—¡Buenos días! —La voz de Penny resonó en el comedor mientras entraba saltando.
Todo el mundo en el comedor miró hacia la entrada por donde ella entraba.
—Alguien está de buen humor —señaló Atlas antes de dar un sorbo a su café.
—Penny, ¿pasó algo? —Charles, quien también disfrutaba de su café, siguió la figura de su hija con la mirada—. Mi hija está…
—Radiante —terminó Hugo la observación de su padre, con la vista puesta en Penny—. Penny, estás radiante.
Penny se detuvo mientras arrastraba su silla hacia atrás, intentando fijar la sonrisa en su rostro pero sin lograrlo. Al mismo tiempo, Allison volvía con una bandeja en la mano.
—Oh, buenos días, Penny... —Allison se quedó a medias mientras sus cejas se fruncían ligeramente y sonreía—. ¿Tuviste una buena noche?