Por alguna razón desconocida, a juzgar por la oración que acababa de decir, ella sintió que él parecía estar declarando su soberanía.
Nian Xiaomu estaba esperanzada de recibir los elogios de parte de él y, nunca había esperado que soltara esa frase. Ella retiró la mano que él le sostenía de su palma.
¡Acto seguido, ella deslizó esa mano hasta su muslo y la pellizcó con fuerza!
—Ah... —Yu Yuehan contuvo el aliento de nuevo. Él sentía tanto dolor que casi había aplastado la copa de vino en su propia mano.
Miró de reojo a la persona a su lado. Con las mejillas hinchadas, ella le mostró sus colmillos y blandió sus garras como una langosta. Usando el poder de su mirada, ¡ella le advirtió que hablara de ella correctamente!
De lo contrario, ¡tendría que estar preparado para dormir en el sofá esta noche!