El Rey Jian frunció el ceño ligeramente, pero no negó estar en posesión de dicha carta, y su silencio hizo más daño que cualquier palabra que pudiera haber dicho.
—Si esto es verdad, las acciones de la Dama Neveah son sacrílegas. ¿Profanar el vínculo del alma? ¿Abandonar a tu propio compañero vinculado? —un señor de los dragones preguntó indignado.
—Eres muy rápido en sacar conclusiones y señalar a otros. Si recuerdo bien, tu jinete elegido tampoco es tu verdadero compañero vinculado. ¿Desde cuándo es asunto de alguien hablar sobre los vínculos de otros? —Kaideon refutó la acusación del señor de los dragones que había hablado.
—Con todos los debidos respetos, Señor de las Dunas, esto es un deshonor directo a Lord Menarx y es en eso en lo que radican las preocupaciones. Teniendo en cuenta los lazos de la Dama Neveah con las dunas blancas, no puede ser permitido. —otro señor de los dragones estuvo de acuerdo.