Tải xuống ứng dụng
11.02% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 28: Solución radical

Chương 28: Solución radical

Han pasado dos semanas desde el incidente con Pan Ning. Shi, Song, las gemelas y Rui han subido a cinco. Aún estoy en peligro. Ha intentado encontrarme varias veces en las afueras. Más de un esclavo la ha oído murmurar que quiere matarme. Que si no me encuentra me pedirá. Aunque tenga que pagar por mí. Por suerte, parece que no tiene suficientes puntos de contribución. Puede que necesite un mes o dos para conseguirlos. Pero está obsesionada. No se va a detener. No queda más remedio que actuar.

Me he intercambiado con Shu. En teoría tenía que ir a recoger agua a un manantial. En su lugar, voy a ayudar con la ropa de los estudiantes. Lavarla y extenderla. El camino del agua es claro. Es un agua un tanto especial, para medicinas. Shi y las gemelas están escondidas, al acecho. Song algo frustrada por no poder ayudar. Debe estar tan nerviosa y preocupada como yo.

Por la noche, aparecen a la hora convenida. Pero no me cuentan nada. Ya quedamos así. Por si me interrogan. Cuando me las follo, me aseguro de que no están heridas. Ellas se ríen de mí cuando las examino. Aunque las noto algo extrañas. Les ha afectado lo que sea que han hecho.

—————

No es una sorpresa que me llamen al interrogatorio. Al parecer han descubierto la ropa de Ning, manchada con su sangre. Arrastrada por el río.

–Esclavo Kong. Ayer fuiste a buscar agua. ¿Viste algo o a alguien?

–Ayer intercambié el trabajo con la esclava Shu. Estuve en la lavandería.

Comprueban que no miento y me miran.

–Trae a la esclava Shu. Luego vuelve a tu trabajo.

Eso hago. No es que tenga otro remedio. Shu no vio nada. Eso es bueno. La dejo allí y vuelvo a la copistería de manuales. Luego voy a cortar leña. Ya no hace falta que me cambie por ellas. Aunque Shu y Ai insisten un poco. Por si acaso. Consigo convencerlas, aunque se muestran reacias. Prometo tratarlas bien esta noche.

—————

Cuando las invoco, me explican lo que pasó ayer. Pero solo después de follarlas. Esperaba que la mataran, pero parece ser que tenían otros planes. Shi me guía hasta el escondite. En las cuevas. Allí está Pan Ning. Sus manos atadas a una piedra en el techo. Sus piernas atadas entre ellas. Amordazada. Con una venda en los ojos. Inconsciente. Desnuda. Con varios moratones en su antes inmaculada piel blanca. Invoco a las otras tres.

Song la despierta tirándole agua y abofeteándola. Abre mucho los ojos cuando me ve. Solo había visto a Shi. Las gemelas habían actuado desde atrás y encapuchadas. Por si había algún problema. Que no las reconociera. Song le quita la mordaza sin muchas contemplaciones.

–¡Soltadme! ¡Maldito sucio esclavo! ¡Te voy a…!

–¡¡Plash!!

Song la abofetea haciéndola callar.

–No deberías haber intentado matarlo. Para ti ya no es un esclavo. Ahora es tu dueño– le anuncia fríamente.

–¡Él solo es…!

–¡¡Plash!!

–Habla cuando se te pregunte. Si no calla. Si te he quitado la mordaza es solo para oírte gemir– sigue Song.

–¿¡Qué quieres decir con…!?– pregunta asustada.

–¡¡Plash!!

Miro a Yi y Yu. Le están desatando los pies y la obligan a levantarse. A separar las piernas. Sus manos contra el techo. Su cuerpo encorvado. Mostrando su culo. Las miro. Me miran.

–Estamos bien.

Saben que estoy preocupado. Ellas vivieron un trauma siendo violadas. Ver esto podría ser duro para ellas. Pero han decidido hacerlo. Y verlo.

Shi no dice nada. Solo supervisa. Ya la "trató" ayer. Y sabe que Song quiere "colaborar". Yo me acerco. Le cojo un pecho. Aprieto.

–¡No te atre…!

