Las comunicaciones por radio tenían algo de estática debido al terreno de batalla, pero eran lo suficientemente claras como para entender las indicaciones.
-Halcón-1 a Jaguar Negro, confirmando el avistamiento del objetivo dentro del rango establecido, tengan cuidado, tienen de esos nuevos prototipos de armas y 2 tanques.
-Aquí Jaguar Negro, enterado.
-Se te transfiere el comando completo durante la operación de manera inmediata, lleven con orgullo a todos nuestros compañeros.
-entendido.
-Y regresen todos...por favor...
-Ustedes también...
Se cortaron las comunicaciones de radio.
- ¿Qué te dijeron al final Jaguar Negro?
-Que regresemos todos...
-Mph...la comandante nunca cambia, incluso en misiones como esta, siempre piensa en sus subordinados, tienes suerte capitán.
-sesenta segundos antes de partir, no tendremos apoyo a larga distancia esta vez, prepárense.
-eso no es algo nuevo, hay que hacerlo muchachos.
-Líder Alfa a escuadrón, rodéenlos no podemos dejar que ninguno escape, los acabaremos aquí.
-abran fuego.
-omega 2 a omega líder, enemigos saliendo del almacén a las 12.
-líder delta a Escuadrón delta, cúbranme necesito recargar.
-Charlie 1 a todas las unidades, están sacando un tanque...mierda...
-no cesen el fuego, sigan presionando, que los que tengan un área de tiro hacia los camiones disparen.
-bravo 3 a unidades, tomaré el mando del escuadrón, prepárense para los explosivos.
-carajo, me dieron.
-no dejen que entren al bosque, perderemos nuestro camuflaje.
-líder alfa a unidades, mantengan esta línea, iré a apoyar al escuadrón bravo.
-suerte, señor...
-gracias...Jaguar Negro...Alan...ya sabes que hacer ¿no?
-sí...
El olor de la pólvora se expandía tras cada ronda de tiros que salían del cañón de sus armas. Las chispas de las balas parecían pequeñas estrellas dentro del oscuro bosque que se desvanecían y acababan con un enemigo dentro del área objetivo. Varias cajas de madera llenas de explosivos salieron volando de entre un gran árbol hacía la planta de energía eólica y no tardaron en explotar dejando a oscuras la fábrica.
-inicien fase 2.
Como bestias salvajes cazando de noche las unidades de los escuadrones restantes entraron en territorio enemigo aprovechando la oscuridad como tenían planeado.
Minutos después el lugar se llenó de pequeñas chispas y flores de fuego que devoraban ferozmente los edificios.
La voz de la comandante se conectó con algo de estática por el radio y la brisa de la oscura noche.
-A todas las unidades, Halcón 1 a todas las unidades, respondan.
Tras tirar al suelo una caja fuerte de gran tamaño el único sobreviviente tomo el radio de su cinturón y oprimió el botón.
-Jaguar Negro a Halcón 1, operación completada.
-Buen trabajo Jaguar Negro.
-Solicitó permiso para realizar la limpieza respectiva.
-Permiso concedido...Alan... ¿Cuántos van a regresar...?
-.... te veré al regresar.
<fin de la transmisión>
Una pregunta que se repetía cada que salían a una misión, una pregunta que ya tenía respuesta desde antes de pronunciarse, antes de que su comandante pudiera responder a su declaración corto la comunicación y se recogió lo que se pudo rescatar del ataque, documentos, algunos discos duros, memorias, entre otras cosas, todo eso estaba en la caja que se llevó.
La escena estaba iluminada por las llamas rojas que se asemejaba a flores rojas con restos de metal, concreto, madera y sangre. Los que eran enemigos, los que eran amigos, los que eran objetivos, los restos de nada.
Ni una sola vida humana, amiga o enemiga permanecía en este pequeño campo de batalla, solo él, mirando hacia el cielo y el espacio casi infinito, imaginando como los fantasmas de sus compañeros llegaban a lo que ellos creían un mejor lugar. El ruido del fuego consumiendo los edificios y los árboles de los alrededores era lo único que se escuchaba en ese lugar, bajo la luz de la luna, algunas estrellas y unas cuantas torres de iluminación que parpadeaban antes de dar su último fulgor.
En este mundo decadente bañado en rojo carmesí o tal vez cubierto de sombras, él era el único que quedaba de pie, su cara cubierta por una máscara de color negro adornada con múltiples cicatrices al igual que sus ropas y su cuerpo. Su largo cabello castaño cubría parte de la máscara, equipado con armas consideradas obsoletas teniendo en cuenta los grandes avances tecnológicos en los últimos 20 años. Le daba la apariencia de una especie de mercenario que no tiene piedad de nadie.
Colocó su mano izquierda en la tierra y como un truco de magia un jaguar bajo por su brazo como si estuviera caminando por la rama de un árbol, su pelaje oscuro lo hacía destacar entre los de su especie, además de los adornos que portaba en todo su cuerpo.
-Devóralo todo, Ajaw Balam.
La bestia tomo aire incrementando el tamaño de su cuerpo y soltó un rugido contra el frío de la noche y el fuego del incendio, la tierra comenzó a temblar y a quebrarse, como si una boca llena de colmillos estuviera a punto de devorar todo el campo de batalla.
En estas tierras de la zona central del continente se les considera a estos animales como los seres más fuertes y peligrosos de todo el bosque, le rendían respetos y solo se le cazaba cuando era necesario para un ritual especial.
Tras la limpieza respectiva, la bestia desapareció tal y como hizo acto de presencia, al retirarse del lugar se encontró una pequeña flor de 3 pétalos tan blanca y pura como la nieve o al menos así debería ser, pues este ejemplar fue manchado con la sangre derramada en la batalla, como si fuera una lágrima recorriendo uno de sus pétalos.
Lo blanco de esa flor que floreció y fue manchada reflejaba a la perfección este país, era tan hermoso y a la vez tan doloroso.