Punto de vista de Alfa Hunter
No podía dejar de mirarla.
Mi mente no dejaba de repetir esa caliente escena de besos y caricias que sucedió en esta habitación anoche. Ella era tan jodidamente perfecta y quería hacerlo otra vez. Quería más. Quería hacerla mía.
Mis ojos cayeron sobre su hermoso cuello. Recordé cómo lo chupé y besé. Recordé el sabor de su piel. No podía esperar a ver mi marca en su cuello. No podía esperar a que el resto del mundo viera que era mía.
—Deja de mirarme así —murmuró ella, haciendo que levantara la vista hacia su hermoso rostro.
—¿Cómo qué? —pregunté, fingiendo inocencia.
Ella levantó una ceja hacia mí haciéndome sonreír con picardía.
—No puedo evitarlo —dije—. Necesito repetir esa sesión de besos de anoche.
Ella se sonrojó y dirigió la mirada hacia la pared detrás de mí.
—Podríamos usar la pared otra vez —dije, riendo—. O tal vez incluso una cama esta vez.