–¡¡Plash!!

Lo masajeo. Aplico qi. Con la otra mano pellizco el pezón al otro lado. También con qi.

–¡Haaah!– se le escapa un gemido. Luego aprieta los dientes. Yo sigo jugando con sus pechos.

–Oh, vamos, no intentas disimularlo. Está claro que te gusta– la molesta Song.

–NNnnn. ¡Nnnnnn! ¡¡NNnnnnnnn!!

Sigo hasta que tiene un orgasmo. Solo con sus pechos. La suelto. Abre la boca, respirando.

–No ha estado mal, ¿verdad? Pero no te preocupes, solo acaba de empezar– se burla Song.

–Por aquí está mojada– señala Yi, humillándola

Pongo las dos manos en sus caderas. Ella se da cuenta de lo que viene ahora. Empieza a moverse. Intenta apretar las piernas. Yi y Yu las separan y la retienen. La penetro desde atrás.

–¡¡Aaaaaaaaaaargh!!– se queja.

–¿Duele? Lo deberías haber pensado antes de pegarle patadas en el suelo. O de intentar matarlo. Pero tienes suerte. Podrás disfrutarlo– sigue burlándose Song. Parece más enfadada que con Bang Rui.

La penetro una y otra vez. Cogiéndola fuertemente de las caderas. Aplicando qi en cada embestida. Se estremece en cada una. Aunque sigue intentando negarlo, apretando los dientes,

–¡¡NNnnnnn!! ¡¡MMmmmmh!! ¡Mmmn! ¡¡¡NNnnNNNN!!!

Tiene un orgasmo. Pero aún intenta apartar sus caderas. Apretar sus piernas. Así que acelero. Sin dejarle tiempo a recuperarse. Llevándole al placer más extremo. Cuando tiene el tercer orgasmo, paro un momento. Ha dejado de resistirse.

–Ah. Ah. Ah. Aah. Ah– jadea.

Llevo mis manos hasta sus pechos. Los aprieto con fuerza. Vuelvo a moverme en su interior.

–¡Iiiiih! ¡¡Hhhaaaaa!! ¡Argh! ¡Aaaaaaah! ¡¡¡HHHaaaaaaAH!!!

–Miradla. No quería que la miraran. Quería matar solo por eso. Decía que el sexo es pecado. Y ahora disfrutando mientras es violada. Con su primer sexo. ¿Se puede ser más pervertida?

–No… Yo…

Song la coge de la barbilla y la hace mirarla a los ojos.

–¿Vas a decir que no lo estás disfrutando?

–No lo estoy… ¡¡¡¡HHHHHAAAAAaaaaaaa!!!!

Tiene un orgasmo mientras intenta negarlo.

–Se siente bien, ¿verdad? Incluso sacas la lengua, como una perra. Como una perra en celo, que es lo que eres.

Ning no responde. Solo jadea.

–¡¡Plash!!

–No cierres los ojos. ¡Mírame!– exige Song, abofeteándola de nuevo.

Yo sigo penetrándola. Su vagina es estrecha. La sensación de dominación sobre ella resulta intoxicante. Sobre alguien que estaba por encima de mí. Sobre alguien que me ha golpeado. Que me miraba por encima del hombro. Que se creía superior. Que quería matarme. Que creía que podía hacerlo como si fuera un insecto.

–Ahora dime lo que sientes, quiero oírlo– sigue Song.

–Yo no…

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

La abofetea y espera a otro orgasmo.

–¡Habla!

–Está dentro… ¡¡HaaaaaAAH!! Caliente… ¡HAaaaaaaaa! Todo el cuerpo… Mis… pechos… tocados por un… esclavo.

–¡¡Plash!!

–Lo llamas "Amo" a partir de ahora.

–No…

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–¡¡Plash!!

–A… Amo

–Bien, vas aprendiendo. Sigue.

–No puedo resistirlo… ¡¡¡HhhaaaaAAAAAH!!! El placer… 

–Bien. Si quieres volver a correrte, suplícaselo a tu amo. Dile que eres suya y suplícalo– acaba Song. Antes de soltarle la barbilla.

