—¿De qué sirve estudiar? Mira a mi papá, solo tiene un diploma de secundaria y aún así se convirtió en un gran jefe. ¡Y mi tío, que se graduó de la universidad, era bastante conocido en aquel entonces, pero aún así fue engañado por su socio comercial!
Cuando Huang Xiaokai hablaba del punto débil de alguien más, no tenía en cuenta los sentimientos de su primo, sino que se volvía aún más entusiasta.
—¡Basta! Le debo a mi tío, no a ti, y no es tu lugar hablar de mi papá.
Los ojos de Lin Yue se enrojecieron, y de su voz, Liang Fei pudo detectar un temblor de sollozos reprimidos.
Huang Xiaokai se sorprendió; naturalmente, nunca había esperado que su primo se atreviera a amenazarlo en público. Justo cuando estaba a punto de expresar su descontento, Liang Fei lo detuvo en el acto.
—Huang Xiaokai, haz espacio, me gustaría hablar con tu primo —dijo Liang Fei con seriedad, dando a entender que Huang Xiaokai debería largarse.