Eran las diez de la mañana, luego dieron las once. Después, dieron las doce.
La mañana se hizo mediodía, y aún no había señal de Xia Zhongtian. Mientras tanto, su secretaria apareció ante Ye Xiu y Chen Guo por cuarta ocasión, diciéndoles de manera incómoda:
—Ya es medio día. El Señor Xia dijo que vuelvan en la tarde.
—¿Oh? ¿En la tarde? ¿A qué hora en la tarde? —preguntó Chen Guo.
—Tenemos una junta en la tarde —contestó la secretaria elegantemente. No dijo a qué hora los recibiría Xia Zhongtian. Solo dijo que habría una junta en la tarde.