Deja caer la cabeza. Mirando al suelo. Sigue gimiendo. La mantengo al borde del orgasmo. También le provoco dolor. Durante varios minutos gime y jadea. Yo me tengo que controlar para que no tenga un orgasmo. Para no correrme yo dentro de ella.

Su piel es blanca y suave. Su figura más rellena que las esclavas. Sus gemidos sensuales. Su vagina se aprieta a ratos. Su cuerpo se estremece, pero sin llegar al orgasmo. La penetro con furia una y otra vez. Marcándola. Pero no dejo que se corra. Durante varios minutos.

–No… puedo más… ¡Hah! ¡¡HHaaaH!! Quiero correrrme… ¡¡Aaaaah!! A…Amo… Por favor… ¡Haaaaaah! Yo… ¡¡¡HHHHAAAAAA!!! Yo… Soy tuya… Hazme… ¡¡¡HaaaHH!!! Correrme… ¡¡¡HaaAAH!!! ¡Haah! Te lo… ¡¡¡HHaaaaa!!! Suplico– se rinde finalmente.

Puede notar la conexión. De total sumisión. Parece que la hemos quebrado completamente. Quizás porque ya estaba obsesionada al principio. Con Rui costó mucho más. En cuanto lo dice, añado un poco más de qi. Se corre.

–¡¡¡¡HHHHHHHHHAAAAAAAAAaaaaaHHH!!!! ¡¡¡¡Siiiiiiií!!!! ¡HHHHHAAAAAAaaaaaaaaHHHHH! ¡¡¡¡¡¡HHHHAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaAAAAAAAAHHH!!!!!!

–No le has dado las gracias– le reprocha Song.

–¡¡¡HHHHHAAAAAAAAH!!! ¡¡¡Gracias….AAaaa…mo!!! ¡¡¡HHHAAAAAAAAAAAaaaaaahhh!!!

La sigo violando. Dejando que tenga varios orgasmos seguidos. Dejándola al borde del colapso cuando la lleno de mí.

–Eres una buena perra. Tu primer sexo. Siendo violada. Y mira como estás– le dice Song, mientras la desata.

Ning se desploma. Se queda jadeando en el suelo. Yo las miro.

–¿Estáis bien?

Ellas asienten. Se acercan una a una y la patean una vez. Me besan. Luego las dejo marchar. Las veo hablando. Primero serias. Luego se relajan. Parecen aliviadas. Traigo a Rui.

–Ella es Ning. Ahora es mi mascota. Como tú. Enséñale. Puedes pegarle, pero nada de daños graves.

Rui la mira con odio. Pero después una sonrisa perversa asoma en sus labios. Le da un patada.

–Mira y aprende como servir al amo.

Se arrodilla y me hace una felación. Ning mira desde el suelo. Parece confundida. Y sigue mirando cuando hago que Rui se agarre a las cuerdas que aún cuelgan del techo. Y la penetro. En lugar de ser yo, hago que se mueva ella. Su culo se mueve hacia mí. Luego se aleja. Una y otra vez. Violentamente. Gime y jadea. Se mueve casi con desesperación.

–¡Hhhaaaaaaahhh!. ¡¡Amo está dentro de mí!! ¿Lo ves, perra? ¡¡Haaaaahh!! Tienes suerte de que el amo te haya domado. ¡¡¡¡HHHHHAAAAAAaahh!!!!

Al cabo de un rato, Ning se está frotando la entrepierna. Ni siquiera parece estar pensando en ello. Cuando nos corremos, nos mira con deseo. Las mando de vuelta. Dejo que Rui le enseñe a hacer una felación con un consolador doble. Luego la folla con él, cogiéndola del pelo. Metiéndoselo ella también. Parece que quiere dejar claro quién manda. Quién es la primera "mascota". Ning no opone resistencia. Se somete también a ella.

Mientras, he quitado las cuerdas y vuelto al bosque. Y a entregar la leña. Me entero que la han dado por muerta. Lo normal. Desaparecen varios estudiantes cada año. La mayoría por disputas internas entre ellos. Si los pillan, pueden sufrir fuertes castigos. Pero tampoco se pone mucho esfuerzo en ello. Se considera parte de su crecimiento. Se filtran a los demasiado débiles o incautos. Total, solo uno de cada cinco o diez debe de llegar al reino del Alma. El resto son expulsados cuando no pueden seguir mejorando. Solo unos pocos con padrino tienen una consideración especial.

