—¿Sabes el resultado de las elecciones de hoy? —preguntó Ji Chuan, preocupado.
Hai Xiaotang simplemente lo miró con expresión vacía, pero no respondió.
Dongfang Hen se inclinó cerca de su oído y dijo suavemente:
—Hai Xiaotang, ahora me doy cuenta de que te quiero más de lo que quiero esta empresa.
¡Hai Xiaotang retrocedió abruptamente, dándole una mirada aún más cautelosa!
Dongfang Hen estalló en carcajadas y se alejó pavoneándose con sus asociados.
Hai Xiaotang tenía un aspecto desmejorado.
—Señora, ¿está bien? —preguntó Ji Chuan, preocupado.
—Estoy bien... —Hai Xiaotang sacudió la cabeza y continuó caminando.
Ji Chuan la llevó al último piso; Hai Xiaotang no sabía por qué la había traído aquí, pero tenía una idea aproximada.
Tal vez Dongfang Hen había perdido, así que sus padres la convocaron para celebrarlo.
Estos pensamientos consumieron a Hai Xiaotang hasta que llegaron a la puerta de la oficina del CEO. Ji Chuan la abrió para ella.
—Señora, por favor, entre —dijo.