—¿Neveah?... ¿Veah? —Una voz llamó desde la puerta de Neveah.
Neveah frunció el ceño preguntándose quién sería tan tarde en la noche mientras se levantaba de la cama y se dirigía a su puerta.
Neveah abrió la puerta y se sorprendió al ver a Luna Colleen de pie allí con una sonrisa radiante en los labios y a Alfa Dane detrás de ella.
—Tía Colleen, tío Dane... hola... —saludó Neveah, recordando que no había tenido tiempo de visitar a la Luna de la Manada Caza de Eclipse.
Esa era probablemente la razón por la cual Alfa Dane tenía un humor tan sombrío y Neveah frunció el ceño por la culpa.
—Veah querida, esperé y esperé pero no apareciste... ¿pasó algo? —preguntó Luna Colleen mientras Neveah se hacía a un lado para dejar entrar a la pareja.
—No... no, estoy bien. Mi padre necesitaba mi atención y estuve a su lado todo el tiempo. —respondió Neveah con un tono apologetico, mintiendo descaradamente.