Nyx y Dora corrieron lo más rápido que pudieron para salir de allí. Cuando llegaron a un lugar, se detuvieron para recuperar el aliento.
—¿Cómo hiciste eso? Le hiciste cambiar de opinión —jadeó ella.
—Solo supuse que como lo estaban dejando de lado, debía tener algún tipo de rango bajo o algo así, por lo que, por supuesto, sería tratado de manera diferente —explicó Dora, aún jadeando.
—Vaya, ahora somos libres —suspiró ella.
—Vámonos de aquí —ella tomó la mano de Nyx.
—No puedo correr más, estoy tan cansada —se quejó ella.
Dora se mordió los labios, podrían terminar de contar en cualquier momento, y definitivamente vendrían por ellas.
—Oh, Nyx —suspiró—. Tenemos que salir de aquí, pero no podemos ignorar el hecho de que estás embarazada —se sostuvo la cabeza.
—Dora, tengo sed —jadeó ella.
Dora miró a su alrededor, estaban en medio de un gran espacio vacío, no había señales de que hubiera agua alrededor.
—Solo aguanta un poco, saldremos de aquí muy pronto.