—Su cabello es el más brillante que jamás he visto... y ella es tan hermosa, mamá... —una voz llena de asombro penetró a través de la oscuridad que nublaba la mente de Neveah.
Tal como así, lentamente la oscuridad se disipó, al igual que la sensación de entumecimiento y Neveah sintió un terrible dolor en su cráneo.
Aunque los párpados de Neveah se sentían pesados y no podía forzarlos a abrirse por más que lo intentara,
el dolor y las molestias que Neveah sentía por todo su cuerpo eran suficientes para decirle que esto no era la vida después de la muerte, también estaban los sonidos a su alrededor, perforando sus sensibles oídos y agravando los dolores en su cabeza.
«¿Sobreviví?» Neveah pensó para sí misma, sorprendida.
—¡Silencio Ro... ella está despertando! —otra voz reprendió en un susurro bajo.
Neveah se estremeció, ese susurro sonaba demasiado fuerte en los oídos de Neveah y ella gimió en voz baja.