Chương 9: Capitulo 9 el poder del ascenso
El viento frío golpeaba el rostro de Jonás mientras avanzaba junto a sus tropas por el terreno desolado. El reciente enfrentamiento con los mutantes había sido intenso, pero gratificante. Cada batalla los hacía más fuertes, más eficientes en su lucha por sobrevivir y dominar este mundo apocalíptico.
Mientras caminaban hacia su objetivo, Jonás no podía dejar de pensar en los 5000 puntos necesarios para invocar un Astartes Primaris. Era una meta ambiciosa, pero con cada misión, cada mutante abatido y cada superviviente rescatado, sentía que estaba más cerca.
—Baluarte, —dijo Jonás, sin detener su marcha—, ¿cómo ves nuestras fuerzas actuales?
El Astartes baluarte caminaba al lado de Jonás, su armadura pesada resonando con cada paso.
—Maestro, nuestras fuerzas son efectivas, pero limitadas. Podríamos mantener la posición actual por un tiempo prolongado, pero si los mutantes aumentan en número, podríamos encontrarnos en desventaja sin refuerzos adicionales.
Jonás asintió. Sabía que dependía del sistema para obtener más tropas, pero también era consciente de que cada batalla, cada punto, lo acercaba a su objetivo. Necesitaba jugar de manera inteligente, aprovechando al máximo cada oportunidad para aumentar sus recursos.
El equipo se movía con rapidez y eficiencia, guiados por los dos Astartes tácticos que escaneaban el área con precisión. El camino hacia el noroeste, donde esperaba encontrar más tecnología o supervivientes, estaba lleno de ruinas, pero también ofrecía posibilidades. Jonás sabía que las oportunidades estaban allí, solo tenía que encontrarlas.
Después de varias horas de marcha, llegaron a una serie de ruinas más antiguas y grandes de lo que habían visto antes. Las estructuras de metal oxidado y los escombros indicaban que alguna vez este lugar había sido una instalación importante.
—Nos detendremos aquí para explorar, —dijo Jonás, señalando el área con su mano—. Quiero saber si hay algo que podamos utilizar.
Los Astartes tácticos avanzaron primero, asegurando la zona. El baluarte permaneció junto a Jonás, su espada y escudo listos para cualquier amenaza. El Apotecario comenzó a analizar los alrededores en busca de cualquier peligro biológico.
Mientras avanzaban por las ruinas, Jonás se dio cuenta de que este lugar había sido alguna vez un centro de investigación o una instalación militar. Había restos de equipos, algunos de ellos claramente avanzados para los estándares de este mundo. Esto podría ser lo que buscaban.
—Parece que aquí podría haber tecnología avanzada, —murmuró Jonás, observando una consola rota en una de las paredes—. Esto podría darnos una ventaja significativa.
El equipo comenzó a trabajar, buscando en los escombros cualquier cosa que pudiera ser útil. Después de unos minutos, uno de los Astartes tácticos encontró algo interesante: una puerta oculta, casi completamente cubierta por los escombros.
—Maestro, —dijo el Astartes táctico—, hemos encontrado una entrada oculta. Parece llevar a una cámara subterránea.
Jonás se acercó, intrigado. Sabía que cualquier cosa escondida en este mundo probablemente sería valiosa. Ordenó al baluarte y a los tácticos despejar la entrada, y pronto, la puerta fue abierta, revelando una escalera que descendía hacia las profundidades.
—Bajemos, —dijo Jonás, sabiendo que esto podría ser un descubrimiento importante.
El equipo descendió con cautela, las paredes metálicas resonando con el eco de sus pasos. La cámara subterránea estaba oscura y llena de polvo, pero cuando encendieron sus luces, vieron que había una serie de máquinas y consolas que aún parecían intactas.
—Esto es lo que estábamos buscando, —dijo Jonás con una sonrisa satisfecha—. Si estas máquinas funcionan, podríamos tener acceso a tecnología avanzada.
El Adeptus Mechanicus, aunque no estaba con ellos físicamente, había dejado instrucciones precisas sobre qué buscar. Jonás se acercó a una de las consolas, encendiéndola. Después de unos momentos, la pantalla parpadeó y comenzó a mostrar datos antiguos.
—Tenemos acceso, —dijo Jonás, emocionado. Comenzó a revisar los archivos, buscando algo que pudiera ser útil.
Después de unos minutos de búsqueda, encontró lo que estaba buscando. Había planos para armas avanzadas, tecnología de defensa y otros sistemas que podrían ser instalados en el refugio para mejorar sus capacidades. Este era un descubrimiento crucial.
—Llevaremos todo esto de vuelta al refugio, —dijo Jonás, descargando los datos a su dispositivo personal. Con esta tecnología, podríamos mejorar nuestras defensas y quizás incluso aumentar la producción de biomasa.
El equipo trabajó rápidamente, asegurando las piezas y los datos que encontraron. Cada nuevo descubrimiento los acercaba más a la meta de consolidar su refugio como una fortaleza inexpugnable en medio de este caos.
Cuando todo estuvo listo, Jonás dio la orden de regresar al refugio. El camino de vuelta fue tranquilo, sin señales de más mutantes o peligros inmediatos.
De regreso en el refugio, Jonás entregó los nuevos datos al Adeptus Mechanicus, quien de inmediato comenzó a trabajar en las mejoras.
—Con esto, maestro, —dijo el Adeptus, observando los planos—, podremos mejorar nuestras defensas significativamente. Además, algunas de estas tecnologías podrían permitirnos crear nuevas armas o mejorar las que ya tenemos.
Jonás asintió, satisfecho con el progreso.
—Perfecto, —dijo mientras se retiraba a sus aposentos—. Hemos hecho un gran avance hoy.
Pero a pesar de su satisfacción, Jonás sabía que el verdadero desafío aún estaba por delante. Necesitaba más puntos, más poder, y más tiempo para consolidar su control sobre este mundo.
Esa noche, mientras descansaba, abrió nuevamente la interfaz del sistema, revisando su total de puntos. Los 165 puntos que había acumulado eran un buen comienzo, pero aún necesitaba mucho más para alcanzar los 5000 necesarios para invocar un Astartes Primaris.
—Todo a su tiempo, —murmuró para sí mismo, sabiendo que su ambición era lo que lo impulsaba a seguir adelante.
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