Por la noche, Liang me mira un poco extraña. Tengo coartada y lo sabe. Pero creo que sospecha algo. Que intuye algo. Quizás me lo imagino. Como sea, no dice nada. Además, pronto llegan Ai y Shu. Hoy no les tocaba venir. Parecen contentas que Pan Ning haya desaparecido. 

–Es un suerte– comenta Ai.

–Le está bien merecido– gruñe Shu.

–Espero que no vuelva– añade Liang.

Me acerco por detrás y le cojo un pecho de cada uno. Acariciándolos.

–¡Aaaaah! Creía que hoy no tocaba– protesta Ai, aunque me deja que siga jugueteando con su enorme pecho.

–No, pero ya que habéis venido y que podemos celebrar que no me va a molestar más…

–Bueno, si no hay más remedio… ¡¡Hhaaahhh!! ¡Mi pezón…! No seas tan… ¡Aaaaah!– exclama Shu.

Liang se cuela entre las dos y me besa. Nuestras lenguas se entrelazan. Me hace soltarlas un momento para desnudarme. No sé cuándo se ha quitado ella también la ropa. Su cuerpo se frota contra el mío. Su calidez traspasa mi piel.

Pronto noto la presión de otros dos cuerpos desnudos a los lados. Entre las tres me tiran al suelo. Ríen. Juguetean con mi miembro hasta que está erecto. Liang lo lleva a su interior. Las otras secuestran mis manos. Entre sus pechos. Mientras sus labios juguetean con mis orejas.

Liang no deja de besarme mientras me cabalga. Las otras dos la provocan de vez en cuando. Pellizcan sus pezones. Palmean su culo. Se desploma sobre mí cuando la lleno. Se queda mirándome, entre beso y beso. Hasta que la echan de encima, riendo.

Ai ocupa su lugar. Sus masivos pechos se aplastan contra el mío. Liang se venga de ella. Shu también la molesta. Me besa de vez en cuando. Pero gime y jadea más que besa. Acaba con su rostro a un lado, sobre mi hombro. Ocultándolo. Gimiendo. Satisfecha.

Shu la empuja para tomar su lugar. Sonría con lujuria. Pero ha cometido dos errores. Primero que ha sido la que más me ha provocado. Segundo que mis manos están ahora libres. Me revuelvo sobre mí mismo. Ahora está debajo. Le hago doblar sus muslos, sus piernas. La cojo casi de las rodillas mientras penetro. También palmeo sus nalgas de vez en cuando.

–Así aprenderás.

–¡¡AAahh!! Kong… ¡¡¡Me vengaré…!!! ¡¡¡¡HHHHAAAAAAAaaaaahhhhhh!!!! ¡¡Parad vosotras dos!!.

Pero Liang y Ai no le hacen caso. Juguetean con sus pezones. Ella solo puede gemir. Y rendirse. Esta vez ha perdido. Aunque no parece que le importe mucho.

Cuando se duermen llamo a las cuatro. No me preguntan por Ning. Pero me hacen atarlas y violarlas. A veces me preocupan con sus fetiches. Pero cuando al acabar me besan y ríen, me tranquilizo. Querían probarlo. Y también desafiarse a sí mismas. Que no les pesara.

Por su parte, Ning está totalmente sumisa. Incluso cuando la desvirgo analmente. Rui la insulta y a veces la sacude. Se burla de sus abundantes pechos, que no dejan de rebotar. Pero ella sigue sorprendentemente obediente. Parece que al perder su orgullo se ha sometido del todo.

Luego tengo que "premiar" a Rui por su trabajo. La follo analmente. Hago que Ning le chupe el clítoris. Que la penetre con el consolador doble, que está también en ella. De vez en cuando las hago correrse a las dos. Las devuelvo cuando se desmayan.

