El siguiente en salir fue Bob, cuyo marcador de guerrero brillaba con un tenue dorado, apenas iluminando la marca.
—Parece que fue justo, pero tú también has pasado las pruebas. Felicidades por tu éxito, Comandante Robert Mackenzie —la Matrona lo saludó.
—Gracias, Matrona. La situación se puso muy complicada por un momento, pero me alegra haber logrado satisfacer a los Dioses de que merecía el Rango —respondió él.
Luego se giró hacia Karl y le hizo un gesto hacia donde había dejado su mochila.
—Tengo la parte del botín. Si no te importa, a los magos les interesaron mucho los cristales para la artesanía, pero han ofrecido un anillo de Fuerza de Gigante y una espada mágica a cambio. Los valores son iguales, según el auditor de la iglesia —informó Bob.
Karl asintió.