Selena lo miró con gratitud en sus ojos.
—No sabes cuánto significa esto para mí, no quiero compartirte con nadie —lo abrazó, enterrando su cabeza en su pecho.
Él rodeó sus brazos alrededor de ella. —Creo que tienes razón, no debo pensar demasiado en ella. Ella eligió huir, es su decisión —suspiró.
—Exactamente, eso es lo que quiero decir.
Él suspiró profundamente. —Lo siento tanto Selena, te prometo que de ahora en adelante, serás tú y solo tú —sonrió, acariciando suavemente su cabello.
Ella se sentía tan feliz por dentro, levantó la vista hacia él. —¿Cuándo comenzamos con nuestra ceremonia de apareamiento? Para ser honesta, realmente me estoy impacientando.
—Lo haremos en dos días, necesitamos mucho tiempo para prepararnos, ¿verdad?
Ella asintió. —Sí, tienes razón.
—Debes estar cansada, ve a descansar —le dio una palmada en el hombro.
Ella negó con la cabeza. —Quiero quedarme contigo —hizo un puchero.