Me duermo después de practicar otra vez Armadura interior. Después de llegar a la etapa seis y de ser golpeado, he comprendido algunas sutilezas. Se puede tener un control más fino. Más preciso. Finalmente me duermo. Ignorante de lo que me espera mañana. Aunque debería haber adivinado que Shu se iba a vengar.


next chapter

Chương 29: Infiltración

Desde la captura de Ning, han pasado ocho días. Sigue igual. Se ha convertido en una ninfómana que solo piensa en sexo. La he follado hace un rato. No solo obedece cualquier cosa respecto a sexo, sino que parece desearlo. Lo malo es que su progreso con cualquier arte marcial es patético. Solo piensa en sexo. En ese aspecto, Rui es mucho más útil.

–Yo creo que siempre ha sido así– sugiere Song.

Está sentada, apoyada en un árbol. Yo estoy recostado sobre sus suaves pechos. Disfrutando de su contacto. Shi sobre mis piernas. De vez en cuando juguetea con mi miembro. Las gemelas están talando madera.

–¿Qué quieres decir?– le pregunto.

–Ya antes estaba obsesionada contra el sexo. Su actitud debía de ser una reacción contra su propia naturaleza. Quería negar lo que era. Por eso era tan radical.

Me la quedo mirando, sorprendido.

–¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?– se extraña.

–Es normal, a mí también me ha impresionado. No sabía que podías decir cosas con sentido. Estoy orgullosa de ti– se burla Shi, aunque sé que hay algo de verdad en sus palabras.

–¡Oye! ¡No te rías de mí!– protesta Song.

–Ya se ha enfadado. Con lo mona que estaba antes a cuatro patas– sigue Shi.

–No tanto como alguien con una levantada y pidiendo que le dieran más fuerte–contraataca Song.

Yo no digo nada. Mejor me callo. Si no, recibiré. Están un rato discutiendo, hasta que Song suspira.

–Es la hora–anuncia.

–Vamos– se pone seria Shi.

Voy a entregar la leña. Dejo a las gemelas. Estas van a entrenar en la zona de lucha. Allí se pueden acordar peleas con otros del mismo nivel. El objetivo es normalmente ganar las suficientes cada mes. Y mejorar en el combate. O probar el progreso en el arte marcial que se estén estudiando. Aunque para ellas, es tener una coartada.

Hoy Pen tiene una cita con Jin Shao. La han pedido para él. Irá a su cabaña. A cumplir sus órdenes. Yo me escondo un poco más allá. En el bosque. Cerca de la salida para esclavos al bosque. En teoría debería estar en la otra punta, cortando leña. Veo desde allí a Shi acercarse a la cabaña. Debe haberse ocupado de Pen. Espero que no le haya hecho mucho daño.

Llama y se para fuera. No entra, como si tuviera miedo. Como si fuera tímida. Jin Shuo sale a buscarla. La coge del brazo para forzarla a entrar. Y es noqueado. Lo ha pillado totalmente desprevenido. No puede resistirse. Hay una diferencia de dos etapas. Lo deja inconsciente y lo mete en un carro. Lo cubre de basura. Sale por donde la estoy esperando.

Dejamos el carro a un lado. Lo llevamos al mismo sitio que a Ning. Bien atado. Me aseguro de que esté inconsciente durante horas. Doy un gran rodeo para ir donde debería estar. Esquivo a Bei Liu y Bi Lang. Puede que me estén buscando. Hoy no tengo tiempo. Voy entregando leña. Más tarde recojo a las gemelas

Por la noche, hay algo de movimiento. Al parecer, una esclava no ha acudido al control. No es algo excepcional. Pasa de vez en cuando. El problema viene cuando el estudiante al que tenía que acudir ha desaparecido. Dejando su cabaña abierta. Y que luego la han encontrado en un rincón de un almacén. Atada e inconsciente. Por supuesto, es Pen.

Cuando vuelve al almacén-dormitorio está confundida. La han estado interrogando. No ha visto nada. Tiene un golpe, aunque no muy grave. Shi tenía que hacerlo así para que no sospecharan de Pen. Liang me mira y asiento. La trae a la habitación. Estará más tranquila aquí. O no.

