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—¡Maestro! —La Señora Li había anticipado que Yan Zhigao vendría al patio principal esa noche y, con una actitud tranquila, avanzó para cambiarle su ropa exterior, luego le trajo té sonriendo.
—No te apresures; tengo algo que decir. —La Señora Li se sentó enfrente de Yan Zhigao, sonriente.
—Maestro, por favor hable. —Yan Zhigao miró a la Señora Li, tomó un sorbo del té en su mano, lo puso abajo y dijo.
—Lleva a Yishuang contigo el día del Festival del Doble Noveno. —La expresión de la Señora Li permaneció inmutable.
—Maestro, ¿has considerado por qué no llevé a Yishuang y a Yile juntas? —Yan Zhigao miró a la Señora Li y no dijo nada.
—¿Piensa el Maestro que estoy aprovechando esta oportunidad para suprimir a la Familia Lin? —La Señora Li sonrió con amargura.
—Así que así es como me ves en tu corazón. —La expresión de Yan Zhigao cambió ligeramente.
—No pensé eso, no seas demasiado sensible. —La Señora Li, que no solía precipitarse en actuar, dijo claramente.