Hao Ren se dio vuelta, y el pequeño rostro enfadado de Zhao Yanzi entró en su campo de visión nuevamente.
—Solo estoy haciendo un recorrido. ¿Por qué estás tan molesta? — preguntó con ligereza.
Zhao Yanzi no le respondió; tal vez no sabía qué decir.
—Me iré si no soy bienvenido aquí, —continuó Hao Ren.
—¡No! —Zhao Yanzi entornó un poquito los ojos y dijo, —Puedes quedarte aquí.
Viendo su expresión, Hao Ren supo que ella le estaba pidiendo que se quedara para evitar otro regaño por parte de sus padres.
—¿Qué puedo hacer entonces? —preguntóél.
—Lo que quieras. —Zhao Yanzi se sentó frente a la computadora y reactivó la pantalla con el mouse.