Catherine miró a Rosa, profundamente dormida junto a la puerta de entrada. Había estado sentada allí durante muchas horas y finalmente se quedó dormida.
La noche cayó sobre el reino rápidamente, pero aún no había ninguna señal o noticia sobre Zayne. Cada hora que pasaba traía algo nuevo de qué preocuparse para ambas.
Catherine se preocupaba por cuándo despertaría Rosa y se daría cuenta de que Zayne aún no había vuelto a casa. Podría estar en un lugar seguro esperando a que el clima mejorara o había la posibilidad de que aún no hubiera regresado. Catherine no sabía cuál de las dos opciones prefería. Todo lo que quería era que Zayne estuviera en casa donde pudiera verlo.