Rápidamente los ataron y los empujaron hacia las mazmorras.
—¡Bien merecido por intentar humillarme de esa manera! —les gritó Risa, que estaba al lado de Aegis riéndose de todos ellos.
—Ahora, ahora, no te estreses, deja que ellos hagan su trabajo.
Ella soltó una carcajada y pasó un brazo alrededor del de Aegis.
—Es tan divertido ver esto —parpadeó.
—Como siempre —murmuró él, con una sonrisa en su rostro.
***
Todas las criadas fueron colocadas en una celda de mazmorra, lo mismo los guardias, en otra celda de mazmorra pero Oberón, Archi, Dora y nadie fue colocado en una celda de mazmorra separada.
Archi enterró su rostro en el pecho de Oberón, mientras este último le acariciaba el cabello lentamente, su rostro frío.
—¿Qué se supone que debemos hacer? —susurró Dora.
Oberón desvió la mirada, mirando alrededor.
—Si tan solo hubiera una forma de escapar —dijo.
Dora miró al techo y se volvió hacia nadie.
—¿No puedes saltar? Podrías romper el techo.