Al principio explica todo lo que ha pasado. Que al parecer ha desaparecido el estudiante al que tenía que ir. Y que alguien la ha golpeado antes. Luego pide que la mimen. No suele venir a la habitación. No es íntima de Liang. Aunque tampoco se llevan mal. Han estado charlando muy animadamente. Liang le está quitando la ropa mientras se ríe. Pen intenta protestar. Sin mucha convicción.

Por supuesto, yo ayudo a Liang. Agarrando a Pen. Por detrás. De sus grandes pechos. Pronto se rinde. Acaba a cuatro patas. Con su cabeza apoyada en las piernas de Liang. Con sus pechos moviéndose libremente. Sudando. Gimiendo. Sofocada mientras la penetro una y otra vez. Mientras su culo choca contra mi cuerpo. Mientras se corre una y otra vez.

Luego se venga de Liang. Empotra la cabeza de esta en sus pechos, mientras yo me la follo. Liang ni hace el amago de resistirse. Sé que le gusta tenerme para ella sola. Pero tampoco se niega a compartir. Sobre todo si fuera Song. Sé que la hecha mucho de menos.

Cuando se duermen y aparecen las cuatro, Shi le da un beso a Pen donde le ha pegado.

–Lo siento.

Luego decidimos los planes para mañana. O, más bien, me explican lo que han decidido. Luego me atan. Y me usan como quieren. Supongo que no fue buena idea cuando ayer las embosqué una a una. Y han esperado hasta la noche para vengarse. Son pacientes. Temibles.

Luego me desahogo con Ning y Rui. A Ning acostada boca a arriba, mientras lame a Rui. Rui a cuatro patas, con Ning sirviéndola. Y mientras la azoto. Mientras sus manos estrujan los pechos de Ning.

—————

Al día siguiente vamos hasta donde está el prisionero. Nos aseguramos de que nadie haya entrado. Las señales que dejamos están intactas. Mientras, las gemelas hablan de su encuentro por la mañana con los otros dos violadores. Al principio les tenían miedo, pero ya no. Para ellas son los próximos.

–Yin les ha preguntado por Jin Shao. Se han quedado blancos– explica Yu, con rencor y desdén en su voz.

–Aunque no tanto como cuando Yu ha mirado a Mao Xuo. La verdad es que Yu puede dar miedo– sigue Yi.

–No tanto miedo como cuando lo atrape. Como el que va a tener Jin Shao– responde Yu.

Ahora da un poco de miedo. Se nota el odio que tienen. Cuando pronuncian el nombre de cualquiera de ellos, se me hiela la sangre. Llegamos hasta la víctima. Está despierto, sin poder moverse. Se ha meado encima. Quizás vuelva a hacerlo. 

Lo primero que hace Yu es cortarle un dedo. Se revuelve, pero está bien atado. Le quitan la venda y le hacen mirarlas.

–Hola Shao. Parece que las tornas han cambiado– empieza Yi.

Él se estremece. Los ojos abiertos de par en par.

–Háblanos de Bai Xuan– exige Yu.

Le corta otro dedo. Solo cuando deja de intentar gritar, le quita la mordaza.

–Sé que eres un cobarde y que no aguantas el dolor. Puede elegir entre morir rápido o lento. Depende de tus respuestas– continúa Yi.

Yu clava la daga en la amputación del dedo y hurga en ella. Jin Shao grita de dolor.

–¡¡¡AAAAAAAAAAAAAaaaaaaargh!!!

No cuesta mucho que lo explique todo. Como ha dicho Yi, es un cobarde.

–¡Fue idea de Bai Xuan! Ella nos dijo dónde. Y que debíais morir. Y… ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAaaaaaaargh!!!

Las gemelas aprietan los puños. Bai Xuan era casi una hermana para ellas. Las había ayudado cuando entraron. Es una prima cercana. Incluso las había cuidado de pequeñas. Se sienten traicionadas y heridas. Aún más que antes. Las lágrimas casi se les escapan. Aprietan los dientes

–Entonces quedan cuatro más– declara Yi entre dientes, con el ceño fruncido, los puños apretados y un tono de voz que hiela la sangre.

