En el noveno piso del Templo Radiante.
Linley parecía haber sido descartado y olvidado. Las únicas personas que iban eran los fríos Ejecutores de túnica púrpura del Tribunal Eclesiástico que iban cada día a llevar sus comidas. Sus brazos y piernas estaban rotos, la única opción de Linley era retorcerse y luego bajar su cabeza para comer.
Dentro de la celda oscura y sombría, un día tras otro pasó.
¿Vida? ¿O muerte?
Linley no sabía cuál sería, pero él no se rendiría fácilmente mientras tuviese alguna esperanza de quedar vivo.
Esos pasados pocos días, Linley habían pasado su tiempo revisando por qué su intento en ganar venganza esta vez había fallado. Casi todo había estado dentro de sus cálculos, e incluso incluyó la existencia de la bestia mágica de Clayde en sus planes. ¡Pero Linley no había esperado que Clayde tuviese un encantamiento de barrera mágica de nivel Santo!