Chris se miró en el espejo, su ceño profundamente fruncido ante su apariencia.
«Me veo tan ridículo.»
El uniforme de primaria, una camisa blanca con unos pantalones cortos del mismo color que su saco y corbata azul marino lo hacían sentir más que estúpido, lo hacían sentir avergonzado. Era la primera vez usaba un uniforme.
En su otra vida, ni siquiera había ido a la escuela.
Había pasado gran parte de su infancia en las calles, moviéndose de un lugar a otro, consiguiendo comida por su cuenta, haciendo todo lo posible para evitar regresar junto al otro Evan al final del día. Y aún así había regresado cada vez, nunca con las manos vacías a pesar de que el omega no lo había merecido.
Un poco nervioso se encontró ajustando su corbata con líneas amarillas, no debería sentirse nervioso, ir a la escuela primaria era un mal necesario, había sido absurdo pensar Evan iba a permitirle saltársela, ya era ganancia pudiera saltarse hasta el segundo año, aunque desde su perspectiva no había mucha diferencia. Al menos podría graduarse mas rápido.
Se abrochaba el reloj cuando escuchó pasos detrás de él y solo suspiró resignado al saber lo que vendría, no mucho después escuchó un pequeño arrullo de emoción y fingió no sentía sus mejillas enrojecer.
–Oh, te ves tan lindo –dijo Evan detrás de él, encontrando su mirada en el espejo del armario.
Giró irritado cuando lo vio sacar su celular.
–No le envíes ninguna foto a ese hombre –masculló, cruzándose de brazos.
–Chris –susurró con un poco de reprobación, sin dejar de tomarle fotos–, creí habíamos llegado a un acuerdo, Adam es tu padre, si no quieres usar ese título bien, pero al menos usa su nombre.
Evitó poner los ojos en blanco sabiendo solo sería reprendido otra vez si Evan lo veía haciéndolo.
–Y le prometí lo haría. A él y tu tío Andrew.
Chris tomó su mochila de la cama y salió de la habitación cuando Evan se hizo a un lado en la puerta. Saber que Adam recibiría las fotos lo molestaba, ese hombre parecía estar cada vez más involucrado en su vida, lo peor era que no podía hacer nada para evitarlo, dado que lógicamente sabía era lo mejor para Evan y él, importaba poco lo que sintiera mientras pudieran estar seguros. Y Adam Grayson podía brindarles eso.
Todavía era difícil aceptar ese alfa lo hubiera buscado activamente para estar en su vida, que estuviera involucrado en su vida cuando en otra ni siquiera había sabido de su existencia.
Todavía estaba lidiando con tenerlo en su vida. Y no creía llegará el momento se acostumbrara por completo a ello.
–¿Nervioso por tu primer día de clases?
Vio a Evan tomar la lonchera sobre la mesa así como las llaves del departamento junto a su celular y cartera.
–No…
Evan rió divertido.
–Mentiroso. No habrías alistado tu mochila desde ayer si ese hubiera sido el caso.
Chris fingió no escucharlo y lo siguió afuera.
En lugar de avanzar el omega se detuvo en el pasillo, parecía una ocurrencia de último momento, probablemente iban a esperar a Marco y las niñas para irse juntos.
Un momento después vio a Evan arrodillarse frente a él, sus ojos verdes brillantes y llenos de cariño en su suave expresión, Chris retrocedió un paso. Pero le fue imposible alejarse mas que eso, anhelaba estar cerca de Evan.
–Chris, todo estará bien –dijo con una sonrisa, pasando los nudillos de su mano sobre una de las mejillas de Chris–, será un gran día.
Chris se apoyó en su toque unos segundos antes de alejarse.
Como había sucedido cada vez en los últimos meses la alegría en los ojos de Evan se atenuó ante su distanciamiento y solo asintió.
–Nos están esperando para irnos, vamos.
Chris lo siguió, apretando sus labios para evitar de su boca saliera una disculpa, o peor aún la verdad que ocultaba y se había hecho cada vez mas difícil guardar estos últimos meses.
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Evan pateó la bolsa sintiendo el golpe reverberar en el material, suspiró y decidió detenerse al sentir dolor en su pierna, se había extralimitado.
Cojeó levemente hacía una banca fuera de la colchoneta y contra la pared donde estaba su bolsa para tomarse un descanso.
Vio a Hwan acercarse luego darle una ultima indicación a una chica.
–¿Cómo esta? –preguntó Hwan, arrodillándose frente a él para revisar su pierna de forma impersonal.
–Bien, no es nada grave.
Hwan asintió antes de levantarse.
–Ten mas cuidado.
–Lo sé –murmuró, mirando a su entrenador, ahora casi un amigo.
Hwan se sentó junto a él. Pasándole una botella de agua y una toalla de su bolso en medio de ellos.
–¿Algo te molesta? ¿O el saco hizo algo que te ofendió personalmente? –bromeó.
Evan suspiró y se llevó la botella a la boca para tomar un trago.
Su vida iba bien, exceptuando el pequeño distanciamiento de Chris que parecía aumentar día tras día y que le dolía aunque comprendía de donde venía; no había tenido noticias de Nate, ni de nadie más del pasado del otro Evan pudiera causarle problemas a él o Chris, las cosas estaban tranquilas respecto a Adam, las salidas y visitas eran algo mas frecuente, prácticamente normal ahora, aunque la relación padre hijo no terminaba de cimentarse por completo dada la personalidad de ambos; tampoco había tenido accidentes por ser un omega y había entendido mientras siguiera las indicaciones médicas y fuera cuidadoso no los habría.