–Sí– es lo único que dice Yu, pero no estremece menos que su hermana.

Se vuelven a Jin Shao.

–Te hemos mentido. No hemos olvidado como te reías de nosotras. Lo que nos hiciste. No puedes morir tan fácilmente– sigue Yi con desprecio.

Yu no dice nada, sino que actúa. Mete la daga por dentro de una uña. Para hacer palanca y arrancarla. Yi mete la suya entre los dientes. Para arrancárselos poco a poco. Dolorosamente. Es un tanto sádico. No tienen nada que ver con las Yi y Yu que suelo tener en mis brazos. Que juegan y bromean. Ahora dan incluso miedo. Pero no a nosotros. Estaríamos ayudándolas si no quisieran hacerlos solas. El dolor de las gemelas es ahora también el nuestro. Su odio, nuestro odio.

Las dejamos allí. Yo tengo que seguir mi trabajo, y ellas tienen para rato. Tienen que arrancar los dientes uno a uno. Las uñas una a una. Cortar los dedos, quizás poco a poco. Las extremidades. Su miembro viril recibirá una especial atención. Se asegurarán que no se desangre, con métodos especialmente dolorosos. Quizás no se sentirán mejor después de hacerlo. O quizás sí. Pero llevarán a cabo su venganza.

Por la noche las recojo donde siempre. Inexpresivas. Cansadas. Me dan un saco para que lo guarde. Sé lo que hay. Un regalo para los otros tres. O cuatro.

—————

Hoy Liang está sola. La beso con mucha dulzura. Ella me lo devuelve con aún más. Hoy la necesito así. Y ella me lo da. Siempre me lo da todo. Estoy acostado, con las rodillas dobladas apuntando al techo. Ella sentada sobre mí. Abrazada a mi cuello. Con su cuerpo inclinado sobre mí. A veces besándome. A veces tentándome. 

Sus pequeños pechos casi al alcance. Pero mis manos están ocupadas con sus muslos y sus nalgas. Ella se mueve despacio. Sin nunca dejar de mirarme a los ojos. Yo miro los suyos. Sus profundos ojos marrones. Pronuncia mi nombre. Yo el suyo. Siento que no estamos unidos solo por nuestros cuerpos.

Ella cierra un momento los ojos cuando se corre. Luego me besa con más pasión. Ya no suelta mis labios. Acelera un poco. Exigiendo más. Dejándose llevar. No para hasta que la lleno de mí. Luego se recuesta en mi pecho. Jadeando. Acariciándome con un dedo. Yo acaricio su cabello negro. Su espalda.

–Ojalá pudiéramos estar siempre así– suspira.

–Quizás algún día– pienso yo, pero no puedo decirlo en voz alta. Aún no.

Luego llamo a las gemelas. Me cabalgan salvajemente. Se van turnado. Hay cierta rabia contenida. O estrés. No hablamos. Cuando una se corre viene la otra. Luego vuelven a cambiarse. De alguna forma, acaban las dos abrazadas a mí. Con lágrimas en sus preciosos ojos verdes. Las dejo llorar hasta que se calman. Hasta que se duermen.

Cuando llegan Shi y Song, asienten al verlas. Pueden ver que han llorado. Y que ahora duermen pacíficamente. Luego me cabalgan también. Pero con suavidad. Ni siquiera se molestan la una a la otra. Nuestros cuerpos continuamente en contacto. Los pechos de Song apretándose a mí. Los de Shi, pinchándome suavemente. Mis manos acariciando su espalda. Sus nalgas.

Nuestros labios parecen sedientos los unos de los otros. Nuestros cuerpos necesitados de calor. Nuestras almas, necesitadas de la otra. Necesitamos saber que nos tenemos. Que podemos apoyarnos los unos en los otros. Las llenó de mí como si quisiera asegurarme que así serán mías para siempre. Como si así, siempre estuviera yo en ellas.

Cuando llamo a Ning, la acuesto en una cama que he traído. No es la suya. Ella duerme en paja. La acuesto boca abajo. Totalmente estirada. Con las piernas abiertas fuera de la cama. De pie, me meto entre sus piernas y la penetro. Está totalmente a mi merced.

