cuervo como una sombra en el cielo, agitó sus alas creando dos ráfagas de viento que derribaron a todos los árboles a su alrededor.
La serpiente, al sentir el peligro atrapó con su cola varios árboles y los arrojó contra el ave, para luego escapar y esconderse entre las sombras, pero el cuervo evitó su ataque y se abalanzó sobre la serpiente, donde sus garras se extendieron atrapando la cola del reptil arrojando al suelo creando un cráter de más de 20 metros.
Lo que más necesitaba la serpiente era tiempo, pensando en eso el reptil concentro su energía entre sus cuernos creando una capa de color platino sobre su cuerpo.
Al sentir que la serpiente estaba cambiando, el cuervo siguió atacando el cuerpo del reptil creando heridas mortales sobre su piel, pero con el pasar del tiempo una luz cubría la herida regenerando la piel perdida.
Aunque la regeneración de la serpiente era alta, no era capaz de mantenerse al ritmo de los ataques del cuervo, pero ella estaba confiada debido a que sus colmillos habían penetrado sobre la piel del ave, permitiendo que su veneno se extendiera por todo su cuerpo.
Las bestias más curiosas se acercaron al lugar donde estaba la batalla, las explosiones que resonaban cada vez que chocaban ambas bestias llegaban a todos los rincones al norte del bosque.
En la mañana, dos bestias cubiertas de sangre estaban en el centro de un pozo de cientos de metros.
Ambas figuras se encontraban con menos de la mitad de su carne sobre sus huesos, pero la que se veía mejor de las dos era la serpiente.
Junto a dos cuernos, un par de alas de cinco metros de largo se extendían sobre el cuerpo de la serpiente, que ahora tenía cuatro piernas musculosas terminando en filosas garras. Con ello sus escamas habían aumentado de tamaño, tomando un tono azul oscuro dándole la apariencia de un dragón de las leyendas antiguas.
En el cuerpo del cuervo, se podía ver que el veneno ya se había extendido dejando manchas oscuras por toda su piel, paralizando sus movimientos.
Al ver que el cuervo ya no podía moverse, la serpiente moteada, ahora llamado dragón joven, abrió sus fauces y liberó una voz distorsionada.
—Viejo amigo, gracias por dejar tu esencia en tus crías. Ahora, después de cientos de años pude despertar el linaje de mis antepasados—
El cuervo sólo podía expresar su odio a través de sus ojos, pero solo podía ver una sonrisa burlona en el rostro del dragón joven.
—No te preocupes amigo, no extenderé tu sufrimiento. Solo recuerda, tú serás el nutriente que alimentará a mis nuevas generaciones—
Extendiendo sus alas, el dragón elevó su cuerpo de más de veinte metros de largo por primera vez.
—Adiós, viejo amigo—
Cerrando sus fauces, el dragon separó la cabeza del cuervo tragandosela de un bocado. Sintiendo que debería guardar lo demás para sus crias, fríamente atravesó el cuerpo del cuervo con sus garras y se lo llevó por el aire buscando un lugar donde establecer su nueva guarida.
Después de que el dragón dejara el lugar, cientos de criaturas más pequeñas empezaron a buscar por todo el lugar los pedazos de carne que habían perdido las bestias en la pelea.
Algunas de ellas tuvieron suerte de conseguir más de un pedazo, pero aquellos que no obtuvieron nada miraron a aquellos que se iban del lugar.
Con una mirada viciosa, cientos de ellos formaron grupos y empezaron a atacar a los más débiles quitándoles la vida y los trozos de carne que consiguieron. Esto se repitió dejando el suelo lleno de cadáveres con solo una decena de los más fuertes de pie, estos últimos tomaron todo lo que pudieron y se retiraron del lugar.
Las bestias que mas suerte tuvieron, fueron el par de lobos que querían cazar a Sven, ambos habían conseguido mas de cien kilos en carne llevándolos a su guarida.
Inconsciente de la batalla que había sucedido en la noche, Sven se levantó sintiendo un olor fétido en la sala.
Buscando la fuente del olor, encontro que su cuerpo estaba cubierto de impurezas que se expandian por toda su cama.
—Debo conseguir agua pronto, si no moriré por las infecciones que pueda crear esto—
Arrojando todas las cosas contaminadas fuera de su refugio, Sven trituro algunas hojas que tenian un buen aroma y limpio la mayor parte de su cuerpo.
—Ya no entiendo nada, como sucedió esto en la noche—
Tomándose la garganta, sintió que estaba bastante reseca. Mirando los frutos que tenía, busco un tiesto pequeño, donde exprimio los frutos más jugosos que luego bebió para humedecer su garganta.
El no había notado la facilidad con la que exprimió la mayoría de las cosas y asumió que era normal.
En la noche, su cuerpo además de mejorar su musculatura, aumentó su estatura de un metro setenta centímetros, a un metro ochenta y cinco centímetros.
Luego de ordenar su refugio, él desayuno parte del jabalí que quedó la noche anterior.
Ordenando sus ideas, Sven decidió desbloquear la otra entrada de su refugio, necesitaba líquidos para mantener su salud, y si fuera posible, algún arma para defenderse.
La puerta bloqueada tenía un marco de acero sólido, pero varios de sus seguros se encontraban rotos y tenía algunas grietas largas en su superficie.
Sosteniendo dos tuberías metálicas, Sven se acercó a la puerta e insertó los tubos en una de las aberturas para hacer palanca.
Con la fuerza que ganó, después de unos minutos la puerta empezó a sonar como si algo al otro lado se hubiera roto.
Cambiando de lugar, el aplico fuerza por otro lado generando que las grietas de la puerta aumentarán. El no pudo notar que el lugar donde sujetaba los tubos tenían la marca de sus dedos incrustadas en ellos.
Trabajando todo el día, luego de despejar algunas de las plantas que habían penetrado en la sala contigua pudo ver el interior del lugar.