Evan tomaba los supresores sin falta y utilizaba sus parches para el olor, no quería volverse a sentir ese tipo de miedo nunca más.
Estaba siendo todavía mas cuidadoso dado que el celo se acercaba, aunque no planeaba pasar por el.
Quizás por eso se había estado sintiendo nervioso y tenso. Había intentado drenar eso durante el entrenamiento.
–¿Cómo le fue a tu pequeño hoy? ¿Hubo llanto? ¿Se aferro a ti negándose entrar a la escuela? Eso le paso a mi sobrina.
Evan sonrió irónico al imaginarse a Chris actuando así. Se limpió el sudor de la frente y negó con la cabeza.
–Se despidió de mi y prácticamente entró corriendo.
–Un niño realmente especial el que tienes –rió.
–Así es –dijo con inmenso cariño. Recordando como Chris al final había aceptado refunfuñado entrar a la de primaria, el hecho de que se le permitiera saltarse el preescolar y primer año ya había sido una gran concesión.
–¿Cuándo lo volverás a traer?
Evan a veces llevaba a Chris a sus entrenamientos, ahora asistía dos veces por semana al gimnasio, lunes y viernes por la mañana dado su horario de trabajo de esos días.
–Estará ocupado con la escuela, no lo sé.
Hwan se movió incomodo y se encontró con su mirada.
–¿Tienes algún plan después, iras a recogerlo antes de ir al trabajo?
–No, su padre lo hará –respondió, moviendo su pierna al ya no sentir tanto dolor.
Habían acordado que el primer día Adam lo recogería y llevaría a comer algo antes de dejarlo en casa del señor Cheng. Evan estaba curioso sobre lo que pasaría en ese encuentro, sabía que probablemente estarían gran parte de su tiempo juntos en silencio midiéndose el uno al otro, pero Evan no siempre podía estar ahí para mediar en la conversación.
Eso le recordó las fotos que había tomado mas temprano esa mañana, buscó su celular en la bolsa para enviárselas a Adam, recodándole también se las enviará a su primo, entonces se inclinó un poco para mostrárselas a Hwan, una sonrisa impulsada por orgullo y ternura se formó en sus labios.
–Mira, mi pequeño es muy lindo.
Evan no se percató de la expresión suave con la que el otro lo miró.
–Él es realmente lindo.
–El mas lindo –presumió Evan.
–Entonces si estas libre… tal vez podríamos ir a tomar algo. Antes de que vayas a trabajar, claro.
Evan lo pensó durante un momento antes de negar, tenía un asunto pendiente que atender.
–No puedo hoy… –al ver la mirada desanimada del otro, decidió darse una oportunidad de salir con un amigo, últimamente ni siquiera había podido salir con Elena y los otros, sus descansos no habían estado coincidiendo–, pero este miércoles descansaré.
Hwan se animó.
–Perfecto, pasaré por ti, ¿esta bien?
Evan se sintió un poco extraño ante eso.
–No tienes que hacer eso, solo dime donde nos veremos.
–Yo… te enviaré un mensaje con los detalles.
En ese momento una toalla fue lanzada al rostro de Hwan, por una pelirroja que Evan había llegado a conocer dado era otra entrenadora y también quien dirigía el gimnasio. Pero dado que era alfa, Evan no la había buscado activamente a pesar de que era la mejor amiga de Hwan y que este hablará de ella la mayor parte del tiempo.
–No se te paga por charlar, Hwan.
–Érica –dijo Hwan, con una enorme sonrisa brillante, rápidamente se puso de pie para seguirla luego de despedirse de Evan.
Érica le dio un asentimiento cortes antes de alejarse.
Ella había parecido saber Evan no se sentía cómodo con las alfas de una forma u otra y sus interacciones no habían sido muchas.
Desde el incidente de Nate su percepción había cambiado respecto a los alfas, a pesar de solo tratar con otros dos en su día a día, pero Ana y Adam habían tomado su sutil cambio de actitud con calma.
Cuando su celular sonó, Evan miró su pantalla solo para encontrar un mensaje en repuesta a las fotos por parte de Adam.
Adorable. Gracias.
Un mensaje llegó justo después.
No le digas eso.
Se sintió divertido.
Lo pensaré. Recuerda formarte y llevar tu identificación de padre cuando lo recojas hoy, escribió Evan.
Lo sé.
Se enojará si sabe pienso es adorable.
Cierto, pero es su culpa ser tan adorable, contestó Evan.
Se puso de pie para guardar sus cosas. Otro mensaje del rubio le llegó poco después cuando estaba en la salida.
No.
Es nuestra culpa, leyó con confusión. Al entender puso los ojos en blanco y lo ignoró.
Había descubierto Adam tenía un sentido del humor extraño. Era sorprendente hubiera llegado a bromear así con todo el bagaje que la concepción de Chris traía.
Cuando su celular volvió a sonar no pudo evitar leer el nuevo mensaje.
Pero su lado adorable viene mas de mi.
–Idiota –murmuró, sin verdadera molestia detrás.
E incapaz de resistirse comenzó a escribir.
Veamos que dice cuando le pregunte.
Evan soltó una pequeña risa cuando no obtuvo respuesta, «miedoso», pensó.
Gracias por leer
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