La luna se elevó alta en el cielo, sus rayos iluminando el camino para el pequeño grupo de viaje que hacía el viaje de regreso a la Manada Caza de Eclipse.
Había pasado ya un día completo desde que la Manada Caza de Eclipse partió del Palacio Eclipse al amanecer y, tras horas de viaje por los caminos, finalmente habían pasado el asentamiento humano.
Aún habían viajado un poco más, por un sendero que atravesaba el bosque, pero ahora la oscuridad de la noche cubría el cielo y, aunque los cambiaformas lobos aún podían ver bien en la oscuridad, los caballos no estaban igual de dotados.
El carruaje en el que se encontraba Neveah se detuvo y Neveah asomó la cabeza para mirar a través de la ventana.
—Alfa Dane, que lideraba la comitiva en la vanguardia, se detuvo, girando su gran cabeza de lobo hacia el lado, asintió hacia la cobertura de los árboles.