Me sentí sin peso, otra vez, así que supe que estaba en otro sueño lúcido.
Pero no estaba oscuro, y yo no era una partícula de luz. Además, esta vez, podía mover mi cuerpo en lugar de solo flotar siguiendo una órbita.
¿Oh?
¡Oh! ¡Ahora tenía un cuerpo!
Me veía exactamente igual que estos últimos meses; pelo largo, más carnoso, un poco de grasa colgando alrededor de mi vientre... ah, tarde en darme cuenta de que estaba desnudo.
Lentamente, dirigí mi mirada hacia el paisaje circundante, que se sentía ajeno pero muy nostálgico. Era un bosque, pero no colorido como el de la Guarida. Tampoco parecía la cámara de entrenamiento que había destruido. Extrañamente, incluso con la falta de familiaridad, no me sentía ansioso.
Como si... simplemente estuviera paseando en mi jardín.
Obviamente, incluso si fuera mi jardín, no andaría desnudo.