El sabor de Neveah era lo que Menarx solo podía describir con una palabra... Embriagador.
En el momento en que los labios de Neveah encontraron los suyos, Menarx podría jurar que su mundo se detuvo bruscamente.
Era la primera vez que Neveah iniciaba un contacto íntimo y el latido del corazón de Menarx había tomado un ritmo extraño.
Los labios de Neveah eran suaves y su tacto tierno pero audaz e intencionado, Neveah era una mujer que sabía justo lo que quería y Menarx la amaba por ello.
Su beso empezó lento y provocativo al principio, su mano derecha descansaba contra la mejilla de Menarx, transmitiéndole un gesto de adoración que no podía expresar con palabras.
Y entonces, el beso de Neveah se volvió intenso y apasionado, probando cada última gota del autocontrol que Menarx creía tener.
Dejando a Menarx en desesperada necesidad de más, Neveah ya estaba tan cerca de él y él aún se encontraba queriendo... no, necesitando que ella estuviera más cerca.