La hago apoyarse ligeramente en los codos. Para ver el perfil de sus pechos, que justo no están aplastados. Para ver como se mueven. La cojo de los muslos. Por delante. A la altura de su entrepierna. Empujando una y otra vez. Ella gime. Totalmente entregada. Pruebo a azotarla con una rama en la espalda. Con qi. Sin qi. Ella sigue gimiendo. Parece incluso disfrutar del dolor.

–¿Quién soy?

–Eres… ¡¡Hhaaa!! Mi amo… ¡¡¡HhhhAAAAAAah!!!

–¿Quién eres tú?

–Tu mascota… ¡¡¡AAAaauuuu!! ¡¡¡Haaaaaaah!!! ¡Tu perra! ¡¡¡HHHHHAAAAAAaaa!!! Soy tuya…

La hago correrse. Aumento la intensidad hasta que se desmaya. La devuelvo y traigo a Rui. Se la pongo en la boca. Me corro inmediatamente en ella. Se lo traga. Sin mediar palabra la tiro a la cama. Boca arriba. Pongo sus piernas sobre mis hombros. La penetro. La saco. La penetro analmente.

Ella me mira. Con la boca semiabierta. Gimiendo. Le abro las piernas. Me inclino sobre ella. No se atreve a besarme sin mi permiso. Me mira con casi adoración.

–¿Quién soy?

–Mi amo ¡Ah! ¡Ah! mi único amo! ¡Haah! Pase lo que pase ¡HAAAaaaaH! Mi amo.

–¿Quién eres tú?

–Soy tu mascota… ¡¡HHaaaah!! O lo que quieras que sea ¡¡Haah!! ¡Ah! Por ti, mi amo, lo que sea ¡Ah! Si he de morir por mi amo, moriré ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

–Hoy puedes besarme.

Sus labios se lanzan apasionados hacia los míos. Mientras entro y salgo de ella. Hambrienta. Ansiosa. La verdad es que me da algo de pena. No puedo corresponder a sus sentimientos. A su amor enfermizo. Sigo sin poder olvidar lo que le hizo a Song. Aunque es fiel. Totalmente entregada. Más útil que Ning.

Se corre varias veces. Hasta que recibe mi semen. La dejo jadeante en la cama.

–No hace falta que te ocupes de Ning. Sigue practicando las técnicas.

–Sí, mi Amo. Hah. Ah. Ah.

Luego me acuesto junto a Liang, acariciando su cabello suavemente. Resulta extraña la diferencia. Y mis sentimientos. Rui y Ning son mías. De mi propiedad. Mis esclavas. A las demás, quiero hacerlas felices. Supongo que no es tan raro. Es normal tener esclavos y familia. Aunque no que el que los tenga sea un esclavo. Espero cambiar eso. Necesito tiempo.


Load failed, please RETRY

Tình trạng nguồn điện hàng tuần

Đặt mua hàng loạt

Mục lục

Cài đặt hiển thị

Nền

Phông

Kích thước

Việc quản lý bình luận chương

Viết đánh giá Trạng thái đọc: C28
Không đăng được. Vui lòng thử lại
  • Chất lượng bài viết
  • Tính ổn định của các bản cập nhật
  • Phát triển câu chuyện
  • Thiết kế nhân vật
  • Bối cảnh thế giới

Tổng điểm 0.0

Đánh giá được đăng thành công! Đọc thêm đánh giá
Bình chọn với Đá sức mạnh
Rank 200+ Bảng xếp hạng PS
Stone 56 Power Stone
Báo cáo nội dung không phù hợp
lỗi Mẹo

Báo cáo hành động bất lương

Chú thích đoạn văn

Đăng nhập

tip bình luận đoạn văn

Tính năng bình luận đoạn văn hiện đã có trên Web! Di chuyển chuột qua bất kỳ đoạn nào và nhấp vào biểu tượng để thêm nhận xét của bạn.

Ngoài ra, bạn luôn có thể tắt / bật nó trong Cài đặt.

ĐÃ NHẬN ĐƯỢC