Yan Ling, tras media hora de observar los mensajes en sus círculos, finalmente cedió e inició una videollamada con el Duque Qi Yunjue.
La videollamada fue contestada inmediatamente en menos de un minuto.
El hombre en la pantalla parecía poco convencional comparado con su habitual atuendo de traje, vestido con un pijama de seda que dejaba entrever ligeramente su pecho.
No estaba claro si acababa de tomar un baño. Su cabello desprendía pequeñas gotas de agua, que resbalaban a lo largo de su cuello, lo que resultaba absolutamente atractivo y tentador.
Yan Ling se sintió tan acalorada que tuvo que desviar la mirada, temiendo continuar observando esta vista.
—Duque Qi Yunjue, he tomado algo de tiempo para pensar en lo que dijiste antes —El hombre la miró en silencio, sin parecer sorprendido de que ella contestara a esa hora.
Yan Ling tomó un profundo suspiro y procedió: